"Fue felicidad": Nevó y la maestra se emocionó junto a los estudiantes

Entre los cerros, la mañana del martes había comenzado más fría que en los últimos días. Más que fría, helada. En esta época del año y en Hualinchay no es extraño que así sea. Pero lo que nadie se esperaba fue lo que sucedió alrededor de las 11.30 cuando, por las ventanas de aula, uno de los alumnos percibió los copos de nieve que comenzaban a precipitarse afuera. La sorpresa no tardó en volverse alegría generalizada y alboroto de niños curiosos ante un fenómeno que la mayoría nunca había presenciado. Ahí, en el medio de la montaña, en la Escuela Teniente Coronel Pedro Antonio Zelaya; la escuela que también es casa para decenas de estudiantes de la zona, la mañana se tiñó de blanco. A Mariela Ríos, la maestra del grado, no le quedó otra que dejarlos salir a jugar. Sólo un rato, apenas unos minutos que quedarán guardados eternamente.

“Ellos estaban contentos, chochos, ni sentían el frío. Salieron sólo un rato porque se iban a mojar y podían enfermarse”, cuenta Mariela Ríos que tiene 38 años y hace diez que enseña en Hualinchay. La Escuela Teniente Coronel Pedro Antonio Zelaya es una escuela albergue que recibe alrededor de 60 niños y adolescentes de la zona que cursar la jornada completa en los tres niveles. Según cuenta Mariela, si bien la zona se caracteriza por ser fría en esta época del año, hacía más de seis años que no nevaba en el lugar. Para muchos de los chicos, ese fue su primer contacto con la nieve.

Mientras daba su clase, Mariela no se había percatado de la nevada. Fueron sus alumnos quienes le avisaron del tenue manto que empezaba a blanquear las montañas. “Apenas se han dado cuenta ellos han querido salir. Algunos ya conocían, pero los más chiquitos no. La reacción fue de felicidad, estaban muy contentos”, cuenta la maestra. Según la maestra, la nevada duró aproximadamente media hora y no fue abundante, pero bastó para llenar de alegría la mañana de los chicos.

Explica Mariela que ser maestra en una escuela de montaña es completamente distinto a ser docente en cualquier otra parte. Los chicos llegan el lunes a la escuela y se van recién el viernes, mientras que los maestros y profesores se turnan para quedarse y acompañar a los alumnos: “Es otra la responsabilidad, sos como el padre porque el chico está bajo tu cuidado toda la semana”. Además de una gran responsabilidad es también un gran placer acompañar la formación y el crecimiento de los alumnos: “Los chicos son súper respetuosos, son muy tranquilos”.

Esta mañana en Hualinchay, en la Ruta Provincial 352 que va a Colalao del Valle, entre los cerros que adornan el horizonte,  está la escuela donde esta mañana la nieve fue recibida con sorpresa y alegría por chicos y docentes. Esta mañana teñida de blanco el entusiasmo pudo más que el frío.