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Comenzó la cuenta regresiva para que los tapires vuelvan a la yunga tucumana

Día Mundial de la Vida Silvestre

Once instituciones y más de veinte personas trabajan en el proyecto de reintroducción de la especie extinta hace 70 años en la Provincia. Del apoyo de la comunidad depende el éxito del trabajo que comenzó en 2001 en la Reserva de Horco Molle de la UNT.





Diez ejemplares de tapires que habitan en la Reserva Experimental de Horco Molle (REHM-UNT) son la esperanza para que la especie vuelva habitar la yunga tucumana a 70 años de su extinción de la Provincia. La primera presentación de Proyecto de Reintroducción se realizó en el Simposio Internacional de Tapires celebrado en Costa Rica en 2001. Veinte años después, la iniciativa está por dar sus frutos con la liberación de ejemplares a fines de este año en el Parque Sierra de San Javier. Se trata de una experiencia única en el mundo, en la que intervienen 11 instituciones y más de 20 especialistas, pero que necesita del apoyo de toda la comunidad para que los tapires vuelvan y se queden en los lugares de los cuales fueron expulsados por la caza furtiva y la modificación de los ambientes naturales. La proyección a 10 años es contar con 50 o 70 ejemplares libres.   


“Ahora estamos trabajando en la selección de los ejemplares para la liberación. Nuestros planes eran poner a la primera pareja en pre-suelta en un lugar de aclimatación en el Parque Sierra de San Javier a finales del año pasado, pero por cuestiones vinculadas a la pandemia el Proyecto se retrasó un año”, comentó el director de la Reserva Experimental de Horco Molle, Juan Pablo Juliá, sobre los avances de las tareas que incluyen, además de la elección de los ejemplares, la prueba de collares GPS que permitirán rastrear a los tapires una vez que estén libres. 

Los dispositivos que aportarán información satelital fueron diseñados en conjunto con ingenieros de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (FACET-UNT), en una experiencia de tecnología al servicio de la conservación
“El objetivo del collar transmisor es ubicar a los animales en terreno, en un rango de 15 kilómetros: en los últimos días los probamos en forma fija y a la intemperie para ver cómo reaccionan ante factores como el agua”, detalló el especialista, quien destacó que, en simultáneo, el área de Educación Ambiental de la Reserva está trabajando para preparar a la comunidad para la liberación de los tapires, un hecho de gran relevancia para la ciencia debido a que existe un sólo antecedente de reintroducción de tapires en mundo

“La liberación de los tapires será un evento único en el NOA porque, si bien la Reserva siempre ha participado activamente del rescate y la liberación de animales, es la primera vez que inicia un proyecto de reintroducción de una especie extinta en Tucumán y la región. En otras provincias tuvieron éxito con otras especies, pero con tapires sólo hubo una experiencia en el mundo, que fue en Corrientes y resultó fallida. Hemos tenido mucho diálogo con los investigadores para no repetir errores y aprender de esos resultados. Por eso, habiéndonos nutrido de esa experiencia, es probable que empecemos con una sola pareja para poder tener un seguimiento y llevar un control más estricto. Nuestros cálculos indican que, a futuro, la Sierra de San Javier puede albergar entre 50 y 70 tapires”. 

 
A la búsqueda de candidatos

Por estos días los especialistas del Proyecto Tapir debaten cuáles son los ejemplares que serán liberados a fin de año. “En este momento hay 10 tapires en la Reserva y están preseleccionadas dos parejas”, anticipó Juliá a eltucumano.com. Entre los criterios que se tienen que cuenta figuran la edad, el potencial reproductivo, el comportamiento, la sanidad y la genética.

El biólogo Diego Ortiz, responsable de Manejo Animal de la REHM, completó que “es fundamental que no se trate de animales longevos; los seleccionados tienen aproximadamente dos años y ya están en etapa reproductiva, por lo que una vez liberados van a poder procrear. Un aspecto a considerar sobre esta especie es que tienen crías cada un año y medio o dos, por lo cual su reproducción es lenta”. Por otra parte, los candidatos a la liberación no nacieron en cautiverio, esto quiere decir que alguna vez tuvieron contacto con su hábitat natural. “Si bien no es el aspecto fundamental, porque también se liberarán animales que vivieron siempre en la Reserva, en esta etapa sí estamos privilegiando que no estén muy acostumbrados al hombre: elegimos los más ariscos, los que menos se dejan observar y acariciar. Sin embargo, lo más importante es que sean animales sanos”, puntualizó. 

La liberación de los tapires implicará la puesta en práctica el Manual de Reintroducción y Translocación de Tapires que los especialistas tucumanos publicaron en 2007 junto a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. “Si bien ese material ya se viene poniendo en práctica, ahora es la primera vez que vamos a utilizar esa información en una reintroducción plena de la especie en un lugar en el que ya se había extinguido”, celebró Juliá, quien señaló que aún están discutiendo cuál será el mecanismo de liberación para reducir los márgenes de error.

“En esta etapa van a surgir problemas que tendremos que resolver sobre la marcha, si bien realizamos un mapa de situación de cuáles podrían ser los inconvenientes, en estos proyectos surgen imponderables que son específicos de cada localidad y de cada especie”, subrayó el director de la Reserva de Horco Molle.   

La conservación, tarea de todos

Proyectos de reintroducción de fauna nativa como el que lleva adelante la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán a través de la REHM con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Productivo de la Provincia, de la Legislatura de Tucumán y de aportes de empresas privadas precisan de recursos económicos, profesionales capacitados en diversas disciplinas y, fundamentalmente, del apoyo de la comunidad para desarrollarse con éxito, de allí su envergadura y el gran desafío que supone.      

“La única forma que tiene de prosperar es con un apoyo importante de toda la comunidad. Es fundamental que la gente sea consciente y lo sienta propio al proyecto. Si tenemos eventos de caza furtiva, de rechazo social o miedo a los tapires estamos frente a un problema. Por eso, queremos anticiparnos antes de que se presenten estas situaciones”, describió Juliá, al tiempo que indicó que el área de Educación Ambiental de la REHM está abocada a difundir y a generar conciencia sobre la importancia de esta especie para Tucumán en diferentes espacios.  

“El tapir es el mamífero terrestre más grande Sudamérica y es una especie importante en términos biológicos. Se los conoce como ‘el arquitecto del paisaje' porque influyen en la composición y la estructura de los paisajes vegetales en donde viven, favoreciendo la biodiversidad. Por otro lado, decimos que es una especie ‘paraguas’ porque, al tener grandes requerimientos de hábitat, protegemos al tapir y a otras especies menos carismáticas”, explicó. 
 

Ortiz, por su parte, remarcó que los tapires se extinguieron junto con otras especies como los jaguares, los osos hormigueros, las vicuñas y el tatú carreta debido a los cambios en el hábitat y la caza furtiva. Sin embargo, se mostró optimista respecto al Proyecto de Reintroducción. “Las posibilidades del éxito son muy grandes porque hay ambientes protegidos, prácticas que se modificaron y, fundamentalmente, un cambio de conciencia de la sociedad”, analizó.
 
En este sentido completó que “la Sierra de San Javier es un área protegida donde el tapir va a tener un ambiente para poder vivir, reproducirse y conseguir alimento. Además, va a tener la seguridad de ser cuidado por los guardaparques e, incluso, por los bikers, los senderistas, los vecinos de la zona y el público en general. La idea es crear conciencia y que la gente tenga una mirada diferente sobre la naturaleza, que todos sean sus cuidadores. Bajo estas condiciones, el tapir puede ser una especie emblemática para nuestra Provincia. Su regreso sería un logro muy importante, no sólo para la conservación de la especie, sino también para la restauración de los ecosistemas y para orgullo de los tucumanos”.  

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