"Es una mezcla de angustia con orgullo": Lucas, el bombero tucumano que luchó de frente con el fuego en Corrientes
Fue uno de los seis brigadistas de la provincia que viajaron para proteger de las llamas al Parque Nacional Iberá. Soportó calores de más de 40 grados y trabajó hasta 18 horas por día durante casi una semana. El relato en carne propia de un verdadero héroe de acá.

Lucas Bustos, bombero tucumano, combatiendo el fuego en el Parque Nacional Iberá, Corrientes.
Este jueves a las 6 de la mañana, Lucas Bustos –de 21 años- y otros cinco brigadistas tucumanos desembarcaron nuevamente a Tucumán después de casi una semana de trabajo incesante en Corrientes, en donde tuvieron que combatir el peor sueño de un bombero. Un sueño y no una pesadilla, porque –según él mismo describe- se preparan toda la vida para ese momento en que un incendio amenaza la vida en todas sus formas, la tierra que habitan animales y familias enteras, ese instante en que las llamas devoran por completo los sueños ajenos.
“Lo primero que vimos fue muchos animales muertos, vegetación perdida en un 30%, mucha falta de agua, animales desorientados por el humo; la mayoría moría por asfixia. Fue una sensación muy triste saber que no podíamos salvar a la totalidad de los anímeles y la vegetación”, describe Lucas en diálogo con eltucumano.com.
En una camioneta brindada por el Gobierno provincial, seis brigadistas tucumanos de Defensa Civil partieron el pasado domingo camino a Corrientes. Su misión era proteger el Parque nacional Iberá, un área protegida que comprende más de 183.000 hectáreas, que ese mismo día sufrió el impacto de un rayo, provocando un feroz incendio. Tenían a su cargo unos 40 kilómetros cuadrados y su trabajo principal estuvo abocado a evitar que el fuego llegue a la ciudad más próxima, la localidad de Carlos Pellegrini.
“Trabajamos desde que llegamos hasta que volvimos. El lunes trabajamos sobre el flanco izquierdo del incendio para que no llegue a una estancia. El martes hicimos una línea de 4 kilómetros para cortar el avance del fuego, algo que lo frenó bastante pero igual terminó traspasando la línea por los esteros y el jueves lamentablemente nos cambió el viento del sur hacia el norte y las llamas se volvieron a hacer terrestres”, explica Bustos sobre su tarea en plena zona de desastre. “Había días que trabajamos desde las 6 y volvíamos a la medianoche, soportamos calores de entre 43 y 45 grados todos los días”, agrega sobre la labor cumplida.
La tarea de los bomberos en Parque Iberá se vio facilitada, en parte, por la lluvia que llegó el jueves casi como un milagro. Mientras combatían el juego con palas, la naturaleza se les presentó como la aliada más esperada. “Fue una sensación de mucho alivio y esperanza; esperábamos la lluvia con muchas ansias”, señala Bustos, que luego hace un balance de lo que dejó su trabajo en terreno: “Es una mezcla de angustia con orgullo, porque por más que se quemó el 40% de la provincia, con los compañeros aportamos el 100% de nuestro esfuerzo para evitarlo”.
No es la primera vez que Lucas se enfrenta a una situación de catástrofe. De hecho, recuerda como si fuera ayer el último gran incendio del cerro San Javier, una situación bastante emotiva para él, ya que toda su familia es de la localidad de Yerba Buena. “Si bien esto que pasó en Corrientes no tiene comparación, ya que se quemó más de un 40% de la provincia, lo de San Javier fue más emotivo por todo lo que significa para mí a nivel personal y familiar, ahí me crie con toda mi familia”, recuerda.
Lucas se convirtió en bombero a sus cortos 15 años. Su vocación viene de familia; su padre y su hermano mayor también combaten el fuego desde muy jóvenes. Es brigadista dependiente de Defensa Civil de la Provincia y en sus días libres es bombero voluntario en Yerba Buena. “Iba al cuartel a la mañana y al colegio a la tarde. Es un desgaste que uno hace porque le gusta, no tiene precio. Hoy, por ejemplo, llegué a las seis de la mañana y a las 2 de la tarde ya estaba rescatando a un perro de un pozo de 10 metros; lo rescatamos y se lo entregamos a sus dueños, con quien ha estado por más de 10 años”, describe sobre el día después de volver de Corrientes, un viaje que debía ser de 10 horas y que terminó siendo de 15 porque la rueda del colectivo que los traía de regreso a su hogar pinchó dos veces la goma. Vocación pura. Bombero de corazón.
“Casi la mayoría de las veces, los incendios los causa el ser humano. Hay que cuidar la naturaleza, que también afecta a familias que pierden todo. El solo hecho de huir de un incendio los pone en riesgo vital; uno no llega a tomar consciencia de lo que significa provocar un incendio”, reflexiona Lucas, que aprovecha la oportunidad para invitar a quienes quieran sumarse a los bomberos. “Las puertas siempre están abiertas”, dice y deja un teléfono para consultar por los requisitos: 4252670.
El equipo completo de bomberos héroes que combatieron de frente las llamas en Corrientes estuvo compuesto por: Lucas Bustos, Gabriel Quiroz, Emiliano Romano, Diego Villarrubia, Edgardo Aparicio y Javier Landriel.
“Quiero agradecer a los directivos de la Defensa Civil por la oportunidad y a mi familia y a los directivos y compañeros del cuartel por su apoyo y estar al pendiente desde el primer momento”, culmina Lucas, brigadista, bombero voluntario y orgullo tucumano.