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"Recién lo leí, no sé qué voy a hacer": el drama de una empleada de comercio

PRESOS DEL TRANSPORTE

Carolina Montenegro trabaja en una casa de telefonía celular en el microcentro y relató lo que sufren miles de tucumanos y tucumanas: "Lo pienso y lo pienso y realmente no sé ahora qué voy a hacer". Y pide: "Hoy los empleados de comercio más que nunca pedimos volver al horario corrido de 10 a 18".

Microcentro tucumano.





Carolina Montenegro trabaja en una casa de telefonía celular en el microcentro tucumano y este viernes a la noche, hace unos minutos, acaba de leer la noticia que anuncia el corte del servicio público de colectivos a partir del domingo a las nueve de la noche: “Recién lo leí, no sé qué voy a hacer”.


El lunes Carolina debe volver a trabajar, al igual que miles de tucumanos y tucumanas, en el escenario más desolador y cargado de una incertidumbre total: “Recién me estaba dando con la novedad. Esta medida nos perjudica notablemente y no solo a nosotros: a los trabajadores del comercio, de la salud, al personal docente. Ya habían reducido la frecuencia desde hace rato, pero ahora lo formalizan”.


“Yo vivo en Manantial Sur. El 17 que va al Chañarito pasa a una cuadra. El local cierra a las 21. Mi empleador es flexible. ¿Qué tengo que hacer? ¿Salir corriendo hasta la parada para tomar el último? Las demoras son de 40 minutos, de hasta una hora. Los colectivos van repletos. No se respetan los protocolos de coronavirus y viajamos como ganado. Si dejás pasar un colectivo, fuiste. Entonces la última que me queda es tomarme un remís: 600 pesos me sale hasta mi casa. Y hay mucha inseguridad para compartir con alguien el viaje”, explica.


“Somos los únicos rehenes de todo este conflicto sin fin. Estamos abandonados desde la Cámara de Comercio, del Gobierno, de la empresa de transporte público, somos los últimos que tenemos voz y voto, nadie nos ve, ni el mismo gremio que nos está representando. Estamos a la deriva y no podemos seguir a la deriva. Somos los que aportamos, somos los que hacemos funcionar la economía interna de la provincia, los que cumplimos horarios”.


“Los chicos que trabajan en los shoppings tienen otros horarios. O la gente trabaja en los call centers y sale de madrugada, ¿qué hace? Si no tiene su moto, ¿gasta en taxi? ¿Y el personal de salud? Quieren sacar el primer servicio de las 5 de la mañana. ¿Qué hace una enfermera que entra a la guardia a las 6? Vamos a gasta 10 mil pesos por mes en viajar al trabajo? Es una verdadera locura”, llama a la reflexión Montenegro.


“Hay muchos empleados que cobran 25 mil pesos por ocho horas. A este paso, ya no sabés si conviene trabajar o quedarte en la casa. Encima yo no tengo compañeros que vivan dentro de la misma zona. No sé qué voy a hacer el lunes, es una total desolación. Hay compañeros que viven en Lules, Famaillá, Tafí Viejo. Es desesperante. Se quedan a hacer tiempo a la siesta para no volver a sus casas".

"Se quedan en la plaza, en la peatonal, comen un sanguchito: salen a las 6.30 y vuelven a las once de la noche. Es decir: están todo el día en la calle. Ni hablar de la inseguridad: esperando el colectivo, quedás a la deriva, es la quinta vez que me asaltan. Ojalá intervenga el Gobierno de urgencia, así no se puede más. Lo pienso y lo pienso y no sé qué más se puede hacer. Hoy los empleados de comercio más que nunca pedimos volver al horario corrido de 10 a 18. Así, de verdad, siento que no se puede más”.