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"Lo vamos a extrañar": el adiós más sentido a Carlos y el drama en una clínica de Tucumán

QEPD

En nuestra edición del lunes, eltucumano dio a conocer el relato en primera persona de la mujer de un paciente oncológico y la fuerte acusación contra el equipo médico. ¿Qué pasa con los beneficiarios de PAMI y los más humildes?

Silvia, Carlos y Martín. Foto: gentileza de la familia Estrada.





En nuestra edición del lunes, eltucumano dio a conocer el relato en primera persona de Silvia, la mujer de Carlos Estrada, un paciente oncológico y la fuerte acusación contra el equipo médico de una clínica en el centro de San Miguel de Tucumán. Esta mañana se dio a conocer la triste noticia: "Mi marido falleció. Lo vamos a extrañar. Lo velamos este martes hasta las 22 en la sala 1 de Laprida 801".

¿Qué había pasado? “Todo empezó hace cinco días. Mi marido tiene cáncer. Venía bien, sin dolor, hasta que comenzó a sentirse mal y su oncólogo de cabecera solicitó una internación urgente porque se había deshidratado. Mi marido tenía 78 años”, reveló.

“Llegamos a la guardia y había seis personas antes que mi marido. Lo primero que pregunta en voz alta el médico es: ‘¿Qué obra social tienen?’. Eso ya es raro. Pero el drama empezó cuando vi lo que hacían: les ponían a todos suero y, si mejoraba el cuadro, se iban a la casa. Pero eso no pasaba. Por ejemplo, había una señora con fiebre, le dieron una dipirona y se la sacaron de encima. La señora fue con una cuidadora, no con un familiar. Estoy hablando de gente humilde, que no sabe cómo defenderse”, agregó.

“Después llegó una ambulancia con una señora diabética. El médico ordenó: ‘Póngale suero porque está mejorando del azúcar’. Venían de Burruyacu. Insisto: gente muy humilde. Una falta de humanidad tremenda. Otro señor llegó con fiebre y un cuadro de neumonía. Le dieron una inyectada y le dijeron: ‘Bueno, viejito, en la casa te tenés que componer’. El señor temblaba mucho. Lo habían llevado en taxi porque no podían esperar la ambulancia”, relató.

“Cuando llegó el turno de mi marido, el médico le dijo: ‘¿Vos, viejo? ¿Cómo te sentís?’. Mi marido le respondió: ‘Mal, me siento mal. Y no vengo para que me mandés a la casa como a los otros pacientes’. Mi marido no se podía ni siquiera parar para orinar y los enfermeros lo ayudaron”, detalló la compañera del paciente. 

“A otro paciente avanzado en edad le dijeron: ‘Mirá, viejo, vos tenés problemas de corazón, andate al CPC'. Cuando se iban, la hija dijo en la guardia: ‘Papá, no tengo para el taxi, así que vamos a ir a despacito’. Salieron de la guardia a las 22.30 caminando. ¿A qué hora habrán llegado al CPC”, se indigna la señora.

“Antes de atender a mi marido nuevamente fue el turno de un chico que tenía la obra social de Prensa: ‘Mire, doctor, siento que me arden las piernas, el pecho’. ¿Sabés lo que le dijo antes que nada? ‘Yo te puedo inyectar, pero tenés que pagar’. El muchacho le dijo: ‘No tengo mucha plata para transferir. ¿Cuánto es?’. Eran 17 mil pesos. Justito llegó a pagar. Y faltaba que atendieran a mi marido”.

“A mi marido le dijeron: ‘Vos sos oncológico. No sé por qué has venido acá’. Ahí le dije a la enfermera: ‘Le acabo de dar el informe médico: mi marido tiene alta la creatinina, ¡le tienen que dar algo! Y aquí es donde llegó la peor parte. Ya lo habían internado en una habitación, voy a visitarlo y no estaba. No estaba mi marido en la cama. ‘¿Qué ha pasado con mi marido?’, empiezo a preguntar. Me dicen: ‘No estaba saturando bien y lo llevaron a hacer una radiografía’. Mentira. De casualidad lo encontré a mi marido al fondo con oxígeno”.

La acusación de la mujer al personal médico excede a los doctores y enfermeros de la clínica ubicada en el centro de San Miguel de Tucumán: “Sale la encargada a los gritos y, ante una consulta por la salud de mi marido, nos responde: ‘¡Los informes se dan a las 12.30!’. Después lo agarra a mi hijo y le dice: ‘Tu papá está muy grave, lo mantendremos acá con suero, pero está perdido. Es cuestión de tiempo’. Mi hijo tiene 25 años. Salió destrozado cuando le dijeron así, de esa forma. ¿Qué pasa con la atención médica en algunos lugares de Tucumán y por qué es tan inhumano el trato?”.

¿Cuál es la situación hoy? “Mi marido está peor. Tiene las manos muy hinchadas y no puede hablar: es como si lo hubieran dormido. No puede abrir los ojos. Cuando le pregunté a la enfermera por qué estaba así, me respondió: ‘Eso es porque su marido no está orinando bien. Usted sabe que es terminal’. Ahí casi exploto: hace tres meses que le hacen quimio a mi marido. ¿Cómo puede decirme que es un paciente terminal? Entonces le pregunté al médico: ‘Si yo me lo quiero llevar a mi marido a otro lado, ¿me lo puedo llevar?’. Me respondió: ‘Llevátelo cuando quieras’”.

Ante este escenario, la señora del paciente le contó a eltucumano: “Evaluamos trasladarlo al Centro de Salud o al Padilla. Necesitamos que alguien nos ayude al traslado. No entiendo cómo pueden tratar así a los pacientes en general. Que estén por PAMI o sean personas humildes no significa que los traten como a un perro. ¿No?”. Esta mañana se dio a conocer la noticia más triste. Que en paz descanse, Carlos.

Carlos con sus hijos: Martín, Diego y Matías. El velatorio es este martes hasta las 22 en la sala 1 de Laprida 801.