Fuga de Roberto Rejas: "La camaradería entre policías hace que se transforme en un alojamiento VIP"

La noche del lunes Tucumán se conmocionó con la noticia de que se fugó Roberto Rejas, condenado por el doble homicidio de Milagros Avellaneda y su hijo Benicio, se fugó de la División Bomberos: el exmiembro del Servicio Penitenciario de la Policía de Tucumán se escapó del lugar donde estaba alojado con prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme, pero se dio a la fuga y no se sabe nada de su paradero.

"Esto trasciende a las instituciones públicas y toda la sociedad de manera transversal. Estamos hablando del sistema patriarcal, lisa y llanamente. Un Policía no puede estar en el mismo alojamiento que otro delincuente, eso es una realidad. Dentro de esa separación de detenidos, no deja de haber una persona que es un delincuente y dentro de ese alojamiento diferenciado, un Policía debiera vivir en las mismas condiciones de igualdad que los otros delincuentes, pero ahí está el problema: existe una camaradería entre los policías", explica un reconocido abogado penalista tucumano.

El letrado, que pidió resguardo de su identidad por temor a represalias con él o sus clientes, analizó que esta situación "por ahí no se ve ante los ojos de las autoridades o de la sociedad en general, pero salta a la luz en casos como este. Esta camaradería hace que se transforme en ese alojamiento VIP". "No digo que tenga la venia de funcionarios, no puede el Estado estar controlando todo. Entre camaradas se cubren, en el encierro no existe la gravedad del dleito, no se diferencia ni interesa el delito que hayan cometido".

El escape de Rejas no es el primer caso de policías condenados que se escapan de la División Bomberos: en 2018, se fugó de allí Néstor Juan González, condenado por abuso de una menor; en 2019 se dio a la fuga el expolicía Ángel Leonardo Quiroga, condenado a prisión perpetua por homicidio. "El Policía detenido es un compañero igual: tienen libertad para estar, para comer, para recibir visitas, para moverse. Esto sucede, todos lo sabemos, esto me ha pasado defendiendo a policías y acusándolos, me tocó estar de los dos lados y uno ve la libertad total que hay", sentenció el abogado penalista.

Desde su experiencia, el letrado advirtió que con esto "no estoy diciendo que no tenga que haber un encierro diferencial, no es justificado, pero es real que el delincuente quiere matar al policía, lo siente como un trofeo y no pueden estar juntos" pero subrayó que "no es justo que estén privados de libertad con beneficios" y mucho más si "han cometido delitos agravados".

"Tienen agua caliente, comida todos los días, no están encerrados y tienen plena confianza para que caminen y que anden por el cuartel. Hay un verdadero privilegio, son presos totalmente VIP: no interesa si han matado a una mujer o un niño, entre hombres policías se cubren de esa manera y nadie los controla. Tienen que pasar situaciones como esta para que se ponga ahí la lupa", graficó.

Finalmente, remarcó que "esto es así de toda la vida, son códigos", y esbozó una teoría luego del pase a disponibilidad de todo el personal que se encontraba de guardia: "Quizás nadie lo ayudó a escaparse, quizás no hubo corrupción. Es mucho más coherente pensar que nadie se ha prestado para esta fuga, siete días después de la condena ayudarlo a que se fugue... es toda una guardia que se queda sin trabajo, no creo que lo hagan. Esta fuga viene por esta libertad ambulatoria de la que gozan. En una comisaría a un detenido común lo sacan a cachiporrazos a que se bañe con agua fría, un ciudadano que roba un teléfono sufre vejaciones y hacinamiento. Nadie merece ser maltratado en la cárcel, eso está claro. Pero un Policía que hace desaparecer a una mujer y un niño se puede pegar un baño con agua caliente y mudarse bañado".

División Bomberos de la Policía de Tucumán

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