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"¿Con qué derecho?": las boletas electorales ensucian las calles y una docente estalló

#VOTATUCUMÁN

La escena se repite todas las mañanas y tardes de los últimos días en Tucumán: pilas y pilas de papeles sobrecargaron de propaganda proselitista la ciudad, ya inundada de carteles mal pegados, postes de luz y cordones cunetas pintados, y un descargo que une a miles y miles de tucumanos.

Todo el tiempo pisamos boletas desparramadas en el piso.





La escena se repite todas las mañanas y tardes de los últimos días: jóvenes o adultos cargan una pila de boletas embolsadas con un plástico transparente. Las llevan como un fajo fotocopiado en blanco y negro y también a todo color con letras de molde grandes para el apellido, pequeñas para el nombre o el apodo, y la cara sonriente o seria del candidato o la candidata de turno. Uno por uno, o de a montones, el punto es sacarse de encima o terminar lo más pronto posible el trabajo y casa por casa, negocio por negocio, baldío por baldío, van repartiendo las boletas para el domingo 9 de junio y así se conforma la imagen: Tucumán está lleno de propaganda proselitista desparramada por el piso, mal pegada con engrudo en las paredes, ploteada en autos y camionetas, pintada en postes de luz y cordones cunetas, y cruzada por pasacalles en algunas esquinas también.

“¿Con qué derecho ensucian nuestros hogares y nuestra ciudad? ¿No les basta con los múltiples medios de comunicación con los que contamos para hacer campaña política y de paso ahorro de papel? Radio, TV, Facebook, Twitter, Instagram, entre otros?”. Quien se hace la pregunta que invade como una boleta a miles y miles de tucumana es la docente Lorena Cangemi, quien enseña en el colegio Santa Rosa y vive en Lomas de Tafí. En el trabajo o en su casa, las boletas persiguen a Lorena, las ve tiradas por todos lados, las corre con el pie, a veces las junta y las amontona, una odisea desde que se levanta y abre la puerta de su casa: “Me ha surgido la bronca porque de lunes a lunes, de mañana a la tarde, veo múltiples bolsas de plástico con votos. Y encima predican el cuidado del medio ambiente. Se jactan de estar comprometidos con el cuidado del medioambiente: ‘Haz lo que yo diga y no lo que yo hago’”.

Los formatos y los candidatos se atestan en la puerta de la casa de Lorena: “El otro día apareció un nuevo partido con bolsa grande con manija, la boleta mal redactada, distintos ítems, te los pegan en las puertas. No soy de publicar cosas en Facebook, pero contamos con muchos medios de comunicación para que encima se vea todo este papelerío. Mis hijos se saben las canciones de las campañas políticas, o sea que la campaña llega por todos lados. Cada vez se pone peor y es por la multiplicidad de los votos. Van a ser tantos candidatos (más de 18 mil) que ellos consideran que para que sepamos a quién votar, necesitan decirnos cuál es la boleta que tenemos que meter en las urnas”.

Lorena habla en clases con sus alumnos de la importancia del cuidado del medioambiente, asistió a la segunda cumbre del foro Climactivo, dice que asistió a algunas charlas interesantes, pero que también vio cosas que no le gustaron y ahora sufre y reniega con la campaña electoral al voto vivo y un accionar de los punteros políticos y quienes reparten las boletas que, asegura, les juega en contra a los candidatos: “Toda la basura de la cuadra se amontona de votos, hasta que pasa el camión de la basura los perros rompen todas las bolsas, las máquinas pintan los cordones cunetas. Como las elecciones son el domingo están limpiando todo, la embellecen, pero después ensucian todo de nuevo. Pintaron todos los postes de luz, llenan de engrudo las veredas, creo que ni siquiera lo han pensado los candidatos. Tienen malos asesores. No sé si el candidato tiene conciencia, no hay una reflexión. Usan miles de bolsitas porque no quieren que se les moje el voto sin importar las futuras consecuencias. Acabo de tirar otro voto en el basurero, así como llegan, los tiro. Todo me genera bronca, malestar, veo que es una mentira, y nos toman el pelo. La verdad es que no sé a quién voy a votar, pero esto no ayuda”.

La lluvia de boletas que salpica las calles de Tucumán llevan a Lorena a pensar en cuestiones de fondo y preguntarse, por ejemplo, por qué la suciedad es una constante en la ciudad: “Los tucumanos no tienen el hábito de salir a dar un paseo y llevar su propia bolsa, recolectar el residuo que has generado. Si no hay un tacho, tampoco funciona si no hay una colaboración del pueblo. En los votos sí es culpa de los gobernantes y los candidatos, pero no tenemos que tener el hábito de ir a comer un asadito a un lugar público y llevar nuestras bolsas. A eso se suman los hechos de vandalismo, tachos que se rompen de noche y todo lo que genera una verdadera pena. No cuidamos lo que se pone a disposición, los tachos están desbordados los domingos en la plaza. Si no tenés un lugar dónde tirarlo, llevátelo de nuevo a tu casa y tiralo a la basura, así, como hago con los votos que llegan todos los días a mi casa”.