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"Me desconcertó": le robaron el auto al capellán del Hospital Padilla

Amigos de lo ajeno

El padre Sergio Costilla terminó de dar la misa esta mañana y descubrió que le habían robado un bolso con las llaves del auto, instantes después, constató que también se lo habían llevado. El extraño incidente y la ardua tarea de la contención espiritual en plena pandemia: “Vivimos momentos duros”.

Foto de https://msptucuman.gov.ar/





Como lo hace todas las mañanas, de lunes a viernes, desde hace doce años, el padre Sergio Costilla terminó hoy a las ocho de dar la misa en la capilla del Hospital Padilla. Tras la ceremonia religiosa, fue hasta la pequeña habitación donde guarda los ornamentos y descubrió su bolso todo revuelto. Le faltaban documentos personales y las llaves del auto. Al ir hasta la esquina de Lamadrid y Bernabé Aráoz donde deja siempre su Volkswagen Gol, constató que el vehículo con el que recorre las 19 capillas del área que comprende su parroquia, ya no estaba ahí. “Se ve que es alguien que conoce el lugar donde yo llego y dejo las cosas. Tiene que ser alguien que haya visto y que sepa donde estaciono el auto.  Me desconcertó eso porque uno no sabe quién anda y cómo te observan. Me llama la atención que no se haya llevado todo el bolso”, conjetura, preocupado, el capellán. 

Después de descubrir el robo del automóvil, Sergio Costilla realizó la denuncia en la Comisaria Segunda. Según comenta, si bien no hay indicios de quién podría haber sido el responsable, sus colaboradores aseguran que vieron un hombre delgado y alto en las inmediaciones de la habitación donde se encontraba el bolso. Además del vehículo, el capellán sufrió la sustracción de su DNI, la tarjeta de débito, el carnet de manejo y de la obra social. También sellos oficiales de la parroquia con su nombre. 

Desde hace doce años el padre Costilla es el capellán del Hospital Padilla. Ahí es donde se encuentra todas las mañanas, de lunes a viernes, para oficiar la misa y para brindar contención espiritual a los enfermos y a sus familias, pero también al personal de salud en su labor cotidiana. Según revela, su acompañamiento nunca había sido tan requerido como ahora con el advenimiento de la pandemia. En los momentos críticos que se viven en la lucha cotidiana contra el Covid, son muchos los que se acercan en busca de palabras de aliento y de consuelo. “Nuestra función es tratar de brindar consejo y la oración por los enfermos y sus familiares. Es fundamental el dialogo y la escucha para las personas que reciben un mal diagnóstico. Ahora veo que la gente está muy preocupada por la pandemia. Es tan variante este virus que lleva a las familias a que estén preocupadas porque vivimos momentos duros, de mucha angustia, y la gente se aferra a la fe para afrontar estos momentos difíciles que estamos atravesando”. 

“Hay gente que va ordinariamente a la capilla del hospital, pero ahora se ha acercado más. Se nota esa necesidad de compartir unas palabras de aliento y de ser escuchado. Es necesario poder acompañar desde la escucha. No sólo van los familiares de los pacientes, el personal médico también participa de la capilla. Si no van a la misa, se acercan para recibir los sacramentos o, simplemente, para dialogar”, comenta el capellán quien resaltó la vocación del personal de salud en la lucha contra el Covid: “Es una mezcla de sensaciones para ellos porque está la preocupación por la salud de los pacientes, pero también para ellos mismos y para sus familias porque están en contacto con el virus y también con otras patologías. La verdad que tenemos un personal excepcional, son extraordinarios en su dedicación”. 

El padre también dirigió unas palabras a la sociedad tucumana y enfatizó en la necesidad de que todos continúen cuidándose: “Tenemos que ser un poco más obedientes para cuidarnos, para poder poner los limites. A veces, nos cuesta obedecer, pero tenemos que ser pacientes con nosotros mismos y con la familia. Esto de estar más tiempo en casa nos obliga a ser más comprensivos con los demás. También es momento de no descuidar la vida espiritual ni la oración, que es lo que nos sostiene en estos momentos difíciles”. 

Con ese Gol Power modelo 2009 que le sustrajeron, Sergio Costilla suele recorrer las 19 capillas que comprende su parroquia, muchas de ellas, ubicadas en los límites con la provincia de Salta. Río Nio, Los Chorrillos, Timbo Viejo y Nuevo, Alto de Medina, El Cajón son algunas de las localidades que suele visitar, aunque a varios de esos sitios sólo puede acceder en camioneta. Por las redes sociales se ha divulgado una imagen del auto sustraído y se han puesto a disposición los teléfonos 4276890 y 3814150079 para quienes puedan tener información acerca del vehículo robado. A su vez, el capellán ha destacado los gestos de solidaridad que ha recibido en estos momentos: “Mucha gente de la comunidad se ha ofrecido para poder llevarme a las misas”.