Del Gymnasium a Irán para participar de las Olimpíadas de Biología
Orgullo
Luego de obtener uno de los mejores puntajes en la Olimpiada Nacional de Biología, Guillermo Pacheco representará al país en la instancia final que se llevará a cabo en Teherán. Su compañero Simón Jiménez pelea por un lugar en el concurso Iberoamericano.

Guillermo y Simón, un dúo inseparable que se prepara para seguir avanzando en las Olimpiadas de Biología.
En el acto de apertura del ciclo lectivo de las Escuelas Experimentales de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) Guillermo Pacheco (16) y Simón Jiménez (17) fueron ovacionados por sus compañeros. La noticia de que los alumnos del Gymnasium sortearon las exigentes pruebas que impone la Olimpíada Nacional de Biología hinchó de orgullo el pecho de una comunidad que busca empezar el 2018 con nuevos horizontes.
En el caso de Guillermo, del 15 al 22 de Julio participará en la ciudad de Teherán (Irán) de la Olimpiada Internacional de Biología (IBO), luego de superar tres fases -colegial, intercolegial y nacional- que le demandaron muchas horas de estudio y esfuerzo, incluso durante las vacaciones. De hecho, el último examen fue en febrero último, en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), institución organizadora del certamen junto al Ministerio de Educación de la Nación.
En la última instancia, a la que llegaron nueve estudiantes de diferentes ciudades del país, Guillermo logró el puntaje suficiente para quedar entre los cuatro estudiantes que representarán a la Argentina en la IBO. Simón, en tanto, siguió el mismo camino que su amigo y compañero de curso, pero quedó en el grupo compuesto por cinco chicos que deberán superar en mayo una nueva instancia para obtener uno de los cuatro pasajes rumbo a Ecuador, donde se desarrollará el concurso a nivel Iberoamericano.
Una construcción colectiva
La historia que llevó a los chicos hasta el lugar que hoy ocupan comenzó en el año 2016, cuando la profesora Pamela Medina preguntó a sus alumnos del Taller de Biología, –una materia que dicta como parte de la oferta de electivas-, qué les parecía la idea de participar. “Comentando con los chicos surgió la posibilidad de inscribirnos en el certamen, queríamos saber hasta dónde podíamos llegar. Presentarnos implicaba una aventura autodidacta, con mucho trabajo fuera de las obligaciones de la Escuela”, explicó.
En esta línea, Guillermo sostuvo que el mayor desafío que enfrentaron durante la preparación para los exámenes fue la cantidad y la complejidad del material de estudio, pensado para un nivel universitario más que secundario. “El contenido es muy amplio y abarca muchos temas, como genética, fisiología vegetal, biología celular y genética”, ejemplificó. Por esta razón, recurrieron a los especialistas de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT para pedir soporte en temas específicos y también para hacer uso de los laboratorios. “No tenemos más que palabras de agradecimiento para el equipo docente de la Facultad que nos abrió las puertas y nos brindó horas y materiales para la preparación en las diferentes instancias”, recordó la docente.
Simón, en tanto, destacó el espíritu de equipo que inspira esta Olimpiada, a diferencia de otras que ponen el énfasis en el desempeño individual. “Entre todos nos ayudamos para resolver las distintas situaciones”, agregó para destacar la fortaleza del grupo que se formó tanto en la Escuela -donde existe un 'semillero' de alumnos preparándose para participar en próximas ediciones- como con los chicos de otras provincias que integran los equipos que viajarán a Irán y a Ecuador.
“Entre las muchas enseñanzas que nos deja la participación en el certamen es que el conocimiento es una construcción colectiva y que los logros en la ciencia nunca son individuales, sino en equipo”, destacó la profesora, quien agradeció el acompañamiento de los directivos y de todos los docentes de la institución.
“Independientemente del nivel académico al que llegaron los chicos es una satisfacción enorme poder ver que están muy bien preparados, motivados y que existe una gran unión entre ellos para representar al colegio de la mejor manera”, indicó en diálogo con eltucumano.

Cambiar la mirada
Sobre qué cruza por su cabeza al pensar en Irán, Guillermo dice que nunca imaginó “tener la oportunidad de conocer un país tan diferente al nuestro” y se entusiasma al contar que participarán jóvenes de otros 28 países en la instancia final. Sin embargo, recalca que antes de subir al avión tendrá que viajar otras tres veces a Río Cuarto para seguir la preparación con el equipo y llegar en óptimas condiciones.
Al escucharlo, la profesora acota que “quizá los chicos todavía no lo ven, pero esto les va a abrir muchas puertas. Desde la sistematización del estudio y la preparación de exámenes, hasta la constancia, el respeto por las normas y la conducta; va mucho más allá de la biología”, evaluó la docente, quien ponderó también que estos valores sean validados por los mismos compañeros, como sucedió ayer en el acto de inicio del ciclo lectivo.
“Todos los compañeros nos felicitan, algunos incluso nos mandan demasiados mensajes alentadores”, asiente entre risas Simón, quien adelanta que seguirán siendo compañeros de estudios con Guillermo cuando los dos ingresen a la carrera de Medicina de la UNT, una vez que se reciban del Gymnasium.
Medina concluyó que “el imaginario es que los chicos no estudian o no hacen nada. Nosotros queremos representar otra mirada, pelear desde un posicionamiento diferente, con bases fundamentadas. Lo más valioso más allá de las felicitaciones de la Rectora, de la decana de Ciencias Naturales, o del equipo de profesores del Lillo, es el reconocimiento entre pares, -que ayer los aplaudían y los vitoreaban-, porque validan el lugar que los chicos con mucho esfuerzo lograron conseguir”.