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"Un vecino lo dijo": el secreto más terrible de las muertes en la cárcel de Concepción

Tragedia

El escenario más difícil se vivió el fin de semana en La Perla del Sur: encerradas y abrazadas, cuatro mujeres perdieron la vida en un incendio. Yanet rompe el silencio a través de los relatos de su prima Ivana.

Ivana (izquierda), Yanet (derecha).





Macarena Maylen Salinas, Yanet Yaqueline Saquilán, Micaela Rocío Mendoza y María José Saravia estaban detenidas en la brigada femenina de Concepción. Dos de ellas, con condena, hacía meses que esperaban el traslado a una unidad penitenciaria, pero el colapso en el sistema que se repite a lo largo y ancho del país, no lo permitió.

El jueves 2 de septiembre un incendio cuyas características y origen todavía no fueron definidos, acabó con la vida de las cuatro, que murieron gritando, abrazadas. Un vecino de la zona fue quien llamó a la policía. 

Ivana Quispe, es sobrina de Yanet, y nos cuenta sobre la marcha que realizaron en la ciudad de Alberdi, pidiendo justicia y esclarecimiento para el caso:

“Teníamos una relación muy cercana, las dos teníamos la misma edad (23) y un hijo que nació casi al mismo tiempo. Estaba detenida desde agosto que le dieron la domiciliaria, después la volvieron a detener y hacía 7 meses que estaba cumpliendo en la brigada, todavía no estaba en juicio, estaba en investigación su casa. La Brigada Femenina es como una casa grande, ellas cuatro estaban en una pieza de 3x3, nunca he llegado a entrar en ese lugar pero eso me contó cuando hablábamos por teléfono”, revela Ivana.

“Una de las internas venía teniendo un problema con Macarena y Micaela según me contó Yanet. Ella me contó que una de las chicas era preferida de la policía, había dos que quería que las pasen al penal y lo reclamaban porque ya tenían condena. El día miércoles yo hablé con Yanet, y me contó que Macarena había pedido una maquinita de afeitar y se la negaron, y también me contó  que una de las policías le había pegado una cachetada (dos semanas antes del fuego). La policía que me atendió ese día que le pegaron, me dijo que no podían atender el teléfono porque estaban ‘un poco castigadas’. Al otro día yo llamo y logro hablar con ella y me dice lo que pasó”.

La manera en la que viven las personas detenidas en lugares en donde las condiciones edilicias no son las adecuadas, revela no solamente el colapso del sistema penitenciario, sino que deja al desnudo la deshumanización que viven las personas que están en contexto de encierro, pues Yanet y sus compañeras de “celda” atravesaron inclusive a un hambre voraz:

“Un día ella me contó que estuvieron tres días sin comer, y que pidieron permiso para hacer fideos hervidos el día sábado, y les dieron ese permiso por suerte. No recibían visitas, solamente podían ir a dejarle ropa o cositas una vez a la semana, no la veíamos desde hacía siete meses. Desde que cayó detenida ahí nadie más la vio", le confiesa a eltucumano.

El reclamo de los familiares de Yanet, apunta directamente a la inacción de las fuerzas de seguridad cuando el fuego comenzó a arder, algo que no muchas personas conocen: “Estamos pidiendo justicia y preguntando ‘¿las guardiacárceles donde estaban?’ Porque ellas no llamaron a los bomberos. Un vecino dio una nota, dijo llamarse Raúl pero no dio el apellido, y contó que fue él quien llamó a los bomberos porque dijo que eran desgarradores los gritos de esas chicas, eso casi no se sabe, ni a los bomberos llamaron ellas”,

A pesar de que muchas veces se despersonaliza a quienes están atravesando una espera de juicio o condena en contexto de encierro, la prima de Yanet remarcó que en este plano, muchas personas esperaban y dependían de la joven: “Ella tenía un hijo de 5 años y un hermano especial, los dos estaban a cargo de ella, la madre falleció hace cinco años y el padre hace un año. El hermanito especial se queda con mi mamá, y el hijo con una hermana de ella”.

Al cerrar la historia, la joven recuerda a su tía con mucho amor y no puede evitar la emoción al pensar en lo complicado de su situación y las formas en las que salió adelante: “Cuando ella tenía a su padre vivo, el cuidaba de su hermano y su hijo, ella trabajaba para mantener a su hijo, trabajaba en limón y en arándano para mantenerlo. Nunca tuvo maldad ni por nada ni por nadie”.