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Las parejas tucumanas se animan al swinger y el placer se multiplica

sexo libre

El intercambio de parejas es una tendencia que crece cada vez más en la provincia fomentado por las redes sociales. Conocé el velado mundo swinger tucumano.

Foto: Escena de la película "Dos más dos" en www.minutouno.com.





Una luz tenue ilumina la mesa del fondo del bar donde las miradas ahora inician una negociación silenciosa. En esa isla alejada del rumor de los comensales, él y ella están sentados frente a otros él y ella. De pronto, una mano cruza el cerco invisible y sale al encuentro de otra. Se entrelazan tímidas, como dos arañas que se acicalan. Hay un gesto apenas perceptible de complicidad y asentimiento entre ellos. Un pacto íntimo y tácito que acaba de sellarse. En media hora, los cuatro cuerpos estarán enredados en un cuarto de hotel. Un par de horas antes, eran dos parejas de extraños que intercambiaban mensajes a través de un grupo de Facebook que reúne a swingers de toda la provincia. Después del placer, continuarán siendo amantes circunstanciales y anónimos.

“Es una movida relativamente nueva y pujante”, asegura Matías, de 30 años, miembro de un grupo de Facebook que reúne a casi 250 swingers tucumanos. Sin embargo, aclara que muchas son cuentas falsas creadas por curiosos que buscan adentrarse a este mundo de desconocidos placeres, pero que no se animan a concretar los encuentros donde se intercambian parejas. En realidad, la mayoría son perfiles falsos, ya que se trata de parejas casadas y con hijos que buscan preservar su identidad. La discreción es una de las claves para entender esta forma de amor libre que se ha convertido para ellos en una filosofía de vida.

Matías conoció el mundo swinger hace diez años en un boliche de Buenos Aires exclusivo para los adeptos al intercambio de parejas. Desde entonces, no ha dejado de participar de estos encuentros, sólo o con su pareja del momento. Antes de la popularización de internet y de las redes sociales, la vía para conocer parejas era a través de los avisos que se publicaban en la revista “Nuevos Amigos”, una publicación salteña que se difundía por todo el noroeste del país. Ahora, la forma más común de entrar en contacto con otras parejas swinger es a través de páginas webs especializadas en encuentros, como es el caso de www.contactossex.com, o bien por grupos de Facebook. En Tucumán hay varios, algunos de los cuales tienen más de 500 miembros. En estos grupos, proliferan los perfiles mixtos, del tipo ClaudiayJuan o SergioyPaula, otros agregan la palabra “pareja” o “swinger” o la sigla “sw”.

“Todo el mundo tiene fantasías, pero sólo algunas personas se animan a dar el paso para cumplirlas. Esto es un arma de doble filo. Las parejas que recién incursionan tienen que estar muy seguras y es fundamental que tengan una confianza ciega en el otro. Porque esto los puede hacer muy feliz o puede terminar con la pareja”, confiesa Matías. En su caso, la inmersión en el mundo swinger se dio por la simple curiosidad de experimentar otro tipo de relaciones: “Lo que me atrae es que se trata de relaciones muy respetuosas, sin ningún compromiso y sin tanta histeria”.

En ese juego de seducción que propone un tomála vos, dámela a mí, en principio, todo es válido: parejas heterosexuales, homosexuales o bisexuales que suman a un hombre o a una mujer para formar un trío, intercambio de parejas donde algunos sólo quieren ver a su esposa o esposo en la cama con otra persona, otras donde todos quieren participar. También las edades de los participantes varían, aunque la mayoría son parejas ya maduras,  de entre 35 y 45 años, según comenta Matías. El juego es libre, pero las reglas deben estar claras de antemano: “Las condiciones las impone cada pareja. Lo fundamental es el respeto y el buen trato. Es bueno que estén claros de entrada los límites. Cada uno deja claro que le gusta y qué no”.

María tiene 25 años  y su esposo, Jorge, 35. Están felizmente casados y tienen hijos, pero hace un tiempo ella le propuso hacer un intercambio de parejas para darle más emoción a una relación que sentía estancada en la monotonía. “Me pareció que nos estábamos aburriendo y decidí ponerle un poquito de onda”, confiesa María. Lograron incursionar en el mundo swinger a través de un grupo de Facebook. La dinámica de los encuentros es siempre la misma: ella y su esposo tienen un perfil compartido con el cual conocen y entran en contacto con otras parejas. Una vez establecido ese primer acercamiento, pactan una reunión entre los cuatro en algún bar. Si hay afinidad mutua con la otra pareja, entonces marchan todos juntos a un hotel alojamiento, pero no siempre funciona. A veces, se tienen que resignar a ser sólo dos: “Hay gente que es muy pretenciosa y no está a la altura de serlo pero siempre se respeta la decisión”.

Los que tienen mayor experiencia en los intercambios swingers recomiendan que los encuentros con las mismas parejas no se repitan asiduamente o que no se establezca una relación que vaya más allá de ese momento de placer que deciden entre todos tener. “Lo más lógico es que después del encuentro cada uno siga por su lado, pero a veces se forman muy buenas amistades”, explica Matías. También recalcan que, dado lo circunstancial de los encuentros, las parejas swingers son muy estrictas en cuanto al cuidado y la higiene para evitar las enfermedades de transmisión sexual.

Los miembros de la comunidad swinger tucumana consultados para esta nota coinciden en que la movida ha ido creciendo en los últimos años en la provincia. Sin embargo, todavía faltan acá bares y boliches donde se propicien los encuentros como los hay en otras provincias. Otra de las barreras con las que se encuentran actualmente son los prejuicios de la sociedad. Es por eso que las relaciones swingers continúan siendo pasiones fugaces teñidas de cierto halo de clandestinidad, aunque la libertad para amar no sea ningún delito. Como reflexiona Matías: “Los swingers somos gente normal. Swinger puede ser tu hermana, tu madre, tu tía o tu tío. Te sorprendería la gente que te podés encontrar. Siempre hay alguien conocido”.

Y ustedes… ¿También se animarían?