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"Está muy abusa la Policía": el calvario que vivió Walter y una grave denuncia

Violento episodio

Walter Francisco Risso había salido de la Banda del Río Salí a buscar medicamentos y mercadería para su madrina enferma y fue interceptado por la policía en el puente Lucas Córdoba. Los insultos, los golpes y el susto: “Ahora tengo miedo de salir para ayudar a la gente”.

Walter, el vecino solidario de la Banda.





Walter Francisco Risso es un vecino reconocido en la Banda del Río Salí por sus acciones solidarias, tal es así que en 2018 recibió de manos del intendente Darío Monteros un diploma al ciudadano bandeño ejemplar. Esa solidaridad lo impulsó anoche a cruzar el puente Lucas Córdoba para retirar en el centro de San Miguel de Tucumán medicamentos y mercaderías que le habían donado a Delina Pérez, su madrina de 74 años que padece Alzheimer. A la ida, según cuenta, el responsable del control sanitario lo había autorizado a pasar, pero al regresar alrededor de las 21.30 se encontró con un policía que pretendía secuestrarle la moto. “Me han tratado como si fuese un ladrón, me han doblado los brazos y me han pegado en las costillas. Estaba la policía, los vigías y la gente de la salud”, denuncia el hombre de 43 años todavía dolorido por los golpes que recibió, pero más dolido aún porque su hija tuvo que presenciar la violenta escena. 

Cuando alguno de sus vecinos de la Banda necesita algo, Walter apela a las redes sociales para conseguirlo. Así fue anoche cuando salió para buscar los remedios para Delina. Pero nunca imaginó el martirio que viviría al volver con las donaciones. En el puesto de control del ingreso a la Banda del Río Salí, un policía lo detuvo y amenazaba con secuestrarle la moto, ya que circulaba con el carnet de manejo vencido. Según denuncia, de entrada, el oficial actuó con violencia: “El policía fue muy prepotente y me comenzó a insultar. Me pedía el carnet de manejo y yo lo tengo vencido desde mayo porque acá en la Banda no se está haciendo la renovación en estos momentos. Han buscado cualquier excusa para hacerme cosas. Me ha dicho que me baje y me empezado a maltratar. Cuando yo intenté llamar a la persona que me había autorizado a pasar a la ida, me gritó que deje de buscar padrino. Él no estaba vestido como policía, tenía un chaleco y ropa común. Era muy maleducado y yo le dije que no me falte el respeto, entonces ahí me han empezado a doblar los brazos y a hacerse los cancheros y a pegarme”. 

“Entre ellos se vociferaban que me querían meter una causa. Se hacían los vivos, uno de los vigías le ha dicho a mí hija que vaya a tomar el colectivo, siendo que ayer había paro.  Me interesa que todo el mundo sepa lo que realmente le pasa a la gente. Está muy abusa la policía”, comenta Walter. La violenta escena sucedió ante los ojos de Belén, su hija de 17 años: “Lo que más me molesta es todo el mal momento que ha tenido que vivir mi hija anoche. Ha llegado a la casa temblando de miedo y llorando”.

Según relata Walter, a pesar de tener todos los papeles en regla, le retuvieron la moto alrededor de tres horas hasta pasada la medianoche: “Querían secuestrarme la moto y del puente a mi casa son 25 cuadras y es muy feo para caminar por ahí”. El hombre todavía no sabe si iniciará algún tipo de acción legal contra los uniformados, pero se conformaría con unas disculpas de su parte: “Yo no quiero arruinarle la vida a nadie, capaz que esa persona tiene hijos a los que darle de comer, pero si me gustaría que piensen y recapaciten lo que han hecho y pidan disculpas. Hasta ahora nadie ha tenido el tupé de llamarme y decirme: he estado mal”.

Pero lo que más le duele de todo lo que padeció es que en el forcejeo con los policías perdió las pastillas que llevaba para Delina, una caja de Lotrial 10. “Encima eso, ahora no tengo las pastillas. Ella está muy enferma y necesita mercadería, pañales para adultos y la pastilla Lotrial 10 para la presión”, cuenta y deja su teléfono para quienes quieran contactarse con él para realizar donaciones (3816317629). 


“Siempre hago campañas para los vecinos, siempre intento ayudar. Yo tengo un excelente trabajo, pero no me gusta quedarme en mi casa rascándome cuando puedo ayudar a los demás”, enfatiza Walter. El oriundo de Banda del Río Salí está casado y tiene siete hijos. No es la primera vez que impulsa iniciativas solidarias, ya sea desde su cuenta de Facebook o bien cuando lustraba zapatos en la Plaza Urquiza para juntar juguetes para los chicos de la sala cuna. Hace dos años encontró en la sede del Subsidio de Salud 20 mil pesos que había olvidado una señora de Aguilares y se los devolvió, eso le mereció un diploma de reconocimiento a la honradez de parte del municipio bandeño.  Walter sólo quiere volver a dar una mano a los que más necesitan, pero se siente intimidado por el episodio que le tocó vivir: “Ahora tengo miedo de salir para ayudar a la gente”.