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El 'sapo gigante' que apareció en Famaillá después del temporal

después de la lluvia

Lo encontraron en el fondo de una casa del barrio Elías Pérez cuando cortaban el pasto. El Herpetólogo, Esteban Lavilla, describe la particularidad de este anfibio y recomienda qué hacer en caso de toparse con uno.

Los Ceratophrys cranwelli pasan la mayor parte del año enterrados.





Luego de la abundante caída de agua del temporal que se desató pasado miércoles, una familia de Famaillá encontró un sapo de gran tamaño en el fondo de su casa y generó temor.

Según reveló la vecina a Radio Diversidad su hijo estaba cortando el pasto cuando encontró al anfibio que se enojaba y mordía el palo con el que querían sacarlo. En declaraciones a la misma radio, aseguraron que lo mantuvo cautivo en un balde con intenciones de liberarlo.
Se trata Ceratophrys cranwelli, conocido como escuerzo, según detalló a eltucumano.com el Herpetólogo, Esteban Lavilla, que además es Investigador de la Unidad Ejecutora del Lillo - CONICET-Fundación Miguel Lillo.

El especialista aseguró que no hay razón para temer ante la aparición de estos animales que pueden llegar a medir poco más de 15 centímetros. "No tenemos sapos que sean venenosos o peligrosos. Es un animal que ayuda a controlar otras alimañas. Puede asustar, por esa proyección cutánea sobre los parpados como cuernitos, pero en realidad son verrugas. Tiene una de las bocas más anchas, porque se pueden alimentar de otros vertebrados como ranas, o incluso ratoncitos. Son bastante útiles en la naturaleza", explicó.

Según explicó Lavilla, son animales que pasan la mayor parte del año enterrados y tienen una peculiaridad que consiste en que, las distintas capas de piel que se van desprendiendo, forman un envoltorio que se llama cocón que contribuye a impermeabilizarlos más. "Viven enterrados a 40 cm de la superficie. Y cuando llueve lo suficiente para que se moje ese cocón y se empiece a desarmar, tienen la pauta de que afuera hay suficiente humedad y se desentierran. Es cuando se alimentan, se reproducen y en dos semanas se vuelven a enterrar y desaparecen", resaltó.

Por este motivo es que se trata de un animal proporcionalmente raro con respecto a otro tipo de ranas, ya que se lo ve pocas veces en la superficie. "Estamos ante un animal maravilloso, lleno de particularidades. Tienen renacuajos que se alimentan de otros renacuajos, son de los pocos carnívoros que hay y son de los poquísimos que emiten sonidos. Cuando se los toca, emiten gruñidos".

En toda la llanura tucumana desde Yerba Buena hasta el Chaco, suelen habitar estos anfibios bajo tierra. El Herpetólogo recomienda que, en caso de encontrarse con uno de estos, no deben alertarse. "Déjenlo hacer su vida, no va a atacar, ni morder, si se ponen agresivos de alguna manera es porque se lo está molestando", cerró.