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La esperanza de un techo propio está puesta en el azar

GRAN EXPECTATIVA

El sorteo de las casas del IPVDU de Tucumán mantiene en vilo a 18.000 tucumanos. “Esta es la oportunidad más real que puedo tener por el momento”, dice Pablo Giménez, uno de los inscriptos.

18.000 tucumanos cruzan los dedos para salir sorteados. Imagen ilustrativa.





Miedo, nervios y muchas esperanzas - que es lo último que se pierde-. Estas son  las emociones que inundan a 18.000 tucumanos que esperan el sorteo de 166 viviendas construidas en Lomas de Tafí por el Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano (IPVDU)  que tendrá lugar este viernes 23 de agosto.

Para algunos es la primera vez que se presenta una oportunidad de acceder a una casa propia. Para otros, es la única posibilidad. Quieren que sea viernes a las 10 para saber si tuvieron la suerte o no de salir sorteados.

Pablo Giménez tiene 36 años y es la primera vez en su vida que tiene la posibilidad de acceder a una vivienda para su familia. Todas sus expectativas están depositadas en el sorteo de este viernes. “Es la primera vez que puedo acceder a un sorteo de este tipo, porque estoy en blanco desde hace 10 años como empleado gastronómico”, relata a eltucumano.com.

Los tucumanos no escapan a la crisis económica por la que atraviesa el país. Al igual que muchos de los que se inscribieron para el sorteo, Pablo no tiene a corto plazo otra forma de pagar su propia casa, por eso tiene miedo. “Nunca falta el amigo o el conocido de alguien que justo sale sorteado. El temor más grande que tengo es que aparezca el amigo de alguien y  perdamos la oportunidad de acceder a la vivienda”, explica y hace referencia a situaciones confusas que se dieron años anteriores en sorteos de este organismo. 

Vivir de prestado no es divertido”, dice Pablo, quien vive junto a su mujer y su hija en un domicilio que le facilitan unos conocidos. Si bien reconoce que ahorra el dinero del alquiler, reconoce que no ser los dueños de la propiedad en la que viven tiene muchas limitaciones. “En cualquier momento te pueden decir que necesitan la casa y te tenés que ir”. 

Junto a su familia esperan que sea viernes con mucha ilusión. “Pasás de no tener nada, a poder pagar tu propia casa, es increíble”, dice. “Somos un montón los que compartimos la necesidad de tener una casa propia, pero sólo son 166 las viviendas que van a sortear. Esta es la oportunidad más real que puedo tener por el momento”, puntualiza.

“Estuve sin dormir estos días, estoy muy nerviosa”, relata Sol Ferreyra de 21 años. La joven tiene dos hijos, uno de 5 años y otro de 2 y se inscribió en el Convenio de Madres Solteras para acceder a una vivienda. Si no fuera por su madre, que revisó los padrones del IPVDU, no se hubiera enterado de que la fecha del sorteo estaba confirmada. “Perdí las esperanzas cuando no salía la fecha del sorteo. Me inscribí hace varios meses y yo creí que ya no iba a salir”, explica la joven mamá que desde hace 4 años que vive en el terreno de la madre de su novio y aspira a ingresar a la Policía para poder trabajar de manera estable. 

Por su parte, María Herrera a sus 42 años espera que su hija Micaela de 22 años salga sorteada en el área del Convenio por Discapacidad. “Ella tiene una discapacidad mental moderada, tiene síntomas de una persona con autismo”, explica. 

El sorteo de este viernes puede darles la tranquilidad a María y a su marido de que Micaela pueda tener su propio lugar cuando ellos ya no estén para acompañarla. “La posibilidad de que salga es pura cuestión de suerte. Nosotros vivimos en la casa de mis suegros hace 17 años, desde que nació mi hija más chica”, relata.

Antes de vivir con sus suegros, María alquilaba junto a su marido una propiedad, pero después de la crisis del 2001 el dinero no era suficiente. “Micaela es totalmente dependiente, yo estoy con ella todo el tiempo, pero también trabajo en un emprendimiento en mi casa, hago estampado y gráfica para telas y remeras”, comenta.

“Yo trato de no pensar en el día del sorteo porque me voy a volver loca. Tengo un cosquilleo, intriga, quiero saber si sí o si no, pero ya queremos saber”, cuenta entre risas. Además, señala que intenta mantener la calma para no alterar a Micaela. “Ella quiere ir al sorteo, pero no puede estar mucho tiempo donde hay grandes concentraciones de gente. Hace años que dice que se va a mudar 'una casa en una avenida'. Ella sabe que puede no salir, pero no le quiero crear expectativas a ella, porque sabemos que esto es pura suerte”, concluye.