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Los Valles se preparan para honrar a la Pachamama el 1° de agosto

Ritual ancestral

La cacique Margarita Mamani brindó detalles sobre la ceremonia que se realizará en el predio de Los Menhires, donde se agradecerá a la Madre Tierra sus frutos y se le pedirá que no falten alimentos, salud y trabajo.

Ilustración Diario Huarpe





El próximo martes, el pueblo Los Tafíes perteneciente a la comunidad indígena de El Mollar honrará a la Pachamama como cada 1° de agosto. La ceremonia en honor a la Madre Tierra se realizará en el predio de Los Menhires (El mollar), a partir de las 10 de la mañana.     

La cacique Margarita Mamani anticipó que “unidos ofreceremos lo que nuestra Madre Tierra nos ofrece día a día, que son nuestros alimentos como también el agua que brota de su propia naturaleza”. En el ritual que se repite cada año también se pedirá “que haya mucha abundancia en nuestro hogares para que no falten alimento, trabajo y salud en todas las familias de nuestro planeta Pachamama”, agregó la representante de Los Tafíes. 

Mamani contó que ese día también se hará un "saneamiento espiritual" donde el Guashoy (padre sol) y la Ipachay (madre naturaleza) intercederán "para seguir con muchas energías los caminos de nuestras vidas", según explicó la cacique. 

Luego de la ceremonia actuarán los artistas de los ballets Lucero del Alba, El Mollar, José Hernández, Sumaj Killa y Raíz Calchaquí así como también Los Vargas, Los Caporales y Huayra Pujllay. También el abuelo violinista Justino Méndez y copleras de la comunidad. 


Un poco de historia

La divinidad de la Pachamama (la Madre Tierra) representa a la Tierra, pero no solo el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es todo ello en su conjunto. No está localizada en un lugar específico, pero se concentra en ciertos lugares como manantiales, vertientes, o apachetas. Es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa directamente, por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndose sustento o disculpándose por alguna falta cometida en contra de la tierra y por todo lo que nos provee.

No es una deidad creadora sino protectora y proveedora; cobija a los seres humanos, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no solo en los momentos y sitios predeterminados por el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin embargo se la considera asimismo con una faz negativa: la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades.

Aunque se ha popularizado el primer día del mes de agosto como día principal para su realización, de hecho se lo practica durante todo el mes, y en muchos lugares también el primer viernes de cada mes. Las ceremonias están a cargo de personas ancianas o de mayor autoridad moral dentro de cada comunidad.