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El nuevo mapa de vuelos preocupa a empresas de ómnibus larga distancia

EN CRISIS

Muchas compañías reprograman viajes y tienen problemas para pagar en tiempo y forma los sueldos de los choferes. Lo atribuyen a la competencia con los traslados aéreos.

Terminal de Tucumán.





A nivel país, las empresas de colectivos y sus trabajadores sufren una gran crisis. Tanto, que les ha llevado a cancelar servicios y tener problemas para pagar en tiempo y forma a los choferes. En el sector atribuyen la problemática a la feroz competencia de precios de los aviones y a la reducción en los subsidios.

En los últimos 15 días, las principales empresas del país iniciaron un proceso de reestructuración del negocio que implicó suspensión de servicios y unificación de pasajeros en otros colectivos. A mediano plazo, no descartan la posibilidad de un paro.

El aumento de la oferta de transporte aéreo a precios que compiten con el terrestre y la quita de subsidios para aquellas rutas que compiten con las empresas aéreas son temas de conversaciones entre los empresarios y el gobierno nacional.

Si bien la temporada de verano disimuló los problemas, Semana Santa puso de manifiesto la crisis. Desde este sábado, los conflictos gremiales llevaron a algunas empresas a suspender servicios e iniciar negociaciones: General Urquiza, que viaja en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca y Tucumán, paralizó todos los colectivos que salen de Buenos Aires y mantuvo con relativa normalidad los de las ciudades del interior.

San José, que une Buenos Aires-Entre Ríos, frenó algunos servicios. También Tramat, El Rápido Internacional, Andesmar y Don Otto (del grupo Vía Bariloche). Flecha Bus mantiene en duda los servicios de los próximos días.


Antecedentes

La crisis no es nueva. En 2010, la Argentina tenía registradas en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) 4764 unidades, mientras que en 2015 esa lista ya contaba con 619 menos, una baja del 12,4%. De 1,31 millones de viajes que se hicieron en aquel año, se pasó a 1,04 millones en 2015, una caída del 21,4%.

Desde 2011, el mejor año de los últimos seis, los pasajeros transportados cayeron de 50,51 millones a 37,95 millones, es decir, un 28% menos. Todavía no están los números oficiales del año pasado, pero todo indica que la caída de pasajeros del sistema está entre el 8 y el 10% anual, según informó el diario La Nación.

La media de ocupación del sector es del 47%. Las limitaciones de los entes de control impiden suspender un viaje si no tiene demanda: los coches salen vacíos, pero salen. También la regulación impide que se vendan pasajes segmentados: es indistinto para el pasajero comprarlo a último minuto que un mes antes. No hay premios por esa previsión de compra. Esas pequeñas modificaciones mejorarían la capacidad de oferta y demanda, pero para eso hace falta una regulación que hoy no está presente.

En el sector también se quejan de que el Gobierno no subió la tarifa mínima de los aviones, por lo tanto ya existe una competencia directa entre un medio de transporte y otro, al menos en algunas franjas horarias y de fechas. No hay mucho que decir ahí; la Casa Rosada ya decidió poner el foco en una mayor conectividad aérea. Y la llegada de las aerolíneas low cost podría empeorar aún más el panorama.

Las empresas reclaman cambios en el convenio colectivo de trabajo para ser más competitivas. Vienen meses complicados y negociaciones de apuro. Mientras, en las plataformas, los pasajeros deberán estar atentos a los cambios y las cancelaciones, que prometen convertirse en moneda corriente.