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La estética nipona de Silvia Elías de Pérez para desertar del macrismo

Comicios 2019

En el lanzamiento de su candidatura a gobernadora, la senadora dio muestras de querer despegarse de la figura de Mauricio Macri. La respuesta de los tucumanos en las redes.

Silvia Elías de Pérez a lo Daniel San.





De la revolución de la alegría a la revolución del corazón hay tan sólo una palabra de distancia. Se trata de un claro intento por continuar explotando el slogan que llevó a la fuerza Cambiemos hasta la presidencia de la Nación, o bien el trabajo de un publicista sin muchas ganas de ponerse a pensar demasiado. Aunque la consigna de campaña con la cual Silvia Elías de Pérez lanzó oficialmente su candidatura a gobernadora de la provincia tiene una evidente reminiscencia macrista, los colores que la acompañaron no fueron ni el arcoíris multicolor de Cambiemos ni el amarillo que identifica al Pro, sino el diseño de un rojo sol naciente muy similar a la bandera imperial japonesa, símbolo que por su innovador formato tampoco remite inequívocamente a las banderas históricas del radicalismo. La pregunta es: ¿la misma fuerza, pero con distinto color?

 

La postulación de la senadora no se inscribe ni en Cambiemos, ni en el Pro ni tampoco en la UCR. El frente electoral que lleva el nombre “Vamos Tucumán”, en cambio, está integrado por el Movimiento Popular y Federal y por Democracia Cristiana, agrupación que tiene como uno de sus referentes a María Teresa Mockevich, la abogada que, junto a otros letrados, presentó una denuncia penal por homicidio contra los médicos Cecilia Ousset y José Alberto Gijena por haberle practicado la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) a “Lucía”, la niña de once años violada por el novio de su abuela. 

De la tan mentada revolución de la alegría impulsada por el macrismo, sin embargo, poco parece haber quedado. La muestra más cabal acaso sea la foto de Silvia Elías de Pérez acompañada por dos de los precandidatos que desistieron de sus candidaturas: José Cano y Domingo Amaya, además de los intendentes de San Miguel de Tucumán y de Concepción: Germán Alfaro y Roberto Sánchez. Rostros dubitativos y cabizbajos dominaron la escena que pronto se volvió blanco de memes en las redes sociales. 



La estrategia electoral de la candidata a gobernadora parece consistir en alejarse solapadamente de la figura del presidente Mauricio Macri. La decisión estaría fundada en la imagen negativa de la actual gestión de gobierno: según una encuesta reciente de la consultora Management & Fit, el 62,6% de los consultados desaprueba la conducción de Macri y sólo un 25,6% la aprueba (el 11,7% restante no sabe o no contesta). Tal vez por eso, Elías de Pérez se reunió ayer con María Eugenia Vidal. Actualmente, la gobernadora de Buenos Aires es la figura de Cambiemos con mayor imagen positiva, un 39% según la misma encuesta. De esta manera, la senadora continúa su estrecho vínculo con esa fuerza política, aunque cada vez más lejos de la figura presidencial.



“La revolución de valores que proponemos no es un predicamento más, se trata de actos concretos de gobierno para transformar la vida de los tucumanos que quieren vivir en paz, tener educación y salud de calidad, y poder salir tranquilos a la calle”, dijo Elías de Pérez con motivo del encuentro con Vidal. La campaña de la candidata a gobernadora tiene como fundamental caballito de batalla su militancia del movimiento Pro Vida y un discurso que busca ganar adeptos en los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad tucumana. De ahí que su revolución sea una “revolución de valores”, valores afines a los que promulgan figuras como María Teresa Mockevich.

Tras la oficialización de su candidatura, se produjo un fuerte rechazo que se canalizó, principalmente, a través de las redes sociales. Muchos tucumanos aprovecharon la ocasión no sólo para criticar la forma en que Elías de Pérez se apropió del concepto de revolución, sino también para recordar su confrontación con el biólogo Alberto Kornblihtt durante los debates informativos que tuvieron lugar el año pasado en las cámaras con motivo de la ley de legalización del aborto. Episodio del que surgió el famoso y viral aleccionamiento del científico: “no, no está bien, está mal”, cuando la senadora se refirió al Síndrome de Down como una enfermedad. También repasaron sus palabras durante el debate por el matrimonio igualitario, en 2010, iniciativa que en ese momento calificó de “mamarracho jurídico”.  




Así, si bien desde su labor parlamentaria la candidata acompañó las medidas de ajuste impulsadas por el gobierno nacional, ahora Elías de Pérez parece despegarse de la figura del presidente, imagen cada vez más castigada por la acuciante crisis económica que atraviesa el país. Mientras sigue siendo una incógnita quién será su compañero de fórmula, la senadora abjura del macrismo, aunque sin alejarse de Cambiemos. Tan sólo gestos electorales: la misma fuerza, pero con distintos colores.