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"Con la falta de cumplimiento de las normas, Tucumán podría haber estado mucho peor"

ALERTA: PANDEMIA

El doctor Luis Medina Ruiz, titular del Sistema Provincial de Salud y segunda autoridad sanitaria de la provincia, habló sobre el momento de la epidemia que se transita en todo el territorio tucumano. También opinó sobre el comportamiento de la sociedad durante la etapa de aislamiento y de las recientes decisiones del Comité Operativo de Emergencia.

Medina Ruiz y Chahla, en reunión del COES. (Foto: Ministerio de Salud Pública)





“Con la falta de cumplimiento de las normas, podríamos haber estado mucho peor. No haber estado peor significa muchísimo esfuerzo, con gran capacidad profesional y humana”. Así define el doctor Luis Medina Ruiz, secretario ejecutivo del Sistema Provincial de Salud (SiProSa), la actualidad de la provincia en plena pandemia de Coronavirus. El testimonio del funcionario provincial lejos está de ser una celebración y dista considerablemente de ser una noticia para relajarse, aunque todo parezca indicar que Tucumán logró pasar por sobre la cresta de la primera ola de contagios y que viene de bajada.
 
Para Medina Ruiz, son claras las razones para explicar el porqué de un impacto mucho menor al que quizás muchos imaginaban, teniendo en cuenta las condiciones demográficas del territorio tucumano, uno de los tres más densamente poblados de Argentina. “Acá hubo una planificación para los distintos escenarios desde un primer momento. En febrero nos convocó la ministra (Rossana Chahla) y comenzó el plan de contingencia, se compró todo muy temprano. Se comenzaron a planificar estrategias a tal punto que se levantaron los hospitales modulares en donde tenemos más de 100 internados, la mitad con oxígeno. Estoy convencido de que no estuvimos peor porque hubo una preparación para el mejor y el peor escenario”, explica la segunda autoridad sanitaria de la provincia.
 
¿Y cuál es el peor escenario que se trazó para Tucumán? Todas las camas hospitalarias ocupadas –claro está-, pero, aun así, según el propio Medina Ruiz, la Provincia con entre 600 y 1000 camas más de centros de aislamiento modulares y de nosocomios del interior. “Estábamos preparados para el peor escenario, pero eso significa una alta letalidad. Nosotros hemos llegado a tener 1500 pacientes positivos con muchos internados en terapia intensiva”, señala.
 
Un estudio realizado por economistas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en abril pasado, proyectaba más de 100.000 infectados y alrededor de 2000 pacientes internados, con la mitad de ellos en estado crítico y 200 muertes. El pico, según esta proyección, la única dada a conocer durante la pandemia, adelantaba que el pico se iba a dar después de septiembre.
 
 
Hasta este último sábado, eran 854 los tucumanos internados en hospitales públicos y privados. De esos, 358 permanecen en terapia intensiva, un número muy cercano a las 460 camas críticas que posee el sistema sanitario local, sumando las plazas de internación de los sectores públicos y privados. “Tenemos alrededor de 460 camas de críticos, pero se va modificando a diario en base a la necesidad, complejizando y descomplejizando”, aclara Medina Ruiz. 
 
De cada 100 pacientes, dos pueden fallecer, y de cada 1000, la posibilidad aumenta a 20. Hoy la tasa de letalidad del virus SARS-CoV-2 es lo único que parece no descender, a pesar de que los casos detectados bajaron considerablemente junto con la caída de las consultas en los consultorios febriles de personas con síntomas. El funcionario provincial explica la razón de este fenómeno: “Lo que ocurre es que tenemos pacientes internados del momento en que teníamos 1500 casos por día, de hace una semana o 10 días. Un paciente internado en grave estado pasa entre 15 y 20 días en terapia intensiva”, detalla al tiempo que avizora un descenso de la cifra de decesos en las próximas semanas. “Nuestra letalidad respecto al resto del país es baja, el promedio del país ronda el 2,7%”, agrega.
 
Sin embargo, a pesar de los indicadores a la baja, para el doctor Medina Ruiz la situación sigue siendo preocupante y, más aún, por el comportamiento social. “No nos da mucha esperanza porque el comportamiento social no ha bajado respecto a la circulación del virus. Hay personas que presumen que todo pasó y todavía estamos en un momento crítico de muchos casos por días; nos preocupa que quizás no se percibe el momento epidémico que pasa Tucumán”, recrimina.
 
En este sentido, el funcionario provincial muestra resistencia a las nuevas flexibilizaciones permitidas por el Comité Operativo de Emergencia (COE) que, entre otras medidas, desde el lunes permitirá a bares y restaurantes atender al público hasta la 1 de la madrugada. “Supongamos que están las excepciones y se cumplen los protocolos, perfecto, pero vemos cómo en los bares las personas están muy cerca. Tenemos que recordar la definición de contacto estrecho: más de 15 minutos a una distancia menor de dos metros y sin barbijo. El contacto estrecho se da en todos los bares. Si hay una persona con el virus, contagia a todo el resto. Lo hemos estudiado muy bien cuando tuvimos pocos casos”, advierte el galeno, que pone de ejemplo lo que sucedió en varios países de Europa. “Uno cuando ve la internación en otros países, ve cómo Italia, España, Alemania han pasado el mal momento, ya que ellos han aprendido que con mayores restricciones hay mejores resultados. Hay toques de queda en países con democracias de mucho tiempo y acá se lo percibe como algo que está mal”, se lamenta.

