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"¿Quién no tiene una planta en su casa? La marihuana ya no es un tabú"

Marcha verde

Mañana a la tarde se realizará en la Plaza Independencia una nueva edición de la marcha para pedir por la legalización del cannabis medicinal y recreativo. Militantes tucumanos aseguran que la actual legislación es insuficiente y piden la despenalización del autocultivo.





A pesar de la criminalización, la clandestinidad y los prejuicios que todavía pesan en la sociedad tucumana, los usuarios de cannabis ya no se ocultan y mañana sábado a las 17 saldrán a las calles a reclamar una vez más por la legalización de la marihuana. La marcha que tendrá su epicentro en la Plaza Independencia es parte de una convocatoria que se replica en distintas ciudades de todo el mundo cada año, siempre el primer sábado de mayo. “Hay muchas personas que aún no entienden. Somos cuestionados y juzgados, pero sabemos por qué luchamos. Nosotros tenemos derecho a tener una mejor calidad de vida”, explica Daniela Armendia, la principal referente de “Comunidad Cannabica Tucumán”, una de las agrupaciones de la provincia que reclaman el acceso al cannabis medicinal. 

“Sé que muchas personas creen que hacemos apología de la droga, pero no es así. ¿Quién no tiene una planta en su casa? La marihuana ya no es un tabú en Tucumán. Hay médicos, jueces y abogados que la usan. Todos tendrían que abrir un poco más la mente”, dice Daniela Armendia que hace más de tres años está al frente de la organización; una de las pioneras en la provincia. Desde la agrupación hace unos meses han comenzado a producir aceite medicinal de cannabis, aunque lo hacen de manera clandestina: “Lamentablemente seguimos en la ilegalidad porque las leyes actuales no nos amparan. Por eso estamos a favor del autocultivo, queremos que se lo discuta. Hay muchos papás de hijos con distintas patologías que quieren hacer su propia medicación. Es algo que puede producir cada uno en su casa”. 


En marzo de 2017, el Senado de la Nación sancionó por unanimidad la legalización del uso medicinal del cannabis. Sin embargo, desde entonces hasta ahora es muy poco lo que ha cambiado para aquellos que necesitan del tratamiento, ya que en Argentina todavía no se produce de manera legal y la importación del aceite suele ser muy costosa. La ley no contempla el autocultivo ni la fabricación casera del aceite de cannabis. De acuerdo a la ley de drogas vigente, aquellos que cultivan sus propias plantan y producen su aceite pueden ir hasta 15 años presos.

“Esta ley es contradictoria al no permitir que se cultive. Es como burlarse de la gente”, dice de manera tajante Daniela. La militante explicó que importar el aceite de otros países cuesta actualmente alrededor de $5000 para el tratamiento de un mes. Además, los trámites necesarios para poder impórtalo se deben realizar en Buenos Aires, lo cual dificulta la gestión. Otra de las dificultades, según explica, es que la ley sólo autoriza la importación del aceite para los casos de epilepsia refractaria, mientras hay muchas otras patologías que pueden ser tratadas con cannabis como osteoporosis, autismo, artrosis, esclerosis, fibromialgia, migrañas, insomnio, alzheimer e incluso el cáncer, entre otras. 

A comienzos de este año, el Estado autorizó los cultivos de marihuana en la finca de El Pongo, en Jujuy. La empresa habilitada para realizar la plantación y estudio del cannabis es Cannabis Avatara, una sociedad creada por el estado provincial y que tiene como presidente a Gastón Morales, hijo del gobernador jujeño Gerardo Morales. El financiamiento es de una compañía estadounidense, Players Networks, controlante de Green Leaf Farms Holdins, que lleva alrededor de seis años en la materia. La medida generó bastante polémica y la legisladora justicialista Alejandra Cejas pidió la inconstitucionalidad de la medida: “Planteamos la ilegalidad del cultivo, porque una cosa es que se produzca en laboratorios para pacientes que lo necesitan y otra es la producción masiva para consumo recreativo. Están convirtiendo a la provincia en proveedora de drogas para Estados Unidos”, reclamó en diálogo con el diario Perfil. 

“Este es un negocio que no piensa en las personas del país. Se le dio al hijo del gobernador de Jujuy la autorización para que tenga la plantación más grande del mundo. Para ellos es un negocio, mientras para nosotros está en juego nuestra salud y la de nuestros hijos”, dice indignada Daniela Armendia, a la vez que insiste en el Estado no tiene en cuenta la urgencia de quienes necesitan el tratamiento. 

Por su parte, en Tucumán también se autorizaron recientemente cultivos en Yerba Buena para comenzar con el estudio de las propiedades medicinales del cannabis por parte de un equipo de especialistas de la Facultad de Ciencias Naturales, el Instituto Miguel Lillo y el CONICET. Al ser consultados por eltucumano.com, los profesionales dijeron no estar autorizados a brindar precisiones sobre el proyecto. 

Daniela Armendia empezó a militar por el acceso al cannabis medicinal luego de tratar con el aceite a su hijo Santiago que sufría de un tipo de epilepsia que le había provocado la pérdida del habla. Entonces, su hijo tomada seis medicamentos distintos para controlar los ataques que sufría: “Él no dormía, no comía, era un niño zombie. Yo busqué durante un año hasta que pude conseguir el aceite, fue una corazonada de mamá”. Cuando empezó a tratarlo con cannabis, los cambios fueron notorios y casi inmediatos: los ataques disminuyeron considerablemente. Hoy Santiago tiene once años y hace más de un año que ya no necesita del aceite. Los últimos estudios que le realizaron demostraron que ya no hay indicios de la enfermedad. Ha vuelto a hablar y a jugar como cualquier otro niño. 

“Si tengo que pelear contra el mundo para mejorar la calidad de vida de mi hijo, lo voy a hacer. La justicia no debería perseguirme por eso”, dice Daniela con la convicción y la certeza de que el dolor no espera.