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Ascárate: "Toda solución debe involucrar los trenes de Tafí Viejo"

TREN ELEVADO

El subsecretario de Infraestructura del Plan Belgrano se reunió con Javier Noguera para interiorizarse del proyecto del tren elevado. “Hay que estudiar todas las posibilidades”. La comparación con otras ciudades y la “oportunidad desaprovechada” del metrobús para la capital, aprobada por Presupuesto de la Nación.

José Ascárate pide analizar sistemas intermedios para el Gran San Miguel de Tucumán. La foto es de Café Prensa.





La relación de José Ricardo Ascárate y Javier Noguera data de hace años, cuando el primero era concejal por San Miguel de Tucumán y el segundo se desempeñaba en la redacción de El Periódico. El dirigente radical fue víctima de un atentado, cuando le plantaron una bomba y efectuaron disparos contra su domicilio tras conocerse la investigación en la que denunció el vínculo entre el gobierno de Antonio Bussi y el empresario Alfredo Yabrán. "Los medios locales, salvo algunos periodistas, callaban", recuerda Ascárate, y destaca que uno de esos periodistas era Javier Noguera. “Es un amigo personal de muchísimos años”, aclara el hoy subsecretario de Infraestructura del Plan Belgrano tras reunirse con el hoy intendente de Tafí Viejo en el que fue el primer diálogo que involucró a funcionarios nacionales para debatir el proyecto del tren elevado metropolitano que impulsa el jefe municipal.

Sigo sosteniendo que hay que estudiar todas las posibilidades”, es lo primero que enfatiza Ascárate en diálogo con eltucumano, y explica que el proyecto del tren elevado sería la solución “tope de gama” a la problemática del transporte en el gran San Miguel de Tucumán y que se correspondería con “el tráfico de dentro de 150 años” y sería una “solución de tipo metro” a la que apelan ciudades de más de 3 millones y medio de habitantes. “Los metros son soluciones para 20 mil pasajeros en hora pico”, subraya, y detalla que “Tucumán está saturado porque pasó de 5 mil pasajeros” en hora pico “y está hoy en el eje este – oeste en 7.500”.

“Eso me dice que el ómnibus que comparte vía con el transporte particular no es la solución porque estamos al borde de la saturación, y eso lo vemos en las calles y lo sufren los usuarios. Hay que pensar en escalar mejor el sistema de transporte, y para ello hay un montón de sistemas intermedios”, advierte el docente de la Cátedra de Diseño Vial de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

Ascárate entiende que en el Gran San Miguel de Tucumán “no podemos saltar al tope de gama, a un sistema metro, sino a sistemas intermedios” como se hizo en los últimos años en Rosario, Córdoba y Mendoza que adaptaron el sistema a partir de la reutilización de las vías del ferrocarril”.

El funcionario del Plan Belgrano entiende que en nuestra provincia se podría aplicar con facilidad un sistema similar al Metrotranvía de Mendoza, por ejemplo. Lo que permitiría conectar la terminal con el centro a través del tranvía urbano con sólo poner un cochemotor a las vías existentes y permitiría recuperar la vía Tafí Viejo – Tucumán – Lules. Para ello habría que reubicar a las 200 viviendas de familias apostadas sobre las antiguas vías del ferrocarril: “con 230 millones de pesos a razón de poco más de un millón por vivienda podés liberar las vías y con un dobla alambrado tenemos circulación”, analiza.


Toda solución tiene que involucrar reutilizar los trenes de Tafí Viejo, eso me interesa tanto a mí como representante del Gobierno Nacional y al municipio también”, apunta el funcionario nacional, y explica que con la recuperación del ramal Lules – Tucumán – Tafí Viejo como primera medida, “la segunda sería una escala de metrobuses”. En ese sentido recalca que hoy las unidades de colectivos de nuestra provincia “tienen una capacidad máxima de aproximadamente 40 asientos” contra los 120 de otras provincias como Salta, que “duplica su capacidad en hora pico”.

“Hay que sentarse con las empresas y analizar qué porcentaje de la flota se debe componer de esas unidades porque en hora pico permitiría desalojar algunas unidades”, indica. “La tercera etapa debería ser la generación de vías exclusivas” para metrobuses, “como en Córdoba y Mendoza”, analiza, y recuerda las modificaciones y adaptaciones que impulso durante la intendencia de Rubén Chebaia y que estableció los cambios de manos de las calles del microcentro, especialmente hacia el sur, como hoy lo conocemos y que “permitió que la ciudad sea más atravesable” principalmente gracias al “sistema de calles paralelas”.

