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"Que se quede el carrito": llegó la orden de desalojo y Juan Carlos resiste

TENSIÓN

La Municipalidad lo sorprendió con el pedido y empezó a juntar firmas para que la réplica de un carruaje colonial donde se vende algodones de azúcar, pochoclos, achilatas y aloja: "Tengo los permisos, no sé a quién puede molestar". La historia y la respuesta de la Municipalidad.

"No al desalojo de trabajadores de plaza Congresales", reza el pedido.





La abuela de Juan Carlos tenía un ritual: cuando era chico, en la flor de la ceniza una vez consumado el fuego, ahí, bajo la noche eterna del límite entre Santiago del Estero y Tucumán, ahí tiraba maíz y empezaba a explotar: pop, pop, pop, pochoclos para toda la familia. “Y el que no explotaba, mi abuela lo molía con un mortero, le ponía azúcar y eso se llamaba awnka, que en quechua significa maíz tostado”.

Ese ritual fue uno de los primeros en la vida de Juan Carlos, quien luego estudió en la ENET N°2 y en los recreos se le ocurrió una idea: el carrito que desde hace ocho años forma parte del paisaje principal del Paseo Histórico de la calle más importante de Tucumán, sobre Congreso, en la esquina de Crisóstomo Álvarez, a metros de la Casa Histórica. “Sé dibujo técnico y estudié tres meses la historia de los carruajes coloniales. Armé el diseño y se lo dí a don Mario Figueroa, quien hacía ruedas en Alderetes, quien hizo el modelo escala. Acaba de irse don Mario”.

Acaba de irse don Mario porque la Municipalidad de San Miguel de Tucumán presentó esta mañana la orden de desalojo del carrito que se llama Awnka, como el maíz que tostaba la abuela de Juan Carlos. “Todo empezó cuando iba a venir la vicepresidenta Gabriela Michetti para inaugurar un hermoso mural la semana pasada. Finalmente no vino, pero me habían pedido que moviera el carrito para que pasaran la hidrolavadora. Yo acepté sin problemas y lo dejamos en la plaza temática de la otra esquina, en Congreso y San Lorenzo. Pero cuando volví a traer el carrito a la placita de la Congreso y Crisóstomo, ahí comenzaron los problemas”.

Juan Carlos Quiroga tiene 49 años y aclaró que tiene todos los permisos firmados por la propia directora de Cultura de la Municipalidad, Beatriz Morán. Ese papel, denuncia Juan Carlos, fue rechazado: “Mario Véliz, de la secretaría de Producción, y personal de la Dirección de Turismo me dijeron: ‘Ese pedido no sirve, no es nada. ¿Por qué regresaste?’ No entendía el maltrato. Nunca había tenido problemas. Vinieron y agregaron: ‘No se sorprenda si viene mañana y desaparece el carrito'”.

El jueves a la noche, ante el sutil mensaje, Juan Carlos decidió pasar la noche junto al carrito, sin dormir, junto a su familia: “Me acompañaron hasta las 3 y quedé solo, sentado en uno de los bancos de la placita. Como premio a lo que hice hoy me llegó la orden de desalojo. Y acá estamos, juntando firmas para que no se lo lleven. Hay firmas de alemanes, sanjuaninos, de los vecinos, de todos los que me acompañan porque el carrito es uno más de todos aquí. Si tiene algún tipo de deterioro, ya hay un carpintero trabajando en ello”.

"Hay organizaciones sociales que ya me brindaron su apoyo para que se quede el carrito. Adentro tiene una máquina pochoclera, y también vendo achilatas. Vendo todo lo que nos hace orgullosos de ser tucumanos. No sé qué puede molestar. Y además, insisto, tengo los permisos correspondientes", cierra Juan Carlos, el dueño del carrito, del carrito de todos los que pasan por ahí y se toman una fotografía con el carrito, de los alumnos y alumnas que van a conocer la Casa Histórica y se compran un algodón, de las maestras que se tientan con un paquete de pochoclos, del doctor peinado a la gomina que escucha tangos y toma la presión, de los jubilados que compran aloja, de la familia Alí que vende praliné, de los empleados de Paco García, de los artesanos, de las doñas que venden empanadas, ese carrito ya lleva juntadas 120 firmas y un pedido: “Que se quede el carrito”.    
 




El descargo municipal


Mario Véliz, subsecretario de Producción, a cargo del área de turismo de la Municipalidad capitalina, señaló que desde que empezó la gestión actual en 2015 se trabaja para ordenar el paseo histórico.


"La idea fundamental era sacar un reglamento de todas las plazas donde haya artesanos para que no tengamos una mezcla de cosas", señaló el funcionario, que recordó que sobre la peatonal Congreso se instalaban puestos de, por ejemplo, reventa de productos chinos que no tenían que ver con las artesanías locales. 

En ese sentido, Véliz señaló que todos los puesto que están actualmente en la Plaza de los Congresales son artesanos. "Son casi todos de vieja data y han firmado un convenio de conformidad. Saben qué pueden producir y cuáles son las normativas de producción y venta", indicó.


En cuanto al caso puntual de Juan Carlos Quiroga y su carrito, el funcionario señaló que la medida no se tomó particularmente en su contra y que se desalojaron en total 4 puestos, pero que se les ofreció reubicarlos en otros puntos de la ciudad. "Nosotros hemos reordenado el paseo, pero no es la intención dejarlo sin trabajo a él ni a ninguna de persona de la plaza", remarcó Véliz, que comentó que desde la Municipalidad están analizando en dónde reubicar a las personas afectadas. 

También indicó que el Quiroga no abría todos los días y que vendía aloha -en contra de las normativas, según Véliz-. "A veces lo veías cubierto de plástico. Le hemos dicho que lo mejore y que le íbamos a buscar un lugar", agregó. "Nosotros tenemos que hacer cumplir las ordenanzas, sé que no es fácil, que nuestra tarea es complicada, pero tenemos que ver por el bien común y el bien común nos decía que teníamos que reordenar la plaza porque pasan un montón de turistas, es una vidriera que nos perjudica", continuó. Además, indicó que al vendedor se le dio un preaviso en el mes de septiembre. Asimismo, anticipó que en el pase se prevé instalar baños públicos y más puestos para que otros artesanos tengan la oportunidad de vender sus productos.

Finalmente, señaló: "Mañana lo vamos a ir viendo (a Quiroga), vamos a buscar una solución, él no habló con nosotros, yo pregunté a los chicos de la dirección de Turismo y me dijeron que nunca se acercó".