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Tucumán se prepara para celebrar el 24 de Septiembre sin vigilia, procesión ni turf

ALERTA: PANDEMIA

Nuestra provincia se prepara para conmemorar el Día de la Virgen de la Merced y un nuevo aniversario de la Batalla de Tucumán de manera atípica: "Campanazo Mariano" y festejos virtuales.

Foto: Facebook Basílica Nuestra Señora de la Merced





Este jueves 24 de Septiembre los tucumanos vivirán una festividad atípica: el feriado provincial por el Día de la Virgen de la Merced y el 208° Aniversario de la Batalla de Tucumán no incluirá vigilia, procesión de forma presencial o Gran Premio Batalla de Tucumán en el Hipódromo.

Néstor Álvarez, párroco de la Iglesia de La Merced, explicó que "este año es todo virtual en este contexto de pandemia" y adelantó que las festividades se organizaron "a través de las redes sociales, del Facebook, Instagram y YouTube de la Basílica, para poder llegar a todos" en diálogo con Radio Nacional Tucumán Mercedes Sosa días atrás.

El miércoles 23, desde las 20 horas, se realizará la Misa Joven que luego dará lugar a la Vigilia Joven Mariana desde las 21 y hasta las 00.00 del 24 de Septiembre. A la medianoche, se invita a acompañar el "Campanazo Mariano" que tendrá lugar en todos los templos.

"Todos los años a las 00 horas la Virgen sale a la puerta y la homenajean los gauchos, pero esto año lamentablemente no va a poder ser", señaló el arzobispo de Tucumán, Monseñor Carlos Sánchez en un video en las redes sociales en el que invita a todos los tucumanos a sumarse al "Campanazo".

"Nosotros vamos a celebrarlo con gozo desde nuestro propio hogar, barrio o localidad  haciendo sonar las campanas, haciendo bulla y ruido a la 12 de la noche para que todo Tucumán sepa que inauguramos el día de nuestra madre la Virgen de la Merced", se entusiasmó.



El párroco Álvarez recordó que "para los tucumanos esta fiesta significa mucho. Por un lado, tiene un gran sentido histórico patrio y por otro lado el religioso. Todos sabemos que la devoción que Manuel Belgrano le tenía a la Virgen de la Merced hizo que él le pidiera el poder ganar la batalla del 24 de Septiembre".

Ya el jueves, desde las 17 horas se realizará la procesión con la histórica imagen de la Virgen dentro del templo de la Basílica de Nuestra Señora de la Merced y sin asistencia de fieles; la Santa Misa tendrá lugar desde las 17.30 y a las 18.30 el Acto de Consagración a la Virgen. Todo esto se transmitirá por Canal 10 y a través de las redes sociales.

En la antesala del 24 de Septiembre, se realizaron procesiones y caravanas por los barrios: como la gente no podía salir a recibir a la Virgen, la Virgen fue a ellos; esto se replicó en distintos puntos de nuestra provincia. A través de las redes sociales además se compartió con los fieles la Novena en Honor a la Virgen de la Merced.



Quizás los más afectados por los cambios que la pandemia obligó a introducir en los festejos serán los amantes del turf: el Gran Premio Batalla de Tucumán, la carrera más tradicional que se corre en territorio tucumano, la más importante del NOA y que desde hace más de 40 años se realiza en el Hipódromo de Tucumán, está suspendida. Los más optimistas esperan poder reprogramarla y correr antes de fin de año, pero no se realizará en esta fecha tan cara a sentimiento de los tucumanos, devotos y timberos.

Gran Premio Batalla de Tucumán 2017. Foto: Fabián Font

Su tátara abuelo en La Batalla de Tucumán:

Su tátara abuelo peleó en la Batalla de Tucumán. No fue un soldado, ni siquiera un adulto: era un niño nativo. Y ese día llevó a las tropas hasta el Campo de las Carreras.



