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El hombre que sabe convertir la basura en superhéroes

TALENTO E IMAGINACIÓN

Botellas, panfletos, telgopor, papeles que nadie usa. Esa es la materia prima que Claudio Cajal utiliza para sus asombrosas creaciones.

Un Spiderman en escala real, una de las creaciones de Claudio Cajal. Foto: Facebook





Con ingenio, talento y paciencia, Claudio Cajal transforma pilas de panfletos y montañas de botellas descartables en obras asombrosas: ya fabricó figuras en tamaño real de Spiderman, de Hulk y de Depredador. También tiene a Hijitus y a su fiel compañero, Pichichus, entre otras creaciones.

Proceso de transformación. Foto: Facebook Claudio Cajal


"Trabajé en todo tipo de cosas, viví lleno de herramientas en la casa de mis viejos", comenta el artista, que trabajó también con la electrónica y de albañil. Sobre el arte, asegura: "Me dediqué toda la vida a hacer esto", resume el artista. A lo largo de los años aprendió diferentes técnicas por su cuenta. En ese sentido, cuestiona la formalidad de la Academia en algunos sentidos porque, señala, hay un menosprecio hacia quienes aprenden de forma autodidacta. 


Si bien empezó con el dibujo, luego incursionó en otras formas de creación. "Siempre me doy maña con cualquier cosa, me das un material nuevo, lo examino y hago", comenta el hombre que puede transformar lo que para otros es basura en figuras a tamaño real de los superhéroes más queridos por grandes y chicos. Después, con pintura y porcelana fría, ajusta los detalles.

Cuenta que practicó mucho y que lo que le importaba, era el proceso de creación. "Hago hasta que sale. Últimamente, además, comenzaron a salir trabajos por encargo. Por ejemplo, un cliente le compró un Increíble Hulk que medía cerca de un metro ochenta.  También hizo al monstruo de la película Depredador es en tamaño real. "A veces reciclo, a veces reutilizo. Trabajo con lo que tengo al alcance", señala sobre los materiales que usa.

El escultor prefiere mantenerse al margen de los rótulos y de las discusiones relacionadas con el ambiente artístico. "Siempre estoy a margen, siempre camino por el costado", comenta. Sin embargo, sí comparte sus conocimientos, tanto en talleres particulares como en otros espacios. "Ahora estoy con el Ministerio de Educación, enseñando a chicos en fundaciones y cosas así. En una época también trabajé con adictos. Enseño esto, a mirar de otra forma las cosas, enseño cómo tenés que verlo para que te parezca más fácil: redondelitas y cuadraditos y buscar que tenga esa forma para buscar un parecido", explica.


Además de enseñar, su trabajo comenzó a conocerse por el boca en boca y a través de las redes sociales. "Vienen, me conocen, les gusta cómo trabajo y me lo encargan", resume. "Soy quisquilloso y me gusta hacerlo para alguien que lo cuide", aclara. En general, señala que vende sus esculturas a precios accesibles. Se demora, según el encargo, unos cuatro días o más. Explica que lo que más tiempo lleva son los detalles -la pintura, las formas con porcelana fría-. En ese sentido, señala que cuida mucho los detalles. "Es que me da cosa entregar un trabajo que no me conforme", concluye. 

Un dinosaurio en proceso de construcción, expuesto en la feria Expo Interior.

Dinosaurios, otro de los fuertes de Claudio Cajal a la hora de crear esculturas.