Top

Como Gesell pero en Lules: la muerte de Luis Ancalay

HISTORIAS DE ACÁ

Tenía 17 años cuando una noche fue a una fiesta de 15 en el club Mercedes. El relato de Gabriela, su madre: "Me desperté cuando escuché los gritos".

Luis Ancalay tenía 17 años.





Luis Ancalay había cumplido 17 años hace una semana. Justo cayó viernes y los celebró con una hamburgueseada en su casa de la calle Alberdi, en Lules. Eso fue un 22 de julio. Exactamente una semana después, Luis Ancalay tenía otra fiesta: el 15 de una amiga en el Club Mercedes, a tres cuadras de su casa donde también vivían Gabriela, la mamá, y sus hermanos.

No hizo falta aquella noche del 31 de julio de 2016 que Luis Ancalay pidiera un traje prestado, o se pusiera una corbata: “Podía ir vestido como quería. Era una fiesta a la canasta. Cada uno llevaba lo que quería”, recuerda hoy su madre, quien acompañaba a su hijo en todo: el secundario acelerado en el nocturno San Isidro, en sus clases de boxeo, los partidos de fútbol y los deportes de destreza.

La noche que Luis Ancalay perdió su vida comenzó en la fiesta de 15: “Hubo un malentendido con el asesino. Discutieron por una chica. Se armó una pelea entre ellos y, como Luis no quería que la cosa pasara a mayores, en vez de volver a la casa, fue a la casa de mi abuela, su bisabuela, que vivía al frente de la fiesta. Y ahí se quedó con sus amigos”.

Entrada la medianoche, a tres cuadras de la fiesta, Gabriela se despertó porque escuchó unos gritos: “Ya me había despertado cuando salgo a mirar: veo un auto blanco, iban gritando cosas varios desde adentro del auto. Nunca me imaginé lo que esas personas habían hecho. Me estaba poniendo las zapatillas para ir a buscar a mi hijo. Tenía ese presentimiento de madre. Estaba por salir de mi casa cuando me abre la ventana mi hermano: me dice que Luis estaba herido, apuñalado. Ni la ambulancia hizo ruido, era extraño. Mi hermano me dice que vaya al hospital, pero cuando llego al hospital ya le estaban haciendo reanimación. Ya no respiraba”.

Gabriela, la mamá de Luis Ancalay, hace una pausa en su relato con eltucumano.com. Han pasado tres años y medio de aquella noche, pero jura: “Duele como el primer día”. Si hoy habla es a raíz de una publicación de Angi, su hija, hermana de Luis, quien acongojada con el asesinato de Fernando Báez que conmueve al país, escribió: “Ya que vi muchas personas publicar sobre el caso en Villa Gesell (es una lástima, a todos nos duele), les presento el caso de Luis Ancalay, de solo 17 años de edad recién cumplidos los cual le arrebataron 10 personas o más a ocho puñaladas”. 

Gabriela repasa lo sucedido esa noche: “Eran 10. Esa misma madrugada, Luis decidió salir de la fiesta, irse al frente a la casa de mi abuela, estaban afuera. Hasta que han llegado ellos en moto y en auto. Dos amigos de Luis han corrido cuando los vieron. Luis se quedó sentado en el tronco de la planta, y un primo se quedó con él. Me cuenta que uno de los asesinos directamente baja y lo apuñala, no le dio tiempo para defenderse. Cuando se para, viene otro y lo apuñala de atrás. Estaba luchando para defenderse y lo han vuelto a apuñalar por las costillas, en la pierna, en el abdomen, cerca del corazón, en la espalda. Las puñaladas que yo conté eran siete”.

Del caso que conmueve al país, Gabriela no tiene idea: “No lo vi al caso, no veo televisión, no veo noticias, pero cada vez que pasa un caso en Lules o en Tucumán, me pongo siempre en lugar de él, de Luis, y duele como la primera vez. Cuando pasó estuve al borde de la locura. No importaba nada para mí, pero era muy injusto de mi parte quedarme así porque tengo cuatro hijos más y ellos me necesitaban. Pero en su momento no podía ni levantarme para llevarlos a la escuela. Me ha llevado mucho tiempo asumir que uno tiene que seguir hasta que consigamos lo que realmente queremos, él también quiere esto: justicia”. 



“Desde el primer momento empecé a buscar justicia, cada semana que empieza me voy a recorrer las fiscalías. Me conoce cada mamá, don Lebbos. Es horrible lo que se padece: ir y venir, ver que la causa sigue ahí. No se lo deseo a nadie. Hablamos con las madres de cada caso. Duele cuando uno habla y se acuerda: causa más dolor, pero uno llora, se descarga, vuelve a tener fuerzas. Es una lucha donde estamos todas unidas, queremos justicia por nuestros hijos”, jura Gabriela.

“La causa estaba en la Fiscalía 8va de Adriana Giannoni. Ella me decía que la causa estaba yendo por un buen curso. El 15 de mayo del 2019 me dijo que la causa iba a estar 15 días en narración. No entendía por qué no bajaba nuevamente a la fiscalía para caer en el juez de la 4ta y elevarlo a juicio civil, pero no sé qué ha pasado. Mi abogado dice que ellos están poniendo trabas con escritos y es lo que hace demorar todo”, sufre Gabriela, quien ha dejado la marcha de los martes: “Ya no marcho los martes porque se hizo todo un entrevero: no estoy a favor del aborto legal. Hay muchas mamás que sí, pero cómo voy a estar a favor del aborto si me han muerto un hijo. Es como estoy apoyando lo que me hicieron, no lo veía lógico. Sí voy siempre los lunes porque hay protestas. Ya me conocen todos”.

A la espera de que se desempolve el caso, Gabriela camina por las calles de Lules donde su hijo vive en el recuerdo de los amigos, de los tatuajes, de los murales, de las plazas: “En el club Mercedes hay un mural con una foto de él con frases de sus amigos, en la plaza de mi casa otros de sus amigos de atrás del hospital hicieron un mural con otra imagen. Mi hijo era hincha y tenía en la pierna tatuado el escudo de Brown. Los jugadores de Brown y de Mercedes me apoyaron en el pedido de justicia. Los medios también en su momento, pero después dejaron de hacerlo”, se lamenta Gabriela.

Y recuerda a su hijo Luis así: “Tenía un corazón enorme, era bien amiguero, con miles de amigos por todos lados. Siempre ha sido honesto, nunca ha sido mezquino, venían un montón de amigos a la casa. Era juguetón, divertido, muy confiado en todo. En la casa me ayudaba y cuando me separé me ayudó a criar a sus hermanos. Todos lo extrañamos mucho. Y hasta que no tengamos justicia no vamos a descansar”.