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Ni náuseas, ni dolores, ni depresión, ni rastros del cáncer

CANNABIS MEDICINAL

Abel Quiroga tiene 27 años y en 2016 fue diagnosticado con mieloma múltiple, un cáncer que ataca la médula ósea. Quimioterapia (que suele durar dos años) y aceite de cannabis: seis meses de tratamiento y ninguna célula cancerígena.

Abel Quiroga. Fotografía de Facebook.





Todo empezó con un dolor en la ingle, un pequeño dolor. Cuando lo echaron del trabajo, el dolor aumentó y llegó al punto de no poder levantarse de la cama. Ahí fue al médico. Era un quiste, después un tumor de 12 cm x 9 cm, después maligno, después mieloma múltiple. Era abril de 2016 y Abel Quiroga tenía 26 años y un cáncer. 
En mayo empezó la quimioterapia y paralelamente empezó a fabricar y consumir su propio aceite de cannabis después de haber escuchado, leído e investigado mucho al respecto. “La quimio te mata lo bueno, lo malo, lo más o menos; pero el cannabis apunta directamente a las células malignas”, explica Abel. 
El cáncer afectaba su sangre y su médula ósea. Al estar inmunodeprimido, el tumor empezó a consumir el hueso de su cadera, lo dejó “como una esponja”, según cuenta. Si avanzaba, podría haber llegado a consumirle todos los huesos.
Pero no avanzó. “En general, los tratamientos con quimioterapia duran dos años. En mi caso, el primer mes el tumor se había reducido a la mitad y al cuarto mes ya no tenía rastros del cáncer en mi cuerpo”, gracias a la combinación de quimio y cannabis. 
Desde el primer momento, Abel fue sincero con sus médicos y les comentó que estaba usando el aceite. “Lo agregaron a mi historia clínica, de esa manera dejaban constancia de los avances que estaba generando en mí”, explica. 
“La célula cancerígena tiene tres funciones: cumplir una función en algún órgano, reproducirse y suicidarse. La quimio mata todas las células; el cannabis ingresa a la célula y les activa el suicidio. A esto hay que sumarle que nuestro cuerpo está preparado para asimilar el cannabis, no así la quimio”, agrega Abel. https://www.youtube.com/watch?v=GqUS-Tq6AbM 
Otros beneficios
Además del control de las células cancerígenas, el uso del aceite de cannabis tiene beneficios que ayudan a sobrepasar el tratamiento con quimioterapia, que tiene efectos secundarios nocivos: náuseas, acidez, diarrea, dolores, caída del pelo, falta de apetito, baja de energía y depresión.
“Nunca tuve nada de eso, sino todo lo contrario: aumenté diez kilos, porque me daba hambre. La gente se sorprendía al verme, porque no parecía una persona enferma. Tampoco me sentí depresivo y eso me ayudó a sobrepasar la situación: la actitud es muy importante. Y todo eso fue en gran parte gracias a haber complementado el tratamiento con el aceite”, dice Abel. 
La ley
El miércoles se aprobó, a nivel nacional, el uso medicinal del cannabis. Prevé investigación y capacitación para el personal de salud, además del acceso gratuito para aquellas personas que por su enfermedad lo necesiten. A nivel mundial, el cannabis medicinal está muy expandido y cada vez se expande más.
¿Por qué creés que se demoró tanto la aplicación de la ley, si los beneficios son evidentes?
“Una de las resistencias más grandes es económica. Un mes de mi tratamiento con quimioterapia cuesta medio millón de pesos, más lo que te cobra el hospital de día, y el aceite es gratis. Tirás semillas de marihuana, salen plantas, hacés el aceite, el negocio se va.
También hay una resistencia basada en un prejuicio porque el cannabis está visto solo como una droga, sobre todo por las personas grandes, entonces no quieren recomendarle su uso a sus hijos o conocidos. 
Al no haber suficiente investigación al respecto, falta información para que la sociedad se concientice y se sensibilice, que entienda que no hay efecto nocivo en el uso de cannabis medicinal. Conozco casos de personas que las mandaban a las casas a morir y les daban aceite para calmar los dolores, y gracias a él se terminaban recuperando y hoy están con vida”.
¿Cómo sigue tu tratamiento?
A los seis meses me dejaron de hacer quimio y me hicieron un autotransplante de médula. Por un mes tuve que dejar el cannabis, porque me dieron medicamentos y no se sabe (por falta de investigación) qué interacción tiene con las drogas. 
Una vez estable, volví a tomar. Hoy en día no hace ni un año que me diagnosticaron. Recientemente me hicieron estudios y no tengo, hasta donde se puede ver, ningún rastro del cáncer. Inclusive tengo osificados mis huesos y eso tiene mucho que ver con el cannabis, que regenera los tejidos. Complemento también con una pastilla que debo tomar durante dos años más.
Beneficios 
- Según experimentos realizados en ratas (tienen similitud en las células con el ser humano) por la Dra. Cristina Sánchez, investigadora de España especialista en cáncer de mama, el uso de cannabis como complemento de la quimioterapia genera un cambio sustancial en el porcentaje de curados. https://www.youtube.com/watch?v=Z8In72tgSKk
-
- Sirve para personas con artrosis (ayuda a la regeneración celular ósea), con epilepsia, autismos, entre otras condiciones y enfermedades.
- “Cuando estaba por probar, me pregunté: ‘¿Qué es lo peor que puede pasarme?’. He visto a gente morir por el alcohol, por el tabaco, por pastillas, pero nunca por marihuana. Lo máximo que podía pasarme era relajarme y dormirme. Pero nunca me pasó nada malo”, expresa. 
Información
Abel ha investigado mucho a través de Internet sobre el uso del cannabis medicinal, ya que hasta el momento los médicos no están capacitados en la temática. 
“Recomiendo a la gente que investigue sobre el uso del cannabis en Internet, ahí hay mucha información interesante; pero hagan lo que hagan, no googleen la enfermedad en Internet”, y ríe. 
A raíz de su experiencia, sus padres comenzaron a usar el cannabis de forma terapéutica y sus tías tucumanas quieren cultivarle plantas para que él tenga (aunque el cultivo no es aún legal, una de las falencias de la ley según los impulsores).
“Recomiendo conseguir plantines y semillas o, si no se tiene tiempo o espacio, comprar flores a una persona de confianza para saber bien la cepa que se consume. Por cualquier duda, consultar a Mamá Cultiva o Cameda, con gran predisposición para aconsejar”, expresa. 

