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Inundaciones, robos y corrupción: el relato de un tucumano en Quebec

"PRIMER MUNDO"

Las inclemencias climáticas no son exclusividad de ninguna parte del mundo. En el área canadiense, Joaquín tuvo que refugiarse en un tráiler y rogar que no entren ladrones a su casa.

Fotografía de Sean Kilpatrick / The Canadian Press





Inundaciones, robos y corrupción: el relato de un tucumano en Quebec
Las inclemencias climáticas no son exclusividad de ninguna parte del mundo. En el área canadiense, Joaquín tuvo que refugiarse en un tráiler y rogar que no entre nadie a su casa.
Las inclemencias del clima no dan tregua en ningún lugar del mundo. La Madrid, en Tucumán, fue testigo de esto a fines del mes de marzo, cuando el río Marapa dejó la localidad inhabitable por un par de semanas. En la otra punta del continente, un tucumano cuenta su vivencia durante una inundación en el Québec.
Por estas latitudes, las tormentas aparecen intempestivamente en verano, superan los límites anuales y se retiran. En Canadá, a esta situación hay que sumarle el frío. 
Una vez iniciadas las tormentas, Joaquín García Fernández comenzó a relatar su situación entre sus amigos y familiares, preocupados por el grave panorama.
"La situación es crítica en todo el Este de Quebec. Si bien nuestra casa no está afectada por el agua, el ingreso a la zona ya es imposible por otro medio que no sea un bote". Así inicia su relato, y prosigue: "el agua sigue subiendo y se pronostica más lluvia. La municipalidad declaró el estado de emergencia y la evacuación obligatoria. Podríamos haber dejado el Jeep pero nos las arreglamos para cruzar por unos campos, rodeando las aguas profundas. Gracias a Dios conseguimos quedarnos en la casa rodante de unos amigos. Ya veremos cómo sigue... ojalá esto pase pronto".
El tucumano tiene 32 años y trabaja como Ingeniero Aeronáutico en Laval, una ciudad al este de Quebec. Vive allí con su esposa.
El primer día de evacuados, la temperatura alcanzó grados bajo 0. El segundo día, para peor, se sumó la inseguridad: "Hoy la municipalidad cerró el ingreso a toda persona a las zonas afectadas debido a los problemas de robos, ya que nunca falta el que quiera sacar ventaja... por suerte y hasta ahora nuestra casa está bien: no quedó afectada por el agua y está con alarma. El clima mejoró pero se pronostican lluvias para el fin de semana", lamenta.
Sin embargo, comenta que el miércoles pudieron retomar la rutina diaria laboral, con mucho apoyo por parte de sus jefes. "Por ahora no queda más que esperar a que el agua baje y nos dejen volver a casa", relata. 
Ayer por la noche, luego de haber vivido estas situaciones tensionantes y tristes, Joaquín expresó sus sensaciones al respecto: "el gobierno canadiense, tanto provincial como federal, no tomó las precaucaciones necesarias para evitar todo el daño que han causado y están causando las inundaciones", y prosigue, "resulta que el circo político a la hora de manejar catástrofes no es sólo en países del tercer mundo. En las últimas semanas se vio un despliegue payasesco de soldados, policías, políticos con botas de goma llenando bolsas de arena y ninguna solución brindada a quienes lo perdieron todo". 
Además, comentó que la Municipalidad de Laval consiguió que los bancos de la zona otorguen una "mejor tasa de interés" en préstamos personales y una lista de empresas constructoras con "mejores precios a aquellos que se vieron afectados". "Ahora bien, resulta ser que muchas de esas empresas y bancos son compañías de los mismos políticos del municipio", lamenta. 
Y finaliza: "Cuando un río desborda, no hay nada que hacer. Un muro de contención tiene un límite estructural; pero lo que no parece tener límites es la corrupción, el Estado sobre el pueblo, el manejo de todo derecho como personas, la ambición de dinero sobre los damnificados... y sí, estoy hablando de un país del 'primer mundo".

Las inclemencias del clima no dan tregua en ningún lugar del mundo. La Madrid, en Tucumán, fue testigo de esto a fines del mes de marzo, cuando el río Marapa dejó la localidad inhabitable por un par de semanas. En la otra punta del continente, un tucumano cuenta su vivencia durante una inundación en el Quebec.

Por estas latitudes, las tormentas aparecen intempestivamente en verano, superan los límites anuales y (con suerte) se retiran. En Canadá, a esta situación hay que sumarle el frío. Una vez iniciadas las fuertes lluvias, Joaquín García Fernández comenzó a relatar su situación entre sus amigos y familiares, preocupados por el grave panorama en la provincia canadiense.

"La situación es crítica en todo el Este de Quebec. Si bien nuestra casa no está afectada por el agua, el ingreso a la zona ya es imposible por otro medio que no sea un bote". Así inicia su relato, y prosigue: "el agua sigue subiendo y se pronostica más lluvia. La municipalidad declaró el estado de emergencia y la evacuación obligatoria. Podríamos haber dejado el Jeep pero nos las arreglamos para cruzar por unos campos, rodeando las aguas profundas. Gracias a Dios conseguimos quedarnos en la casa rodante de unos amigos. Ya veremos cómo sigue... ojalá esto pase pronto".

El tucumano tiene 32 años y trabaja como Ingeniero Aeronáutico en Laval, una ciudad al este de Quebec. Vive allí con su esposa.

El primer día de evacuados, la temperatura alcanzó grados bajo 0. El segundo día, para peor, se sumó la inseguridad: "Hoy la municipalidad cerró el ingreso a toda persona a las zonas afectadas debido a los problemas de robos, ya que nunca falta el que quiera sacar ventaja... por suerte y hasta ahora nuestra casa está bien: no quedó afectada por el agua y está con alarma. El clima mejoró pero se pronostican lluvias para el fin de semana", lamenta.

Sin embargo, comenta que el miércoles pudieron retomar la rutina diaria laboral, con mucho apoyo por parte de sus jefes. "Por ahora no queda más que esperar a que el agua baje y nos dejen volver a casa", relata. 

Ayer por la noche, luego de haber vivido estas situaciones tensionantes y tristes, Joaquín expresó sus sensaciones al respecto: "el gobierno canadiense, tanto provincial como federal, no tomó las precaucaciones necesarias para evitar todo el daño que han causado y están causando las inundaciones", y prosigue, "resulta que el circo político a la hora de manejar catástrofes no es sólo en países del tercer mundo. En las últimas semanas se vio un despliegue payasesco de soldados, policías, políticos con botas de goma llenando bolsas de arena y ninguna solución brindada a quienes lo perdieron todo". 

Además, comentó que la Municipalidad de Laval consiguió que los bancos de la zona otorguen una "mejor tasa de interés" en préstamos personales y una lista de empresas constructoras con "mejores precios a aquellos que se vieron afectados". "Ahora bien, resulta ser que muchas de esas empresas y bancos son compañías de los mismos políticos del municipio", lamenta. 

Y finaliza: "Cuando un río desborda, no hay nada que hacer. Un muro de contención tiene un límite estructural; pero lo que no parece tener límites es la corrupción, el Estado sobre el pueblo, el manejo de todo derecho como personas, la ambición de dinero sobre los damnificados... y sí, estoy hablando de un país del 'primer mundo".