"La sociedad está en deuda con Tamalito"
Miguel Villagra, dueño de la Línea 19, contó cómo fue el encuentro en el que el jovencito le pidió trabajo en la empresa para cumplir su sueño de manejar un colectivo.

Tamalito durante la entrevista en la línea de colectivos. Foto: facebook.com/linea19/
Luego de que la Línea 19 de colectivos publicitara a través de su cuenta de Facebook que “Tamalito” se presentó para pedir trabajo como chofer de colectivos, el dueño de la empresa, Miguel Villagra, contó cómo fue la charla que mantuvo con el tucumano que se hizo famoso por robar cinco colectivos para dar vueltas por la ciudad cuando apenas era un niño.
El apoderado de la Línea 19 relató que el martes por la mañana, el joven se acercó a él en la esquina de avenida Avellaneda y Corrientes. Sin rodeos, le dijo: “Yo soy 'Tamalito', el que robaba ómnibus. Usted me conoce a mí del Hogar Belgrano, pero no se acuerda”. “Ahí fue que se me vino a la cabeza su historia y le dije que me vaya a ver a la empresa para hablar mejor”, relató Villagra. Ese mismo día, Alejandro Daniel ─tal es su verdadero nombre─ asistió a la cita para pedir una oportunidad de trabajo.
Actualmente, el joven de 18 años se gana la vida vendiendo golosinas a los pasajeros que viajan en colectivo. Pero su sueño, en realidad, es poder manejar uno de estos vehículos, como cuando deambuló cinco horas por las calles de San Miguel de Tucumán, apenas con 10 años y sin altura suficiente para llegar a los pedales. “Es un personaje, muy inteligente, conoce a todos los choferes y las características de los coches”, reveló Villagra.
“El primer ómnibus se lo robó a Jorge Berreta (Nota de la R.: empresario del transporte apoderado legal de la firma Leagas S.A) que se dio cuenta cuando no encontró el ómnibus en la Terminal. El siguiente fue el del cantante Sergio Galleguillo”, recordó Villagra, quien destacó que 'Tamalito' nunca fue denunciado. “Incluso, Galleguillo siempre le manda saludos”, destacó.
Sin embargo, más allá del tono jocoso con el que los tucumanos recuerdan las travesuras, no se puede dejar de advertir el trasfondo social que revela su historia. “La sociedad está en deuda con Tamalito”, analiza el empresario, quien prometió darle una oportunidad, siempre y cuando, retome sus estudios y reinicie su tratamiento de rehabilitación. “Nadie le prestó atención porque hay miles de chicos en la misma situación pero eso no justifica de ninguna manera el abandono del Estado”, reflexionó.
“Yo le pedí que vuelva en tres meses porque tiene que dejar su adicción y retomar la escuela. Va a necesitar disciplina para superarse, nosotros podemos ayudarlo pero el mayor esfuerzo lo va a tener que hacer él”, anticipó el apoderado de la línea blanca y verde. “Igualmente, no puede trabajar como chofer porque una ordenanza municipal fija un mínimo de 21 años para manejar transportes públicos de pasajeros”.
El primer paso para Tamalito será, entonces, hacer quizás el esfuerzo más importante de su vida para cumplir su sueño de estar cerca, al menos durante el primer tiempo, de esos gigantes que circulan por la ciudad trayendo y llevando gente. El lavadero podría ser su primer trabajo en la empresa. El destino, la tenacidad y la contención que la sociedad esté dispuesta a darle dirán después hasta dónde puede llegar.