Puede ser tierno, pero cuando se empinga escracha autos mal estacionados
Historias de acá
No se enoja, ni se molesta. Empingarse es mucho más que eso y en Tucumán lo sabemos bien. Este hombre sensible se cruzó con una camioneta estacionada sobre la rampa de discapacitados y le agarró ira. ¿Qué hizo con su empingue? Mirá.

El Boli Lamoglia, un amigo en la ciudad. Fotos: P.N.
Toda la vida Marco Gabriel Lamoglia se molestó cuando le agregaron la ese al final de su primer nombre, pero en los últimos meses los autos y las motos que estacionan mal en Tucumán han llevado al pico su indignación.
Cada vez que un vehículo estaciona en el lugar por donde debería caminar un transeúnte, la sonrisa amable de Marco se quiebra por las calles del centro tucumano, por donde lo saludan, por lo menos, una vez por cuadra.
Con amigos en el mundo del rugby y del básquet, de Atlético, del Gymnasium, de la calle, de la vida, el Boli, como lo conocen, anda siempre con su mochilita en la espalda y un balanceo leve marcado por los hombros y quizás por la hierba que fuma, que lo pone en pausa, sereno.
Por lo general, el Boli lleva un tono humano amigable, bromista –casi siempre antecedido por su risa poco discreta- y por momentos, suave, cariñoso; tierno.
Y cuando ha mezclado esa ternura con sus habilidades en la cocina, ha causado que muchas de las mujeres lindas de Tucumán encuentren en sus vellos del pecho el lugar para hacer rulitos con el dedo: Un osito de peluche de 1,75 de alto.
De las personas que cambian la voz según a quien salude (encariñarla o aniñarla), de los amigos que recomiendan llevar ropa de abrigo, de los que cuentan secretos inocentes que valen mucho.

Así andaba el Boli con sus 37 años, unos meses atrás cuando por la zona de Tribunales, al mediodía, se cruzó con una camioneta estacionada en la rampa para discapacitados. Y dos cuadras después se encontró con un auto estacionado mitad en la vereda y mitad en la calle.

“Es que te hace empingá”, dice el Boli y la “á” resuena cuando levanta su vozarrón cargado con eco propio, que lo lució en programas de radiales de rock y en relatos de partidos de fútbol. “No respetan a los demás. No piensan en los demás. No piensan en que una madre, un padre o un discapacitado no podrán transitar si el auto se está ahí. Sólo les importa tener lugar en la sombra”.