 
El mayor temor de Medina Ruiz es, justamente, repetir los errores del Viejo Continente, en donde se vive la segunda ola, algo de lo que Tucumán podría no estar exento si la vacuna no llega a tiempo. “Al haber flexibilizaciones puede percibir la sociedad que ya pasó lo peor; eso ocurrió en Europa. Pasó la primera ola y seguramente muchas personas que estaban confinadas, salieron, y eso se transformó en la segunda ola: las personas que no estaban contagiadas lo hicieron y eso puede llegar a ocurrir ahora en Tucumán”, adelanta y agrega: “Estando aparentemente tan cerca es una pena que no hagamos el último esfuerzo y no nos quedemos en casa y cuidemos lo que tenemos en casa”.
 
En el Gobierno provincial hay dos miradas, muy distantes entre sí, respecto de la gestión de la pandemia. Por un lado, desde el Ministerio de Salud insisten en volver a una fase de aislamiento más estricta, en otras palabras, al confinamiento por dos semanas o la temida “Fase 1”. Por otra parte, el resto de los ministerios que integran el COE vela por la actividad económica, brutalmente castigada por la pandemia. Hay una balanza invisible en la que se miden costos y beneficios con la capacidad de respuesta sanitaria como garantía de las decisiones tomadas. "Lo que ocurre es que la decisión final es multisectorial, se pone en la balanza y se hace un contrapunto con la capacidad de respuesta sanitaria; a partir de ahí se permiten ciertas flexibilizaciones", explica Medina Ruiz. Con una estructura sanitaria sólida respecto a las de otras provincias, y a pesar de la desobediencia social, en Tucumán se pueden dar el lujo de decretar una suerte de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) muy parecido al Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO). “Hasta que no esté la vacuna, no hay otra alternativa, salvo que haya un cumplimiento estricto de las medidas”, señala el funcionario sobre la insistencia de una cuarentena severa.
 
La estadística que manejan en el Ministerio de Salud, que es la misma que se desprende del estudio del impacto del virus en todo el planeta, da cuenta de que, de 10 pacientes infectados dos pueden fallecer, mientras que cinco de cada 100 hacen un cuadro crítico y, de esos, dos o tres podrían morir. “Sabemos que entre los 30 y los 50 años es la población que más se contagia, sabemos que después de los 60 años hay una alta letalidad. Sabemos también que hay personas de 30 a 40 años que también fallecen según la respuesta exagerada de su sistema inmunológico. Hay un factor muy importante que es la obesidad, a pesar de la juventud. Esto es como una lotería”, advierte el funcionario provincial, en directa relación al comportamiento social registrado hasta ahora en todo el territorio provincial, principalmente en San Miguel de Tucumán y en otros municipios como Yerba Buena, donde los negocios gastronómicos son altamente concurridos.
 
“Lo otro grave que tenemos que tener en cuenta son nuestros adultos mayores que se están sacrificando al quedarse en su casa, afectados psicológicamente por el encierro, cuando algún joven que no respete los protocolos le puede llevar el virus a su casa. Eso nos preocupa y lo vemos a diario en pacientes graves”, describe Medina Ruiz sobre las reuniones sociales y pone de ejemplo casos de integrantes del sistema de salud. “Nuestro personal de salud, muchos de ellos se contagiaron en la casa, no en el trabajo. Quizás porque sus hijos se juntaron y llevaron el virus en su casa; es algo muy común”, revela y fundamenta: “En la casa habitualmente estamos con nuestro grupo familiar cercano, nos quitamos el barbijo, hablamos, comemos. Ahí bajamos la guardia y nos contagiamos con nuestro grupo familiar por alguien que tuvo una reunión inocente con otras personas”.
 
Al ritmo actual, la semana podría culminar con menos de 4500 casos detectados de Coronavirus, continuando así la tendencia a la baja que se viene registrando desde la semana del 19 de octubre, hasta la que se registró el pico de muestras positivas reportadas, casi 9000 en siete días. Las muertes, en tanto, 115 hasta el sábado, podrían igualar a las de la semana pasada, en la que se produjeron 119 decesos.
 
“Tenemos que tratar de bajar la cantidad de pacientes contagiados, lo que va a permitir la cantidad de pacientes graves y bajar los fallecidos. Es una pena que estando tan cerca uno no pueda evitarlo. Diferente sería que no tengamos esperanza de tener una vacuna, ahí uno sí podría entender el hartazgo de la gente”, se lamenta Medina Ruiz.
 
Finalmente, el funcionario provincial vuelve a repetir recomendaciones que parecen del comienzo de la cuarentena, pero que son absolutamente necesarias para prevenir la proliferación del virus, pensando en la temida segunda ola de contagios. “La necesidad es cuidarnos, que las personas vulnerables y adultos mayores se queden en casa, que le pidan a sus familiares y amigos que no se acerquen, que cuiden todos los elementos que lleguen a su casa, que lo saniticen; es una de las formas del virus para entrar a nuestros hogares. El virus puede entrar con una persona, un familiar, un amigo o con algún elemento que está contaminado; sigamos cuidándonos en ese sentido”, concluye.