Todo empezó con un dolor en la ingle, un pequeño dolor. Cuando lo echaron del trabajo, el dolor aumentó y llegó al punto de no poder levantarse de la cama. Ahí fue al médico. Era un quiste, después un tumor de 12 x 9 centímetros, después maligno, después mieloma múltiple. Era abril de 2016 y Abel Quiroga tenía 26 años y un cáncer.

En mayo empezó la quimioterapia y paralelamente empezó a fabricar y consumir su propio aceite de cannabis después de haber escuchado, leído e investigado mucho al respecto. “La quimio te mata lo bueno, lo malo, lo más o menos; pero el cannabis apunta directamente a las células malignas”, explica Abel.

El cáncer afectaba su sangre y su médula ósea. Al estar inmunodeprimido, el tumor empezó a consumir el hueso de su cadera, lo dejó “como una esponja”, según cuenta. Si avanzaba, podía haberle consumido todos los huesos.

Pero no avanzó. “En general, los tratamientos con quimioterapia duran dos años. En mi caso, en el primer mes el tumor se había reducido a la mitad y al cuarto mes ya no tenía rastros del cáncer en mi cuerpo”, gracias a la combinación de quimio y cannabis.

Desde el primer momento, fue sincero con sus médicos y les comentó que estaba usando el aceite. “Lo agregaron a mi historia clínica, de esa manera dejaban constancia de los avances que estaba generando en mí”, explica.

“La célula cancerígena tiene tres funciones: cumplir una función en algún órgano, reproducirse y suicidarse. La quimio mata todas las células; el cannabis ingresa a la célula y les activa el suicidio. A esto hay que sumarle que nuestro cuerpo está preparado para asimilar el cannabis, no tanto así la quimio”, agrega Abel. 


Otros beneficios

Además del control de las células cancerígenas, el uso del aceite de cannabis tiene beneficios que ayudan a sobrepasar el tratamiento con quimioterapia, que tiene efectos secundarios nocivos: náuseas, acidez, diarrea, dolores, caída del pelo, falta de apetito, baja de energía y depresión.

