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La foto de Lousteau con Manzur y Alperovich fue un mensaje para la Casa Rosada

Análisis

Durante su estadía en Tucumán, el ex embajador en Estados Unidos hizo un duro análisis. “El país está en una situación mucho más delicada de lo que pensamos”, expresó luego de ser distinguido por sus gestiones para que el limón vuelva al mercado norteamericano.





Tanto la agenda oficial como los partes de prensa previos a la llegada de Martín Lousteau a la provincia daban cuenta de que se trataría de un encuentro protocolar con el gobernador Juan Manzur, una devolución de favores por las veces que el ex embajador argentino en Washington recibió y asesoró a la comitiva local que viajó para pedir el fin de la restricción del limón en EE.UU.

Sin embargo, en tiempos electorales, nada es lo que parece. El ex ministro de Economía de Cristina Kirchner y actual candidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires jugó sus fichas para enviar un fuerte mensaje a la Casa Rosada.

Por fuera de la agenda oficial, el gobernador Manzur le abrió las puertas de su casa para recibirlo el jueves por la noche, el mismo día que Lousteau arribó a Tucumán. Fue José Alperovich quien publicó en su cuenta de Twitter una foto del encuentro, del que también participó Osvaldo Jaldo y otros dirigentes peronistas locales.  

“Ayer compartí con @gugalusto una cena donde intercambiamos reflexiones sobre la situación económica por la que atraviesa la #Argentina”, escribió el senador en la red social. Fue un anticipo del duro análisis que hizo al día siguiente el dirigente de ECO frente a los periodistas.

Por estas horas, muchos se preguntan si Lousteau viajó hasta uno de los principales bastiones peronistas del país para confirmar su afinidad con el movimiento, luego de transitar otros caminos alternativos. Es que la foto llegó a los principales medios porteños (La Nación, Infobae, El Cronista), el distrito donde peleará este año por una banca de diputado y en 2019 para arrebatarle la Jefatura de Gobierno al PRO.

Una de las definiciones que brindó Lousteau fue que, al no constituirse Cambiemos en Capital Federal, su espacio político seguirá siendo ECO, una alianza de radicales, socialistas e independientes. “Yo no soy del PRO, ya lo he dicho”, enfatizó Lousteau en rueda de prensa.

Para dejarlo claro y que el mensaje no tenga dobles interpretaciones, recibió los elogios que le dispensó Manzur, -ubicado en las antípodas del macrismo-, y los retribuyó de buena gana. Luego, vino el crítico análisis de la marcha de la economía.


Un motor que no arranca

"Veo una economía a la cual le cuesta mucho encontrar los motores para arrancar. Eso, a menos que podamos discutir de otra manera qué es lo que está pasando, a menos que podamos diagnosticarlo mejor y encontrar la capacidad para gestionarlo de otra manera, va a seguir ocurriendo así", disparó Lousteau.

"Argentina tiene un Estado muy grande, que tiene tres veces más recursos por cada uno de nosotros que hace 25 años, pero no nos provee tres veces más de nada; que tiene un déficit fiscal de siete puntos del PBI y que tiene 13 millones de compatriotas en la pobreza", siguió.

Agregó que "es doloroso ver cómo Argentina, que tiene tantas riquezas de todo tipo, cuando uno la recorre, no encuentra el mismo nivel de desarrollo que en otros países que tienen menos condiciones naturales, y esa es una enorme tarea pendiente".

También aseguró que "el tipo de cambio actual está influenciado por el hecho que Argentina se endeuda con U$S 30.000 millones por año, por lo que el Gobierno tiene que traer los dólares del resto del mundo y nos inunda, y eso hace que el tipo de cambio sea menos competitivo". Esto, según el referente de ECO, provoca un atraso cambiario perjudicial para las economías regionales.


Chispazos también en la UCR

Como si la reunión con Manzur, Alperovich y los dirigentes políticos locales no hubiera sido suficiente para dejar en claro su distanciamiento con Mauricio Macri, quien lo nombró embajador en Estados Unidos cuando asumió la presidencia, Lousteau plantó bandera también en el radicalismo.

En su cuenta de Twitter, publicó fotos de la reunión que mantuvo el viernes con el sector encabezado por el legislador Ariel García, enemigo acérrimo de José Cano, y uno de los principales denunciantes del presunto pedido de coimas en Corea del Sur en el marco del Plan Belgrano


Cómo queda el tablero

La visita de Lousteau a Tucumán no pasó desapercibida para la Casa Rosada, ni para Cambiemos a nivel local. Tampoco para los medios ni para las redes sociales. El ex embajador se lanzó a la conquista de su banca jugando sus fichas a todo o nada.

De manera colateral, también quedó en evidencia en los días que pasaron que el gobierno de Manzur mantendrá inflexible su postura frente a las políticas del macrismo, con reclamos varios referidos a la coparticipación federal, el envío de fondos para obras públicas y la marcha de la economía. También, haciendo caso omiso a la reforma electoral requerida desde Buenos Aires tras las elecciones de 2015.  

El oficialismo local dejó entrever también que, de ser necesario, apelará a la figura de Alperovich para enfrentar a José Cano, quien ya confirmó que encabezará la lista de candidatos a diputados. La lectura que hacen los dirigentes locales indica que la unidad del peronismo aparece como prioritaria frente al avance de Cambiemos a nivel nacional. 

Quedará para otro momento, si es que eso sucede, el delineamiento de una gestión de Juan Manzur con personalidad propia. Las expectativas de quienes creían que más tarde o más temprano iba a cortar lazos con su mentor fueron decayendo al ritmo del enfrentamiento con el Gobierno central, que tuvo en el drama de los inundados su punto más álgido.  

En cuanto a Cano, el radical deberá escoger con sabiduría quién ocupará el segundo lugar de la lista para mantener equilibradas las fuerzas de Cambiemos. Al mismo tiempo, deberá lidiar con las internas que planteó García dentro de su propio partido, poniendo como eje las presuntas irregularidades de la cartera que maneja en el gabinete nacional.  

A dos meses de las PASO, en Tucumán, las fichas no dejan de moverse, aunque de forma más o menos previsible, como hace más de 12 años.