Top

El problema del Dólar

OPINIÓN

"La explicación del magro nivel de empleo es el crecimiento del tipo de cambio por encima del salario promedio y de los precios de las micro, pequeñas y medianas empresas que afecta principalmente el conjunto del entramado industrial", plantea el economistas tucumano Horacio Rovelli en su columna especializada.


Según publica e informa CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y CEC (Centro de Exportadores de Cereales) liquidaron operaciones de ventas al exterior e ingresaron al país, en el primer semestre del año 2021, por 16.659,7 millones de dólares.  A su vez el BCRA pudo comprar a los exportadores en el mismo período 7.000 millones de dólares, pero las reservas internacionales se incrementaron solo en 2.956 millones de dólares (pasó de 39.410 a 42.366 millones de dólares del 30 de diciembre de 2020 al 30 de junio 2021).  En el período de mayor bonanza y las reservas aumentan mínimamente.

Una parte de esos 7.000 millones de dólares comprados en el semestre por el BCRA, según informa la entidad rectora, se emplearon para pagar intereses de la deuda externa, esencialmente a los organismos internacionales de crédito; la otra parte se destinó a anticipo de importaciones, deudas del sector privado y de las provincias, y a cubrir la demanda minorista. Pero, en el período se destinaron no menos de 800 a 900 millones de dólares para intervenir en los mercados cambiarios alternativos: dólar MEP (Mercado Electrónico de Pagos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires) y dólar contado con liquidación (CCL) o dólar cable (que es el medio que usan los usuarios para girar dólares al exterior), y es el BCRA quién mediante operaciones de mercado abierto compra con dólares de las reservas, títulos públicos nominados en moneda extranjera y los revende en pesos.

Esto es, por ejemplo, el BCRA compra en dólares el título público BONAR 2030 y los paga a 40 dólares la lámina de $ 6.700 (el precio implícito del dólar es $ 167,5.- que surge de dividir los pesos por su valor de mercado en dólares), pero lo hace vendiendo dólares de las reservas internacionales del BCRA que la autoridad monetaria debe preservar.  Y lo hace al solo efecto de que no se amplié más la brecha entre el dólar oficial (que el viernes 2 de julio 2021 cerró a $ 101,5 fijado por el Banco de la Nación Argentina, tipo vendedor) y los distintos dólares paralelos.

No es la única intervención en el mercado cambiario del BCRA, perdiendo reservas internacionales.

También, junto con el Ministerio de Economía de la Nación, se endeudan en dólares en títulos que pagan 6 dólares cada lámina de 100, pero que en los mercados internacionales esos títulos están cotizados al 40% de su valor (la lámina dice 100 dólares, pero se compran entorno a los 40 dólares) Vale decir, pagando más del 15% anual en dólares (paga 6 por ciento de interés pero el título vale 40 dólares, por ende la tasa que reciben los que lo compran es del 15% anual en dólares) . El Tesoro deberá pagar por esos títulos que tienen un valor nominal total de unos 3.000 millones de dólares, 450 millones de dólares anuales de intereses.

Los Idus de agosto 

Pero todo empieza a complicarse de verdad desde el mes de agosto próximo, en que, por un lado se termina el ingreso fuerte de las exportaciones y, por otra parte, existen vencimientos de los títulos de deuda que superan los $800.000 millones hasta fin de año. Por ende, si bajara mucho el nivel de roll-over (canje de títulos de deuda que vencen por nuevos), será necesaria una mayor emisión monetaria para asistir al Tesoro que debe sí o sí incrementar sus gastos por la pandemia. Primera dependencia: Se necesita que los tenedores de títulos que vencen en el período lo cambien en forma mayoritaria por nuevos títulos de deuda argentinos.

Debe contemplarse que dentro de esos vencimientos, hay títulos de deuda pública en poder de las inversoras norteamericanas PIMCO y Franklin Templeton, que esperan las fechas de vencimientos para irse de la Argentina y, allí no solo por la magnitud de esa deuda, sino por el accionar, si salen de ellos en su totalidad es una señal que puede ser tomada por los otros tenedores de títulos públicos.