La Batalla de Tucumán

La Batalla de Tucumán fue "la más gaucha de todas las batallas", analizó el abogado e historiador Vicente Fidel López. El propio Manuel Belgrano no tenía la certeza del triunfo la tarde del 24 de Septiembre de 1812, señalan los historiadores.


Belgrano arribó a Tucumán el 11 de septiembre conduciendo a 1.600 soldados junto con los jujeños que tras el Éxodo seguían al Ejército del Norte en su retirada hacia el sur, tras la orden del Gobierno Central de retroceder hasta Córdoba y no arriesgar las tropas ante el acecho del ejército Real, que conducía Juan Pío Tristán y Moscoco y contaba con 3.300 soldados, dos escuadrones de caballería y trece cañones.


Al enterarse de su presencia del General, el pueblo se organizó y se puso a su disposición buscando no verse obligados a correr la misma suerte que los jujeños. La adhesión total de Tucumán a la Revolución de Mayo (a diferencia de Salta) por lo que se temía al enseñamiento de Tristán y los suyos. El pueblo de Tucumán se puso al servicio de Belgrano para ayudarlo de todas las formas posibles a llevar adelante una verdadera patriada, en clara desventaja en todos los aspectos posibles.

La Plaza Belgrano recuerda la Batalla de Tucumán. (Crédito: Comunicación Tucumán)

Las crónicas de la época dan cuenta que el ejército realista arribó a la zona de Los Nogales buscando ingresar por el acceso norte de San Miguel de Tucumán o virar hacia el oeste hacia el sur de la actual localidad de El Manantial. Para llegar hasta el pueblo se debía cruzar un desvencijado puente de madera que alcanzaba el paraje por entonces conocido como Campo de las Carreras, al sudoeste del casco histórico y céntrico de la capital tucumana.


Tristán decidió reposar en Los Nogales y no avanzar, mientras el Ejército del Norte aguardaba indicaciones de Belgrano. El general instruyó a un joven tucumano, Gregorio Aráoz de Lamadrid para que junto a doce Dragones de la Patria determine cuáles fueron los movimientos del enemigo: Tristán levantó campamento y tomó el Camino del Perú, por lo que se esperaba que se apareciera por el Campo de las Carreras, a espaldas de Belgrano y los suyos.


Las primeras horas de aquel 24 de Septiembre Belgrano ordenó al Ejército Patriota ocupar posiciones en el norte de la ciudad, sorprendiendo a los realistas que no habían completado el despliegue de sus armas. Belgrano ordenó al teniente coronel Balcarce al mando de la caballería de su ala derecha, atacar el flanco izquierdo realista, y a los batallones de Infantería Nro 6 y de Cazadores, al mando del teniente coronel Warnes y del mayor Torres respectivamente, que hicieran lo propio con el centro y el ala izquierda enemiga.

El pizarrón de Belgrano.  La imagen pertenece a la Universidad del Ejército Argentino y es gentileza de TN.

Esto desconcertó al ejército de Tristán e incluso permitió la captura del coronel Superí, jefe del Batallón de Infantería de Castas. Los realistas intentaron seguir atacando, pero sus hombres estaban desordenados por la sorpresa. La historia guarda un capítulo especial para la presunta intervención de una manga de langostas, que habría condicionado a los españoles. Los patriotas se fortalecieron en el centro de la ciudad a órdenes de Díaz Vélez, mientras Belgrano desconocía el inminente triunfo mientras estaba fuera de la ciudad y replegado hacia el sur.


La mañana del 25, el coronel Moldes le ofreció la rendición a Pío Tristán, quien respondió: “El Ejército del Rey nunca se rinde”. Sin poder reunir a sus efectivos, los realistas iniciaron el repliegue hacia Salta, perseguido por Díaz Vélez.


Belgrano ingresó a la ciudad reuniendo a todo su ejército para nombrar a Nuestra Señora de Mercedes como Generala del Ejército, y le entregó su bastón de mando para la procesión en su día.

"La Batalla de Tucumán", una pintura de Francisco Fortuny