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La UCR tucumana celebra su 128° aniversario en plena diáspora

¿QUE SE ROMPA PERO QUE NO SE DOBLE?

El armado de las listas de diputados generó nuevas rencillas en el radicalismo tucumano, tras la derrota de Silvia Elías de Pérez y con el partido intervenido. “Es difícil ser radical pero vale la pena serlo”, el mensaje de los diputados radicales de Tucumán

Casa Radical Tucumán. Foto: Facebbok





Es difícil ser radical pero vale la pena serlo”, es el mensaje que se lee en los carteles con los que posaron los diputados tucumanos José Cano y Teresita Villavicencio, en el 128° aniversario de la fundación de la Unión Cívica Radical. La frase pertenece a Arturo Illía, prócer del partido creado por Leandro N. Alem el 26 de junio de 1981. En este aniversario, el radicalismo tucumano no tiene mucho que festejar y habita una confusa diáspora tras las elecciones provinciales, de cara a las nacionales y lejos de las bandera de su fundador y de aquella consigna de ¡Que se rompa pero que no se doble!

La UCR de Tucumán irá a las elecciones presidenciales acompañando la boleta de Mauricio Macri y del peronista Miguel Ángel Pichetto, y la interna muestra cada vez más divididos a los correligionarios. “Vamos Tucumán” fue el nombre que reemplazó a Cambiemos y que impulsó la candidatura a la gobernación de Silvia Elías de Pérez,  quien terminó segunda y lejos del peronista Juan Manzur. Con el resultado puesto, la senadora nacional ponderó la figura del intendente reelecto de Yerba Buena, Mariano Campero, por sobre los demás integrantes del espacio, e insinuó que fue el único que “jugó fuerte” en la campaña. En la capital, el compañero Germán Alfaro –como le dijo Silvia en uno de sus primeros actos de campaña- fue reelecto con un 10% más de votos que los que consiguió la aspirante a la gobernación en ese distrito. Cortocircuito y cortoboletas en el frente.

José Cano con la histórica frase de Illia. Foto: Twitter @comunicacionucr

“Juntos por el cambio” es el nuevo nombre de Cambiemos. Quienes quieran votar a Macri en Tucumán deberán elegir entre las listas a diputado que encabezan Domingo Amaya, Subsecretario de Interior de la Nación y exintendente de la capital, y Manuel Courel, jefe de gabinete yerbabuenese. La ponderada lista de unidad que había acordado el ministro de Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, no incluyó a dirigentes cercanos a Campero, quien enojado tras su buena performance presentó lista propia: Soledad Gettas y Jorge Ramacciotti acompañan a Courel, mientras que a Amaya lo secundan Lidia Ascárate y Alberto Colombres Garmendia.

El armado de las listas generó rispideces entre Campero y José Cano, durante años referente radical/opositor y  fortalecido tras no haber sido candidato en las últimas elecciones provinciales. Los radicales tucumanos irán a votar el 11 de agosto sabiendo que entre los candidatos a presidente no encontrará a un correligionario puro, y que en las listas de diputados habrá un peronista cambiemita y la expresión rebelde del radicalismo yerbabuenense, que busca ponerse al frente de la renovación que espera el partido, que se encuentra intervenido y que de hecho no tuvo participación orgánica en las elecciones provinciales y no integró formalmente “Vamos Tucumán”.

Una fracción radical, cada vez más peronizada, responde al legislador Ariel García, excandidato a gobernador y ahora postulante a una banca en la Cámara baja acompañando la boleta de Roberto Lavagna. Este espacio es cercano al jaldismo en la Legislatura y desde hace años pelea para que la UCR salga de Cambiemos, alineados con dirigentes nacionales como Raúl Alfonsín y aliados a socialistas.

Es tal la poca representatividad que tiene la UCR en Tucumán que las elecciones del 9 de junio que la lista que encabezaban Eudoro “Toto” Aráoz y José Luis Avignone se presentó como “el Acople Radical”. Es lo más parecido a la histórica pluma y martillo del logo radical. De los radicales “puros” sólo José María Canelada alcanzó una banca en la Legislatura por la lista oficial de Silvia Elías de Pérez.

“Que se rompa pero que no se doble” escribió Alem en su testamento político, manifesto fundacional radical. Hoy esa consigna parece lejana para la UCR en Tucumán, cuya potencia electoral depende casi exclusivamente del compañero Germán, que tiene ganas de volar sólo en 2023 y estuvo a punto de presentar a su delfín Walter Berarducci como candidato a diputado, lo que hubiera generado un verdadero terremoto en este confundido frente electoral.

Con Campero autoposulándose como la renovación, Roberto Sánchez tranquilo en Concepción y Cano fortalecido por no haber sido candidato electoral, la UCR celebra el 128° aniversario de su fundación lejos de sus banderas, alineada con el macrismo y con cada vez menos representatividad en la legislatura y los concejos municipales, lejos de ser el radicalismo la principal oposición al oficialismo, que hoy ostenta Alfaro y hasta Ricardo Bussi.

Festejos radicales en las redes