Top

"Le hicieron un legrado sin anestesia": tras 9 años, investigan fuerte denuncia a la maternidad

Violencia obstétrica e institucional

María Magdalena llegó a la Maternidad de Tucumán con su madre y su pareja en enero del 2012 sangrando, sin saber que estaba embarazada. Dos ginecólogas le realizaron un legrado sin anestesia y la denunciaron con la policía.





Hace nueve años que María Magdalena, una tucumana mamá de tres hijos, espera una respuesta de parte de la justicia ante un caso de violencia obstétrica e institucional muy fuerte, sucedido en la Maternidad de Tucumán en enero del 2012.

Su abogada, Soledad Deza, resume en conversación con eltucumano esta compleja causa: “María Magdalena es un nombre ficticio de una mujer, madre de tres hijos, que en enero del 2012 llegó a la maternindad con su madre y con su esposo, con un sangrado. Ella no sabía que estaba embarazada, de hecho, tiene dentro de su historial clínico una ecografía biliar que le habían hecho en diciembre y no se le había informado de su embarazo”, detalla.

“Cuando fue internada, la jefa de guardia de ese entonces que era Claudia Callejas, quien ahora tiene otra denuncia de violencia obstétrica y está trabajando en el Calafate, junto a la residente de ese momento, Alejandra Berenguer, sospechan que ella se había provocado un aborto. Llaman a la policía, la legran sin anestesia, la ponen en una sala común de parto en donde fue interrogada por la policía hasta que llegaron las profesionales de salud mental. Ellas hicieron que la policía salga y dejaron constancia de toda esta violencia institucional en la historia clínica”, continúo el relato.

En ese entonces, María Magdalena es dada de alta, pero se dio mayo de ese año con que tenía una causa en investigación por aborto provocado dejando saber que se habría violado el secreto profesional en la maternidad: “Ella me buscó a mí, yo la defendí de esa causa de aborto, por la cual estuvo procesada hasta el año 2015. Pero en paralelo, cuando ella se notifica de esta causa de aborto provocado, hace una denuncia de violación de secreto profesional, y una denuncia de violencia física, psíquica, obstétrica e institucional contra el personal de salud de la maternidad”, nos cuenta la abogada de la fundación “Mujeres por mujeres”.

En este punto, la letrada detallo uno a uno los organismos y los profesionales que a posteriori, archivaron la causa: “Si bien esa causa de aborto se archiva cuando la sobreseen a la acusada en 2015, su denuncia de violencia y violación de secreto nunca prosperó, porque primero el fiscal Suasnabar ordenó el archivo justificando la violación de secreto profesional, y no diciendo nada sobre las violencias, luego el juez de garantías de María Magdalena que era el juez Pisa, actualmente enjuiciado por el caso de Paola Tacacho, luego la Cámara de Apelaciones en lo Penal, y luego nuestra Corte Suprema de Justicia Local. Todos ellos confirmaban el archivo de la causa y de las denuncias. Nada decían sobre la violencia, y por eso, nos fuimos a la CSJN con una queja”, remarca.

 “Desde allí (la Corte Suprema de Justicia de la Nación) se ordenó abrir nuevamente la causa diciendo que los Estados tienen la obligación de investigar la violencia. Esta causa volvió a Tucumán y se reabrió esta semana, ahí salió la sentencia ordenando investigar. Eso lo va a investigar una fiscalía especializada en violencia. Queda la parte más difícil, aunque no más difícil que estos nueve años de silencio cómplice en las distintas instancias judiciales, pero lo que se viene es que el Estado investigue esas violencias y en última instancias que repare por las mismas a María Magadalena”, confirmó una de las mujeres referentes del feminismo en Tucumán.

Este jueves 11 de noviembre, la Corte de Tucumán recogió el siguiente testimonio de la mujer que estuvo tres años procesada, para ordenar que se comience a investigar la causa de violencia: “ignorando de plano mis manifestaciones se diagnosticó la interrupción espontánea de mi embarazo (desconocido según expuse) como aborto provocado y se dio llamada a la policía para denunciar este hecho. Todo tal cual consta en la copia de la Historia Clínica que se adjunta, cuyo original se encuentra en resguardo en la entidad hospitalaria interviniente. A propósito de la denuncia formulada por la Dra. Callejas y Berenguer, ambas médicas tratantes en ese momento (la primera como Jefa de Guardia y la segunda como médica Residente) se apersonó personal policial quienes me interrogaron frente a familiares y demás parturientas internadas en la Sala. Es del caso destacar que el acoso del personal médico fue de tal magnitud que mi madre se vio presa de un ataque de nervios y mi pareja se vio fuertemente consternada no sólo con la sorpresa del embarazo que reitero, desconocíamos, sino además con el trato que se me proporcionaba: altamente violento, hostigador y acusador lo cual me llevó a permanecer casi todo el tiempo en estado de llanto. Con posterioridad se me hizo un legrado, sin recibir anestesia y se hizo ingresar nuevamente a mi pareja con el objeto de mostrarle el feto que se me acusaba haber abortado. La madrugada fue para mi insoportable no sólo por los dolores físicos sino por el maltrato psicológico. En todo momento se me agredía verbalmente y las médicas que me atendían en ese momento (Dras. Berenguer y Callejas) emitían juicios de valor sobre mi conducta que ya habían juzgado como delictiva y cruel”.  La corte, dejó en claro que este caso “merece un tratamiento con debida diligencia reforzada”.

En el momento de los hechos, la madrugada del 14 de enero del 2012, la joven tenía 26 años de edad y dos hijos. En sus denuncias, deja en claro que las únicas profesionales de la salud que no ejercieron violencia obstétrica sobre ella en ese momento fueron las psicólogas, por entonces bajo la dirección del Área de Salud Mental a cargo de Silvia Landaburu. Fueron ellas mismas las que sacaron a la policía de la sala en la que María Magdalena trataba de recuperarse del legrado uterino que se le realizó sin anestesia.