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Pasajes gratis y a mitad de precio para originarios de El Mollar

ALIVIO AL BOLSILLO

La comunidad originaria, con asiento en la localidad calchaquí, llegó a un acuerdo con la empresa de transporte que ofrece el servicio de alta montaña.

Margarita Mamaní y Pablo Sánchez, en las instalaciones de Transportes Aconquija. (Gentileza de Margarita Mamaní)





Integrantes de la comunidad indígena de El Mollar contarán con pasajes gratis y a mitad de precio, gracias a un acuerdo logrado entre la cacique y vicepresidenta del Consejo Consultivo y Participativo de los Pueblos Originarios (CCPPO) Región NOA, Margarita Mamaní, y Pablo Sánchez, directivo de la empresa de transporte Aconquija, única en Tucumán que traslada pasajeros a localidades de alta montaña.

La líder originaria consiguió que la firma de colectivos les reconozca 20 cupos para pasajes ida y vuelta completamente gratuitos para jóvenes estudiantes universitarios, que deben viajar a la Capital para completar sus estudios. Además, acordaron el descuento de un 50% en el precio de pasajes ida y vuelta para aquellas personas de la comunidad que deben recurrir con turnos a centros de salud de alta complejidad en la ciudad.

Son en total 50 los beneficiados, cifra que podrá ser ampliada según la necesidad y las urgencias que tengan en la comunidad, que está conformada por unas 600 familias.

Margarita Mamaní y Pablo Sánchez, en las instalaciones de Transportes Aconquija.-


Con la suba de las tarifas en los servicios de transporte público urbano e interurbano, que se efectivizó entre la semana pasada y en curso, las empresas de larga distancia también aprovecharon para ajustar sus precios. El boleto a los valles pasó a costar $1.000 ida y vuelta, lo que generó una oleada de reclamos de comuneros y residentes de las localidades calchaquíes.

“Ojalá así fueran todos y tuvieran la intención de trabajar mancomunadamente”, celebra Margarita Mamaní, que destaca la voluntad de los directivos de la empresa Aconquija por mediar una solución parcial a la problemática que representa el viajar en busca de trabajo o para completar los estudios.

En la comunidad de El Mollar, además de luchar contra la apropiación de tierras relevadas como ancestrales dentro del marco de la Ley 26.160 de Comunidades Indígenas, hacen frente como pueden a las enfermedades y al desempleo. Hay gente enferma que necesita atención médica constante, lo cual los obliga a bajar a la ciudad. Padecen epilepsia, patologías de la piel y hay quienes necesitan diálisis. El trabajo también es un problema; es escaso. La mayoría de los originarios de la comunidad se dedica a las changas, a la albañilería, o se ofrecen en los campos como cosecheros. El costo del boleto les cuesta, en el mejor de los casos, un día de trabajo completo.

“No podemos seguir en esta sociedad que no se acuerden de nuestros jóvenes y familias”, reniega Mamaní, que demás reclama por cupos laborales en reparticiones de Gobierno, como auxiliares o docentes en escuelas de alta montaña, donde -asegura- se les dificulta trabajar por el sistema de puntaje que se aplica mediante la Junta de Clasificación que depende del Ministerio de Educación provincial.

En el caso de los chicos que estudian carreras universitarias, el aumento del boleto resultaba una amenaza para sus pretensiones de progreso, debiendo afrontar gastos de alquiler, útiles y movilidad urbana. En la comunidad de El Mollar esperan que la nueva generación de jóvenes esté compuesta por abogados, odontólogos, enfermeros. En este último caso, Mamaní destaca la voluntad de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), que costea una vivienda común para aspirantes a enfermeros provenientes de los valles. “Nosotros estamos de paso por nuestra comunidad; los jóvenes van a representarnos el día de mañana”, sentencia la cacique.