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La foto más esperada, que no cura pero sana

ANÁLISIS

El encuentro entre el gobernador Juan Manzur y el intendente Germán Alfaro marca un stand by de la pelea política para dar lugar al diálogo y la solidaridad para hacer frente a la pandemia.

Germán Alfaro y Juan Manzur, juntos.





Ha corrido mucha agua bajo el puente desde que el gobernador Juan Manzur y el intendente Germán Alfaro se abrazaron años atrás durante un masivo acto en el Monumento al Bicentenario festejando el Día de la Ciudad y en el marco justamente, de los ya muy lejanos festejos por los 200 años de la Independencia Argentina con epicentro en la capital tucumana. Durante los últimos años, no hubo en la provincia rivalidad política como la de ellos. Sin embargo, la pandemia de Coronavirus los encontró juntos, primero en el despacho del mandatario tucumano y luego en el Salón Blanco de Casa de Gobierno.

Desde aquel lejano 2016, ambos fueron reelectos en sus respectivos cargos, tras un intenso 2019 en el que ambos se eligieron como su respectivo enemigo político durante la campaña electoral, que se extendió prácticamente durante todo el año pasado. El gobernador criticaba al intendente para apuntalar a su delfín en la capital, Mario Leito, y de paso ningunear a sus adversarios en la carrera por la gobernación, como Silvia Elías de Pérez, Ricardo Bussi o José Alperovich. Por su parte el jefe municipal confrontaba con el gobernador y lograba así posicionarse como líder de la oposición, más alla de no participar de la carrera por llegar a Casa de Gobierno.

Entre 2018 y 2019 Manzur y Alfaro han protagonizado intensos cruces, ya sea por conlifctos con el transporte, la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) o el calor de la contienda electoral.

Alfaro y Manzur celebraron juntos el cumpleaños de la ciudad en 2016.

“En la Capital no nos ayudaron y el intendente lo único que hacía era demandar” reprochava el gobernador en diciembre de 2018, luego de que el intendente encabezó una campaña para juntar firmar para impulsar la intervención de la SAT. "Nunca voy a ser amigo del gobernador", confesaba el jefe municipal capitalino una mañana en Los Primeros. "El Intendente permanentemente echa culpa a los otros sobre las cuestiones que él no puede o no sabe resolver”, declaraba el mandatario tucumano al ser consultado por un conflicto entre la Municipalidad y el Sindicato de Camioneros por la recolección de residuos.

Quizás el más recordado de sus cruces sea aquel durísimo spot de campaña en el que Alfaro arremetía contra el exministro de Salud: “Quiero recordarle y quiero mirarlo a la cara. “¡¿Dónde está la cámara?! A vos Manzur y decirte que llegaste con una mano atrás y otra adelante a Tucumán y hoy sos millonario, ¡sos millonario!”, bramó el intendente en el video publicitario.

Todo eso parece haber quedado atrás. Años de rencores y disputas dejados de lados en plena pandemia, cuando desde el Gobierno Nacional el presidente Alberto Fernández insta a todos los argentinos a ser solidarios mientras se cumple el aislamiento social preventivo y obligatorio en el país. En el medio hubo gestos, decisiones, que podían dar paso a un acercamiento: la designación de Fernando Juri como presidente del Concejo Deliberante capitalino como la de Rodolfo Ocaranza como Secretario de Gobierno municipal fueron señales de buena sintonía entre el manzurismo y el alfarismo y hasta diálogo institucional llegado el caso. Llamó la atención incluso cuando Manzur y Alfaro intercambiaron apretón de mano y tímidas sonrisas el año pasado durante una celebración religiosa. La salida de Beatriz Ávila del bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados sembró señales de reencuentros en sectores duros del peronismo.

El propio Alfaro admitió a través de las redes sociales que fue el gobernador tucumano quién lo convocó. "Es momento de dejar las banderas políticas de lado y trabajar en la protección de todos los tucumanos", sostuvo el intendente. Días atrás, Manzur citó en Casa de Gobierno al diputado nacional radical José Cano. A través de las redes fue también que Manzur destacó que Alfaro "se puso a disposición de nuestro gobierno provincial para sumar esfuerzos y coordinar acciones en esta lucha contra la pandemia del coronavirus".

La foto de Manzur y Alfaro en el Salón Blanco de Casa de Gobierno no marca el fin de la rivalidad política ni personal si es que la hay. Es una foto que marca un clima de época: las diferencias políticas no pueden hoy estar por encima de los intereses de los tucumanos, eso es lo que reclama la gente cuando sale por la noche a aplaudir a los trabajadores de la Salud, cuando acompañaba las manifestaciones docentes o cuando unos pocos golpean cacerolas exigiendo que los políticos se bajen los sueldos. Ver juntos en una mesa de trabajo a dirigentes de espacios antagónicos es lo mínimo que merecen. No hubo foto para la prensa del encuentro per se ni mayores detalles de lo charlado, pero si reconocimientos mutuos en rueda de prensa.

"Esta enfermedad no distingue a nadie; todos saben que con el intendente tenemos miradas distintas en cuanto a la política, y eso es normal y sano en democracia, pero nuestra obligación es ponernos al servicio de la gente”, apuntó Manzur.

“El señor Gobernador fue sumamente claro sobre la situación por la que está atravesando nuestra ciudad, la provincia y el país. Esto no tiene color partidario. Argentinos somos todos. Es una situación límite, extraordinaria y única en los últimos años de nuestra patria. Es necesario coordinar los esfuerzos para que resulte verdaderamente efectivo”, subrayó Alfaro.



Se gestiona desde Casa de Gobierno y desde la Municipalidad capitalina la visita conjunta de Manzur y Alfaro a alguno de los centros sanitarios municipales o de la capital, tal como hiciera el gobernador con los demás intendentes opositores: Roberto Sánchez en Concepción; Mariano Campero en Yerba Buena; y Sebastián Salazar en Bella Vista. En tiempos de pandemias, no hay margen para peleas.

Esta noche ningún tucumano saldrá a su balcón a aplaudir la foto de Manzur y Alfaro, no se curará con ella ninguno de los hasta el momento 17 contagiados de Coronavirus en la Provincia, pero es un mensaje sanador que la sociedad demandaba, más en tiempos donde la clase dirigente en su totalidad está bajo la lupa.