Después de 13 años de vivir en Buenos Aires y haber participado en la postproducción de muchas publicidades y animaciones para canales de cable, Facundo Sanchís volvió a Tucumán a traer su experiencia.
Aunque nunca pudo ver de cerca a
Diego Maradona, Facundo era parte del gran equipo que hizo que el astro del fútbol salga en la tele en 2005. “La Noche del 10” fueron solo 10 programas que dejaron a los televidentes la sensación de haber visto varias temporadas. Pero para este animador digital fue su prueba de fuego y la puerta de entrada a los proyectos que vinieron después.
El trabajo de las animaciones para el inicio del programa comenzaba alrededor de las 10 de la mañana. A esa hora llegaba a las manos del equipo de animación de Canal 13 el guión del comercial, que debía estar listo para las 20 del mismo día. Las horas de trabajo transcurrían bajo mucha presión e incertidumbre.
![]()
─¿Che viene hoy ‘el Diego’? – se preguntaban Facundo, sus compañeros del equipo de animación, los camarógrafos y toda la producción –. Hasta media hora antes no sabíamos si salía al aire ‘La Noche del 10’, y era un programa con mucha repercusión internacional.
─¿Por qué?
─¡Por el Diego! Nadie sabía si iba a ir o no a conducir el programa. Por eso creo que
Adrián Suar y
Pablo Codevilla, los productores, se cansaron y solo terminaron siendo 10 programas–, recuerda Facundo.
Hoy desde su estudio en Yerba Buena –fue su antigua casa paterna– Sanchís da movimiento, color y vida a decenas de piezas publicitarias. Y también a personajes animados y comerciales para Disney Channel.
Por medio de la empresa de jugos Citric debutó como desarrollador de videojuegos, con
Orange Adventure, el juego promocional en el que una caja de juguito con anteojos de sol iba sorteando obstáculos.
Sanchís propone ser autodidacta y tratar de encontrar las soluciones en internet, algo que hoy parece obvio, pero que esconde un gran paso para emprender proyectos personales. “Se puede aprender cualquier cosa desde casa, si tenés la voluntad de ponerte a hacerlo”.
La magia de la publicidad
El común de los televidentes casi no imagina que detrás de cada comercial de algún producto, (como las cremas
Dermaglós o los separadores de TV de los famosos
No Molestar! de Fox, en los horarios de los Simpson) hay una cadena de personas que escriben guiones, sacan fotos, graban y animan.
Ese universo publicitario muchas veces está armado con fondos pintados al óleo, papel y objetos reales, que luego se postproducen de forma digital para hacer el spot que se ve al aire. Secretos que Facundo va desmenuzando en la pantalla de su computadora.
“En el estudio
Amautalab, por ejemplo, hacíamos un laburo experimental: para Fox, en No molestar!, grabábamos las publicidades con maquetas de verdad y luego, yo hacía la posproducción animada.
Otros trabajos de los que formó parte fueron las placas de los Premios Clarín (ediciones 2006 y 2007); cortos para Cablevisión; publicidades del Personal Fest, Movistar, Fernet 1882; y separadores para Discovery, History y A&E.
Hacer que los habitantes de la Ciudad Sagrada de Quilmes vuelvan a caminar por sus calles y que de los cimientos de piedra se levanten las casas, es el próximo proyecto de
Indio Games, que estará preparado para ser visto con lentes de realidad virtual. “Me fui con un amigo a las ruinas, sacamos fotos en 360 grados y armamos el lugar cómo era. Falta grabar a los actores para que recreen la vida del lugar”, cuenta Sanchís sobre su desarrollo actual.
Llegar a las grandes cadenas
Según el registro del Colegio de Diseñadores Gráficos de Tucumán, hay 50 diseñadores matriculados en la provincia. Están en proceso de formación unos 105 alumnos de la licenciatura en diseño gráfico de la UNSTA, y 200 en el terciario del Instituto JIM. Por año, entre ambos centros se gradúan, aproximadamente, 55 personas.
Una vez que terminan los estudios, muchos nos saben cómo tomar los primeros contactos con firmas nacionales e internacionales y por qué no, empresas locales que han comenzado a dar un giro a su imagen apelando al trabajo de los diseñadores.
Sanchís brindó recomendaciones para que los jóvenes diseñadores gráficos, y quienes incursionen en el mundo de la animación, no se ahoguen en un vaso de agua y puedan llegar a los grandes proyectos:
–¿Cómo llega un estudiante o recién graduado a establecer una red de contactos?
Hoy es mucho más fácil de lo que era hace unos años, porque tenés un montón de plataformas y canales para venderte. LinkedIn es muy buena para conocer quiénes son las personas que manejan la torta publicitaria, quiénes están en el área de marketing de las empresas. También están las comunidades de Facebook. En cada profesión, sea cual sea, hoy uno es su propio vendedor por medio de las redes sociales.
–¿Una recomendación para un recién recibido?
Para todos los que estudian hoy diseño gráfico mi recomendación es que es mucho más fácil venderse como estudio que como
freelance (sin importar por cuanta gente esté compuesta ‘la compañía’). Creo en las estructuras chicas. Si sale un proyecto muy grande, que necesita de más gente, se busca personal específico para ese proyecto. No es necesario tener una gran estructura armada, la hacés de acuerdo con el proyecto.
–¿Cómo fue la experiencia con Orange Adventure?En 2014 descubrí un software
, Construct, para hacer juegos. Lo aprendí y me propuse tratar de hacer algo en tres meses. No quería que fuera algo que no pudiera vender, entonces armé una propuesta ‘vendible’. Así se me ocurrió el personaje, el juguito de naranja. Una vez que tuve un avance, cuando ya era jugable, fui directo a Citric con un prototipo. Me dijeron que sí e hicimos un contrato por seis meses. No esperé que me llamen, uno debe ir y buscar sus clientes.