Pese al importante superávit comercial y ventas record de productos agro industriales, las Reservas Internacionales del BCRA al 30 de junio 2021 suman 42.366 millones de dólares, cifra que es menor a los 45.190 millones de dólares que eran las reservas internacionales al 10 de diciembre de 2019.
Es más, se trata de reservas brutas, a las cuales hay que descontarle el encaje de los depósitos en divisas captado por los bancos del sistema que a esa fecha rondan los 12.000 millones de dólares; los dos swaps con la República Popular China por casi el equivalente a 20.000 millones de dólares; y el préstamo del Banco Internacional de Basilea de 3.650 millones de dólares

En síntesis, más allá de la bonanza efímera hasta fin de este mes de julio de 2021, esencialmente por la venta de la cosecha gruesa que el BCRA no compró ni menos preservó como debería haberlo hecho y, hasta por la posibilidad de recibir los 4.354 millones de dólares por ampliación de capital del FMI  ,  el mes que viene, en agosto 2021, se debe enfrentar con la segunda dependencia, que son las Leliq, las Letras de Liquidez del BCRA que coloca en los Bancos para que los bancos no presten y le paga una tasa del 38% anual, pero a 7 días, que no para de crecer y que este gobierno triplicó de 758.453 millones de pesos el 10 de diciembre de 2019 a 2.015.293 millones de pesos al 30 de junio 2021.  Es más, si le sumamos a las Leliq los Pases Pasivos que son préstamos que los bancos le dan al BCRA por uno, dos o tres días, totalizan al 30 de junio 2021 la suma de $ 3.457.426 millones, cifra que supera ampliamente la Base Monetaria (que es la cantidad de dinero emitido y puesto en circulación por el BCRA que al 30 de junio 2021 asciende a $ 2.664.607 millones). En síntesis, en agosto 2021 se depende de la buena voluntad de los bancos para que sigan comprando Leliq y no se pasen al dólar.

Y la tercera dependencia financiera sigue siendo la presión del FMI, quién es el mayor acreedor de la Argentina y que si bien acordó no enviar una inspección al país, lo cierto es que monitorea las cuentas públicas y condiciona las políticas de estímulo a la producción y de inversión del Estado, como lo demuestra el resultado fiscal del primer semestre 2021 en que se registra una reducción generalizada en el gasto público.  El ajuste fue mayor en el pago de las jubilaciones y pensiones y en las remuneraciones del personal estatal y, si bien el gasto de capital aumenta levemente con respecto al año pasado, no llega a ser en el semestre el 28% del presupuesto para el año 2021, con lo que se convierte de hecho, en variable de ajuste, para asegurar el pago de los intereses de la deuda.


En síntesis

La situación económica no es la mejor, se viene de una caída del 9,9% del PIB (equivalente a unos 40.000 millones de dólares) en el año 2020 y en el primer semestre 2021 los indicadores de recuperación no son los mejores, recupera un 2,5% el PIB pero con descenso del consumo global y con descenso del nivel de empleo.  La explicación del magro nivel de empleo es el crecimiento del tipo de cambio por encima del salario promedio y de los precios de las micro, pequeñas y medianas empresas que afecta principalmente el conjunto del entramado industrial, que sufren en simultáneo la contracción del mercado interno por la pandemia y, el impacto financiero del crédito escaso y las elevadas tasas de interés, cuando se viene de la etapa del gobierno de Cambiemos con el incremento de tarifas y de costos de producción y un recrudecimiento de la competencia de productos importados.

En ese marco de lenta recuperación y con una inflación en torno al 45% anual, la política financiera y cambiaria es frágil,  máxime que el BCRA preserva el negocio y las utilidades del sector financiero y cambiario y se desliga de generar créditos y a tasas razonables para la producción y el consumo.  La demostración palpable que el total del préstamo es el 11% del PIB y es el porcentaje más bajo desde que se creó la autoridad monetaria en el año 1933.




Horacio Rovelli

Tucumano, Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP). Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros.