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Habilitan la asistencia presencial de fieles a las misas en Tucumán

CELEBRACIONES DE CULTO

Con una carta a los fieles, el arzobispo Carlos Sánchez anunció que volverán las misas presenciales en nuestra provincia con hasta un 50% de asistencia a los templos. Se mantendrán las celebraciones virtuales. Conocé el protocolo.

Foto: Facebook Página de la Arquidiócesis de Tucumán





"Queridos hermanos, providencialmente en el día del Señor de la Salud, retomamos la celebración de la Santa Misa con asistencia de fieles en las comunidades de la Arquidiócesis de Tucumán", informó el arzobispo de Tucumán monseñor Carlos Sánchez este martes.

Desde hoy, el Comité Operativo de Emergencia (COE) autorizó la realización de misas con presencia de fieles, respetando los protocolos sanitarios vigentes en el marco de la pandemia de Coronavirus. Se autoriza hasta un 50% de capacidad dentro de los templos y entre las recomendaciones sanitarias se omite, entre otras cosas, el saludo de la Paz.

"El retorno a la celebración de la Misa en comunidad nos ayuda a sostenernos en estos momentos de crisis, pero además nos permite entrar en comunión con aquellos que fueron víctimas de la Pandemia", destacó la Arquidiócesis de Tucumán.

Sánchez enfatizó que "confiando en el Señor de la Salud que nos libre de esta pandemia, sane a los enfermos y fortalezca a los que los cuidan; e invocando la protección de Nuestra Madre de la Merced, los despido cordialmente con mi bendición paternal".

INDICACIONES PARA CELEBRACIONES DE MISAS CON ASISTENCIA DE FIELES

Cuestiones generales a tener en cuenta:

Todos los fieles de la Arquidiócesis de Tucumán, están dispensados del precepto dominical.

Todas las comunidades deben contar con voluntarios para el ingreso y desarrollo de las celebraciones.

Al comienzo y al final de la celebración todos deben sanitizar sus manos y calzado.
El ingreso a los lugares de culto debe desarrollarse de manera que se eviten las aglomeraciones tanto en el templo, como en secretaria, sacristía, atrio y anexos.

Sólo los fieles que usen el tapaboca o barbijo pueden acceder a las celebraciones.

Se permite el acceso a personas con discapacidad, ubicándolos en lugares destinados para ellos con los cuidados sanitarios.

Los fieles que tengan fiebre, alguna enfermedad respiratoria u otras, se les ruega no asistir a ninguna celebración, ni siquiera al templo para la oración individual.

A las personas mayores o a quienes tengan alguna enfermedad que forman parte del grupo de riesgo, se les recomienda no participar de las celebraciones comunitarias. Se recomienda que participen de las celebraciones por los medios tecnológicos y reciban la comunión sacramental solicitándola en sus parroquias.

Se debe respetar la normativa del distanciamiento entre las personas de, por lo menos, 2 metros frontal y lateral. Se exceptúa de esta medida a las familias que comparten la vida cotidiana en el mismo hogar.

La capacidad máxima de fieles que pueden asistir a los templos para las celebraciones, debe estar controlada por los voluntarios y debe reducirse en un cincuenta por ciento de la capacidad máxima del templo. Cada comunidad buscará el modo de hacer efectiva esta medida (por ej. poniendo sillas; ubicando a los fieles banco de por medio, etc.).

Se recomienda a las parroquias realizar las celebraciones al aire libre respetando la distancia entre las personas y todas con tapabocas, y habiendo sanitizado las manos y el calzado. Privilegiar esta forma de misas al aire libre de acuerdo a las posibilidades; por especial recomendación de las autoridades sanitarias.

Antes y después de cada celebración, se debe extremar los cuidados en torno a la limpieza y a la desinfección del lugar, especialmente los bancos y otros elementos que las personas puedan tocar.

Las parroquias publiquen los horarios de las celebraciones a través de los medios de comunicación y por las redes sociales.

Las personas que recurran a la secretaría parroquial respeten la distancia de 2 metros.

No se distribuirán folletos ni cancioneros ni estampas en el templo.

