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"Es una gran emoción": Toro, los recolectores de Tafí Viejo y el día más esperado

HISTORIAS DE ACÁ

Todavía es de noche cuando Emilio Carrizo está desayunando. Junto a 60 compañeros no han parado un solo día su tarea desde que empezó la pandemia. A partir de ahora limpian la ciudad con más tranquilidad: "Hemos recibido la vacuna. Nos sentimos importantes, amigo".

Emilio y sus compañeros esta mañana, ya vacunados, antes de salir a trabajar.





Todavía es de noche cuando Emilio Carrizo está desayunando. Le unta manteca al pan hasta que el saquito del mate cocido tiña de verde el agua caliente. Su familia todavía duerme y la tele tiene el volumen bajo mientras pasan los goles del fin de semana. Emilio no quiere despertar a nadie y hace todos los movimientos en silencio: ya tiene puesto el uniforme de grafa naranja mientras se calza las botas negras de trabajo, ahora la gorra, cierra la puerta y sale a las calles de Tafí Viejo: su lugar en el mundo.


“Vivo aquí, a dos cuadras de la estación, casi al final de la avenida Alem, y a Tafí no lo cambio por nada en el mundo, amo Tafí Viejo, no me iría nunca de aquí, pero nunca”, arranca para que quede bien claro de entrada Emilio Carrizo, mientras saluda a los vecinos de este lado del puente o del lado de la Villa Obrera, o de Lomas, o de Los Pocitos, o del Próspero Mena, qué importa: conocido por todos, Emilio Carrizo es Toro, chazudo como él solo, grandoto, ancho, picante, al paso, al trote, al galope, un pura sangre al lado del camión de recolección de residuos todas las mañanas y ahora vacunado con la primera dosis de Sinopharm como personal esencial en la lucha contra el Coronavirus.


“Estábamos tan ansiosos con esta vacuna… Hace como 10 ó 15 días que nos pidieron los datos y desde entonces esperábamos este día. Es una gran tranquilidad y una gran emoción para nosotros los compañeros y sobre todo para la familia, que estaban preocupados. Por nuestra tarea, todos los años nos venían vacunando contra la gripe, pero desde que empezó la pandemia que esperábamos este día. Un médico amigo me sacó cualquier duda y puse el brazo. Ni me dolió”, cuenta Toro, impecable el día después del pinchazo, esta mañana ya al lado del camión.


“La única recomendación que nos dieron a los compañeros es que si llegáramos a tomar fiebre o dolor de cabeza nos tomáramos un tafirol cada ocho horas. Tengo mi suegro a los 84 años que ya recibió las dos dosis y no le dio ni la tos. Estamos todos de diez y es muy emocionante sentir este reconocimiento a nuestra profesión por más que seamos recolectores de residuos. Todos los compañeros estamos recibiendo la vacuna estamos emocionados con nuestro intendente. Y mi señora está feliz: ella siempre desinfecta las bolsas, inculcamos eso en todos los vecinos y cumplen. La conciencia de los vecinos de Tafí con la recolección se está viendo”.

Con la primera dosis ya recibida, Emilio siente un reconocimiento extra: “La recolección de residuos es cuidar a toda la gente. Desde que empezó la pandemia, no ponemos obstáculos: somos un servicio esencial que no se puede parar y no hemos aflojado un día. La recolección no para: se divide en tres turnos todos los días y el compromiso laboral es absoluto. Además del agradecimiento a nuestro intendente Javier Noguera, también el agradecimiento es para nuestro encargado el arquitecto Matías Heredia".

"Salimos desde Lomas y nos dividimos por zonas: cada recorrido son tres horas al lado del camión. No nos podemos sentir más orgullosos de lo que estamos viviendo. Nos sentimos importantes, amigo”, cierra Toro, quien se saca la foto con los muchachos este sábado a la mañana. Son las 7.42. Hace frío. Ya están abrigados. Ya están vacunados. Ya están más tranquilos.

Emilio, el primero desde la izquierda, y sus compañeros esta mañana bien temprano.

A toda hora.


El homenaje a los trabajadores de Tafí por el 1° de Mayo.