“Nunca tuve nada de eso, sino todo lo contrario: aumenté diez kilos, porque me daba hambre. La gente se sorprendía al verme, porque no parecía una persona enferma. Tampoco me sentí depresivo y eso me ayudó a sobrepasar la situación: la actitud es muy importante. Y todo eso fue en gran parte gracias a haber complementado el tratamiento con el aceite”, dice Abel. 


La ley

El miércoles se aprobó, a nivel nacional, el uso medicinal del cannabis. Prevé investigación y capacitación para el personal de salud, además del acceso gratuito para aquellas personas que por su enfermedad lo necesiten. A nivel mundial, el cannabis medicinal está muy expandido y cada vez más.


¿Por qué creés que se demoró tanto la aplicación de la ley, si los beneficios son evidentes?

Una de las resistencias más grandes es por cuestiones económicas. Un mes de mi tratamiento con quimioterapia cuesta medio millón de pesos, más lo que te cobra el hospital de día, y el aceite es gratis. Tirás semillas de marihuana, salen plantas, hacés el aceite, el negocio se va.

También hay una resistencia basada en un prejuicio porque el cannabis está visto como una droga, sobre todo por las personas grandes, entonces no quieren recomendarle su uso a sus hijos o conocidos.

Al no haber suficiente investigación al respecto, falta información para que la sociedad se concientice y se sensibilice, que entienda los beneficios del uso del cannabis medicinal. Conozco casos de personas que las mandaban a las casas a morir y les daban aceite para calmar los dolores, y gracias a él se terminaban recuperando y hoy están con vida”.


¿Cómo sigue tu tratamiento?

"A los seis meses me dejaron de hacer quimio y me hicieron un autotransplante de médula. Por un mes tuve que dejar el cannabis, porque me dieron medicamentos y no se sabe (por falta de investigación) qué interacción tiene con las drogas. 

Una vez estable, volví a tomar. Hoy en día no hace ni un año que me diagnosticaron. Recientemente me hicieron estudios y no tengo, hasta donde se puede ver, ningún rastro del cáncer. Inclusive tengo osificados mis huesos y eso tiene mucho que ver con el cannabis, que regenera los tejidos. Complemento también con una pastilla que debo tomar durante dos años más".


Beneficios 

- Según experimentos realizados en ratas (tienen similitud en las células con el ser humano) por la Dra. Cristina Sánchez, investigadora de España especialista en cáncer de mama, el uso de cannabis como complemento de la quimioterapia genera un cambio sustancial en el porcentaje de curación.

- Sirve para personas con artrosis (ayuda a la regeneración celular ósea), con epilepsia, autismos, entre otras condiciones y enfermedades.

- “Cuando estaba por probar, me pregunté: ‘¿Qué es lo peor que puede pasarme?’. He visto a gente morir por el alcohol, por el tabaco, por pastillas, pero nunca por marihuana. Lo máximo que podía pasarme era relajarme y dormirme. Pero nunca me pasó nada malo”, expresa. InformaciónAbel ha investigado mucho a través de Internet sobre el uso del cannabis medicinal, ya que hasta el momento los médicos no están capacitados en la temática. 

“Recomiendo a la gente que investigue sobre el uso del cannabis en Internet, ahí hay mucha información interesante; pero hagan lo que hagan, no googleen la enfermedad” dice, y ríe. 

A raíz de su experiencia, sus padres comenzaron a usar el cannabis de forma terapéutica y sus tías tucumanas quieren cultivarle plantas para que él tenga (aunque el cultivo no es aún legal, una de las falencias de la ley según los impulsores).

“Recomiendo conseguir plantines y semillas para fabricar el aceite o, si no se tiene tiempo o espacio, comprar flores a una persona de confianza para saber bien la cepa que se consume. Por cualquier duda, consultar a Mamá Cultiva o Cameda, con gran predisposición para aconsejar”, expresa. 

La ley se pondrá en funcionamiento en 60 días y, a partir de allí, quienes necesiten podrán hacer uso del cannabis medicinal, siempre recetado por un médico. Se espera que las provincias adhieran.