Los voluntarios deben ofrecer, en la puerta del templo, la sanitización de las manos de cada persona y del calzado con los trapos de piso humedecidos con lavandina en la puerta.

Se mantienen vacíos los recipientes de agua bendita.

No se permite tocar las imágenes. Se recomienda poner algunas vallas con bancos u otras formas para que los fieles veneren las imágenes, pero sin tocarlas.

Las puertas de entrada y salida de las iglesias deben permanecer abiertas para evitar tocar los picaportes y para la ventilación. De ser posible, tener una puerta de entrada y otra de salida.

Los voluntarios organizan las ubicaciones de los fieles dentro del templo con el distanciamiento necesario, así como las indicaciones de salir ordenadamente.

Se recomienda a los sacerdotes que sean breves en las celebraciones.

Una vez concluida las celebraciones litúrgicas, los fieles deberán retirarse del templo en orden y respetando el distanciamiento, rogándoles no permanecer más tiempo ni en el templo ni el atrio.

Recomendaciones para las celebraciones de la Misa.

Al ingresar:

Todos los fieles deben usar tapabocas siempre y en todas las celebraciones.

Sólo el sacerdote que preside la Eucaristía puede estar sin tapabocas en el momento de la celebración eucarística. El sacerdote usará el tapabocas al distribuir la comunión y al finalizar la celebración.

En la sacristía:

Los micrófonos deben estar cubiertos con algún tipo de film que permita su limpieza y reemplazo al final de la celebración.

El que prepara las cosas necesarias para la Misa, debe ser una sola persona, con las manos limpias.

Debe disponer los libros litúrgicos, los vasos sagrados sea en el altar o una credencia al lado del altar para la celebración eucarística, debidamente sanitizados.

En la celebración:

Los lectores mientras leen la Palabra de Dios, pueden estar sin tapabocas. Luego se los vuelven a colocar.

Sólo los sacerdotes tocan los vasos sagrados, no los acólitos o monaguillos.

Se omite la presentación de las ofrendas, que estarán en el altar o credencia al lado del altar.

El ministro celebrante use siempre palias para tapar tanto el cáliz como la patena. Los copones con hostias para consagrar estarán tapados durante toda la Plegaria Eucarística. Sólo se los destapará para distribuir la comunión.

Se omite el saludo de la paz.

Tanto el sacerdote como los ministros deben desinfectarse las manos antes y después de distribuir la comunión.

En el momento de la distribución del Sagrada Comunión el sacerdote y ministros extraordinarios de la comunión, se colocan tapabocas antes de acercarse a los fieles que van a comulgar.

Para la distribución de la Comunión se indicará a los fieles permanecer cada uno en sus lugares; los que deseen recibirla, permanecen de pie y los que no comulguen toman asiento. El sacerdote y los ministros se acercan a los fieles ubicados en sus bancos para evitar circulación y entrecruzamientos.

Una vez que comulguen se van sentando cada uno en su lugar.

La comunión se distribuye solamente en la mano.

La colecta de dinero se realiza al concluir la oración después de la Comunión, con los colectores; todos sentados y con una canción u oración, motivando la generosidad de los fieles. También se pueden disponer de alcancías en el ingreso al templo o dentro del mismo para que los fieles depositen su ofrenda en dinero, al comienzo o al final de la celebración de las Misas. Siempre después de manipular el dinero sanitizarse las manos.

Terminada la celebración uno solo se encarga de limpiar, guardar y desinfectar los vasos sagrados, vinajeras y de todos los elementos utilizados en la celebración; sanitándose las manos antes y después.

Al salir:

Los voluntarios deben procurar la salida ordenada del templo, evitando que las personas se aglomeren en la puerta y en el atrio.

Es muy conveniente mantener las transmisiones de las celebraciones a través de las redes sociales, radio, televisión e internet, especialmente para la participación de las personas en riego, los enfermos y las personas mayores.

Los que se encargan de la limpieza del templo sanitizan todos los lugares y superficies que hayan podido tocar los fieles, con el debido cuidado.


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