Volviendo a la situación actual, Ascárate remarca que hay que “analizar bien la demanda” para avanzar en la implementación del mejor sistema, pero siempre considerando que “la solución debe ser ferroviaria” y con “sistemas intermedios”. Para llegar a ese norte, sostiene que “hace falta que el área metropolitana tenga un Ente de Coordinación de Transporte” por sobre la provincia y los municipios “que vele por los habitantes, que son quienes sufren los problemas del tránsito”. “Hay que estudiar los mejores modelos de transporte y ver cómo los adaptamos al diseño de cada ciudad”, afirma, instando a todos los involucrados a “tomar lo bueno que tiene cada sistema y ver qué requieren los tucumanos”. “Las líneas son para la gente, no para los empresarios”, arremetió.

Sobre el encuentro con Noguera, explicó –siempre con cariño- que “el problema de Javier es que plantea como intendente una solución global que involucra también a Las Talitas, a Yerba Buena, a San Miguel de Tucumán, a La Banda, a Alderetes, a las comunas aledañas, y desde lo jurisdiccional se salió del límite”. Por eso, reitera que es necesario “plantear la ley del área metropolitana y de transporte para el área metropolitana” en la Legislatura para desde ahí “plantear soluciones”. 

En lo que respecta al proyecto de tren elevado metorpolitano, reclama “analizar las soluciones intermedias” y “no atarse a ningún sistema”: “¿cómo va a entrar en los barrios?”, se pregunta, y fundamenta que el sistema debe complementarse analizando el eje troncal de la ciudad a 150 años, ya que hoy el Gran San Miguel de Tucumán lo habitan unas 870 mil personas y el tren elevado es un sistema para 4 millones de personas, según sus estimaciones.

Ascárate apunta contra la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por la no implementación del sistema de metrobuses que estaba previsto en el Presupuesto 2017, aprobado por el Congreso de la Nación, que estipulaba 300 millones de pesos en 2017 y 20 millones en 2018. “Hoy hay calles para un solo vehículo en el microcentro: ¿por qué no podía haber carriles exclusivos para metrobuses? Así lo hicieron San Isidro, Vicente López, hasta Verónica Magario en La Matanza inauguró un Metrobús”, dispara.

“Desde Tucumán hicieron un anteproyecto al que había que hacerle algunas correcciones por los anchos de las calles, hay que adecuar los anchos y los recorridos”, explica, pero lamenta que no se completaron las exigencias del proyecto. “Fue una gran oportunidad desaprovechada, porque está en el Presupuesto nacional”, aseveró. Además, resalta la importancia de dejar de lado la Ordenanza 400 de transporte, que data de la década del ’60.

“El metrobús de la capital era municipal, pero demandaba un proyecto de área metropolitana, una coordinación metropolitana por encima de la guerra política. No puede ser que por pocas cuadras los usuarios paguen más caro un boleto de colectivo desde Yerba Buena al centro que desde la avenida Mate de Luna”, analiza. “No hay habitantes de segunda que deban pagar más caro”, concluye, insistiendo con mirar los sistemas de Rosario, Mendoza y Córdoba para poder, de una vez, avanzar hacia una solución concreta para un problema que desde hace años agobia a los tucumanos.

Algunas de las solcuiones que plantea Ascárate:

"El Metrobus Juan B. Justo en Buenos Aires. Es la prueba de cómo funciona el sistema en 22 metros de ancho. 2 trochas por mano de 3.50 m y una contratrocha de metrobús de 2,40 m. Ni siquiera tiene cordones; sino que está separado por señalización demarcatoria y pretiles de PVC. En el centro, las estaciones en 2,80 m. Es la muestra que si entra en cualquier avenida tucumana".


En el unico lugar que hay tranvía de superficie es en Mendoza; que reutiliza las vias del FFCC San Martín. Esto es lo que plantea mi ordenanza de 1997: Ferrobuses urbanos sobre las vias del FFCC Belgrano. En la segunda imagen es la línea Roja: usa las vías del FFCC San Martín que atravesaba la ciudad de Mendoza.