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"Son noticias que te hacen mal": la angustia de Walter, un vecino tucumano de barrio

EN PRIMERA PERSONA

"Estaba sentado viendo las noticias y, mirando ese tipo de contenidos, uno dice: 'Pucha, no le pegamos ni una'". ¿Qué pasa?

La inseguridad, la violencia entre los vecinos, males de la sociedad a corregir. Foto: Minuto.





Walter es un vecino tucumano que vive en su barrio hace más de 25 años. Esta mañana estaba viendo las noticias en su celular: entre ellas apareció contenido violento, con agresiones, gritos, insultos, amenazas y un sinsabor en Walter por parte de la sociedad que no encuentra a través del diálogo el entendimiento. “Estaba sentado viendo las noticias y, mirando ese tipo de contenidos, uno dice: ‘Pucha, no le pegamos ni una’. Entonces pensé: ‘O le doy de baja al Facebook, o cierro sesión y no veo noticias por un tiempo’. Son noticias que te hacen mal”.

Pasada la adolescencia y entrada la adultez, Walter identifica el momento de la naturalización de la violencia entre vecinos “desde que empezamos a declinar como sociedad económicamente; no solamente a nivel provincial sino a nivel nacional. Lo ves en todos lados: desde vecinos hasta un juez que le tiró la moto a un delivery. La mala economía sumado a lo que nos dejó la pandemia es el caldo del cultivo de lo que nos está pasando”.

Ante tal escenario que vive Walter como muchos tucumanos y tucumanas, pide: “No perder la esencia con la que vinimos al mundo: la inocencia del niño, querer ayudar al otro. Tenés dos caminos: el de la violencia y el de la intolerancia, o el de la paz y el de la tolerancia. Más allá del carácter que tengas. Son dos caminos: te armás de paciencia y caminás junto al otro, que es algo que se aplica en el trabajo y en la familia en general para tener armonía”. 

“La intolerancia está a la orden del día, pero elijo ser tolerante con la gente que te rodea porque al fin y al cabo ellos y las situaciones con las que uno lidia son las cargas en la mochila que te acompañan hasta que terminás de trabajar, llega la noche y volvés a la casa con tu familia. Mientras más liviana sea la mochila, mejor. Yo la dejo afuera, antes de entrar a mi casa. A los problemas los dejo afuera”, remarca Walter.

La intolerancia, la impaciencia, la ira, el enojo, la pérdida de la amabilidad, las formas de hablarnos, de los gestos, tienen una salida para Walter: “Necesitamos recuperar la conexión con Dios. No hablaría de religión, pero sí pienso que la parte espiritual ha quedado postergada. Más allá de las creencias personales esos valores espirituales que lo conectan de nuevo a uno con el lugar donde vive, esa paz que necesitás para andar en la vida, eso hay que recuperar".

"Hay gente que se refugia en el alcohol y dice: ‘Tengo problemas, tomemos, ahoguemos las penas’. No lo veo como una salida. Las drogas, el alcohol y la delincuencia no son la salida a nuestros problemas. Hoy el dios principal del ser humano es el dinero, el que rige todo: tu humor, tu carácter. No puede ser así: hay que armarse de paciencia y caminar junto al otro, no veo otra manera de convivir mejor entre todos”.