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"Ojalá todo salga bien": Don Rojas y una foto que conmueve a todos

Historias de acá

El histórico cubanitero del centro es uno de los tantos trabajadores informales afectados por el aislamiento obligatorio. Su imagen en la galería desierta despertó la solidaridad de los tucumanos: “La gente pone un granito de felicidad hacia mí que no tiene precio”.

La foto viral: Don Rojas en soledad en la galería.





Las pocas luces que quedan en las vidrieras iluminan su estoica soledad. La galería está vacía y Don Rojas es un hombre solo, apenas acompañado por su reflejo en el cristal. Mientras la gente se abarrota en los supermercados y en las farmacias ante el anuncio por aquellas horas todavía inminente del aislamiento social preventivo y obligatorio, él sostiene su bandeja con cubanitos como lo viene haciendo desde hace 56 años. Siempre “bien fachao” con su traje blanco y su moño rojo. Siempre con una sonrisa halagadora. Siempre poniendo el hombro.  Siempre remándola en y con el dulce de leche que desborda sus golosinas. La foto que muestra a Carlos Oscar Rojas al final de su jornada laboral se ha replicado en las redes y los tucumanos se han hecho eco de la situación de este hombre de 84 años, que es uno de los más vulnerables a la pandemia que altera nuestros días. Él no sabe todavía que mañana ya no podrá estar parado ahí donde siempre. No sabe que ahora todos comparten su foto y preguntan por él. Pero, al llegar a su casa para dejar la bandeja y colgar el traje, su teléfono desborda de solidaridad. 

“Hoy no había casi nadie en la calle, hasta los dueños cerraron los negocios, pero siempre se chirolea”, comenta Don Rojas para quien la jornada de hoy estuvo escasa de clientes en un microcentro casi desierto ante el avance de la pandemia de coronavirus y el pedido de aislamiento. Ya entrada la noche, cuando en la Galería La GACETA no había un alma, se le acercó una señora y le preguntó cuántos cubanitos le quedaban. Él dijo que cinco y la respuesta fue: “Bueno, deme todos así se va a su casa a descansar”. Así lo hizo. En el medio, el presidente Alberto Fernández decretaba que todos tienen quedarse en sus casas para frenar la expansión del virus que tiene en vilo a todo el mundo. A su edad, Don Rojas es parte del grupo de riesgo y, como tal, de los más vulnerables ante la pandemia. Pero tiene que trabajar para llevar el mango a la casa, no le queda otra. Es lo que aprendió desde los diez años cuando quedó huérfano de padre y madre. Sólo y poniéndole el pecho, como en la foto. 

Al volver a su casa, empezó a recibir una catarata de llamadas. Era gente que le pedía su dirección para acercarle víveres y lo que necesite para afrontar el aislamiento y los días en los que no podrá salir a trabajar. “Una señora me habló para colaborar conmigo, para llevarme cosas y después una chica de acá de Capital para traerme regalos. Son 56 años que estoy en esto, la gente pone un granito de felicidad hacia mí que no tiene precio, siempre he sido bien recibido tanto por los chicos como por los grandes”, cuenta con orgullo y alegría ante la solidaridad de los tucumanos. 

“Diosito me ayuda mucho a mí. Todavía tengo hilo en el carretel. Un amigo me dice siempre: vos no envejés más y yo le digo que es porque me cuido”, dice y luego comenta que pensaba quedarse a trabajar hasta que ya no se pueda. Sabe que mañana ya no podrá estar y lo acepta porque sabe que es por el bien de todos: “Ojalá que todo salga bien, esperemos que sea hasta fin de mes como dicen. Ahora estaré más de casero, siempre hay algo para hacer”