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"Mi única mamá va a ser ella toda mi vida": Rocío fue adoptada a los 16 años y conoció el amor de madre

DÍA DE LA MADRE

"Todo lo que pasé para llegar hasta ella valió la pena, hasta lo feo. Podría estar en la calle, en un vicio, pero estoy con una familia que me ama": Tras una infancia y una adolescencia de violencia familiar extrema, una joven tucumana recibió respuestas de la justicia y de un matrimonio que la adoptó como una hija más.

Rocío y Juana.





“Mamá es la que cría, mamá es la que ama” es una frase que acostumbramos a escuchar cuando las historias de adopción llegan a nuestros corazones. Pero hace algún tiempo que las adopciones de niños grandes y de adolescentes predominan en la emoción de la gente. Como la historia que traemos hoy, una historia que renueva esperazas para quienes sueñan con una familia, y que cuenta una experiencia para quienes dudan en adoptar adolescentes.

“Vengo de una familia biológica donde soy la más chica de varios hermanos. Mi mamá biológica siempre fue muy violenta, creo que nos hizo tantas cosas para no sentir dolor. Para nosotros era normal, pero no es normal. Pasamos cosas que ningún niño debería pasar. Yo siempre trataba de comprenderla, pensaba que seguramente le tuvieron que pasar muchas cosas feas en la vida. A mí me sacaron a los 15 de esa casa. Para mí esto es muy doloroso, no entender por qué mi mamá era así. Sufrí de tal manera, no entendía por qué pero tenía mucha fe de que en algún momento iba a salir de ahí. Siempre tuve esa fe intacta, y sentía que yo iba a ser muy distinta a toda mi familia” cuenta Rocío a eltucumano en este domingo dedicado a honrar a las madres.

En las redes sociales, un sentido posteo se roba la atención de los amigos de la joven de 20 años: “(…) Siento que he vuelto a nacer y que Dios me ha encontrado con mi verdadera madre, con mi verdadera familia” publicó.

Y es que la infancia de Rocío Ortíz no fue nada sencilla, o al menos así la recuerda: “Tengo el apellido de mi padrastro, fue bueno pero era una víctima más. A mi papá biológico lo vi dos veces creo. No sé nada de él”.

“Mi padrastro me cuidaba, pero callaba mucho porque era otra víctima. A los 14 años me puse de novia con un chico, pero nunca le conté lo que vivía en mi casa por miedo a que me deje por mi familia, que crea que yo era como ellos, se llama Martín y lo conocí en la Escuela de Artes donde me había inscripto. Yo hablaba con él por teléfono hasta la madrugada, me iba a la escuela cuando me sentía segura recién. Martín se dio cuenta que pasaba algo en mi casa y le tuve que contar todo. Él me ayudó a juntar pruebas para denunciarla, averiguó como hacer, pero a su vez no se animaba hacer nada porque podía tener problemas porque ya era mayor de edad y estábamos saliendo”.

Aquí fue cuando directivos y docentes de la Escuela de Arte Popular se dieron cuenta de que la adolescente estaba pasando un terrible momento. Fueron ellos quienes la acompañaron a fiscalía y la ayudaron a asesorarse. La justicia determinó que Rocío tenía una última semana en esa casa: “Esos últimos días no me daba de comer y Martín me pasaba cosas bajo la puerta”.

“Pedí que no me saque la policía, que me dejen irme caminando sola y así se dio. Me conformaba con irme y no tener que verla más. Me llevaron a casa de mi una parienta que me recibió junto a su marido. El problema era que ella tenía vínculo con mi mamá todavía y se presentaba en esa casa, no aguanté tener que verla”, recuerda, cinco años después de los hechos.

Así fue como Juana y Ricardo, padres de su pareja, Martín, pidieron tener la tutela legal de Rocío: “Martín es hijo único, pero tiene dos hermanas adoptivas, y me adoptaron también a mí. No hubo ningún problema, en el juzgado le dijeron a Juana que ella tenía alma de madre. En casa de ella, Martín y yo no hacíamos vida de pareja, dormíamos en cuartos separados. Me dieron mi propia pieza, algo que nunca tuve. Luego con los años cambiaron mis sentimientos por Martín, pero en el sentido de que ya no lo sentía como una pareja, postergué mucho el decírselo porque me daba mucha culpa por Juana y Ricardo. Pero cuando finalmente lo hablé hace unos dos años me tranquilizó y me explicó que sus padres no me veían como una nuera, sino que como una hija. No muchos me van a entender, pero ahora nos acompañamos mucho, cada uno por su camino. Tenemos un amor de hermanos, cada uno hace su vida y está todo bien”.

Actulamente la joven continúa conviviendo con su nueva familia, la cual la cobijó hace varios años “Juana, Ricardo, Martín, Nadia y Celeste son mi familia, mi única familia. Mi pilar y mi sostén, la razón por la cual hoy sigo viva y soy quien soy. Siento muchas veces que les debo demasiado. Gracias a Dios, caí en sus manos. Me han mimado y me miman desde siempre a su manera, Juana es quien me ha regalado en muy poco tiempo amor de madre, el que nunca tuve, Ricardo el calor de padre, Martín, Nadia y Celeste la experiencia de hermanos. Lo cuento con muchas lágrimas en los ojos, pero no lloro por mi pasado, lo suelto cada vez más. Será parte de mi vida, de mi historia, pero jamás voy a dejar que influya en mi vida, en mi andanza por el mundo. Ellos me han protegido y me protegen todo el tiempo de mi familia biológica” expresó.

Me siento muy agradecida. Siempre he perdonado, pero mi verdadera familia si me enseñó a no olvidar. No tengo contacto con nadie, Ni hablo con nadie, no sé nada de nadie, Solo se de mi familia. Todos los días lucho para ser alguien mejor, para ser la mejor versión de mí. Por las ‘mañas’. Aún me quedan demasiado traumas por vencer, trato y me esfuerzo mucho en que no me afecte en mi vida cotidiana. Me esfuerzo todos los días para sacarme cada rastro porque desde muy chica ya dije que jamás voy a ser como ninguno de ellos, desde que tengo memoria” aseguró.

Actualmente la joven de 20 años estudia Ciencias de la Comunicación en la UNT, y también trabaja como fotógrafa, ya que pese a las adversidades, culminó el trayecto que estudió en la Escuela de Arte Popular: “La salud mental para mí es demasiado importante, aunque ya dejé de hacer terapia por destiempo de trabajo y facultad, volveré lo más rápido que pueda. En tanto a esta persona, he perdonado a mi mamá biológica y es por eso que vivo en paz, no hay rencores en mi corazón, me ha tocado incluso hasta extrañar, pero comprender también que me ha hecho mucho daño y que no debo permitirme sufrir eso nunca más. Entiendo que es un humano, como todos que tenemos errores, pero sobre todas las cosas siempre espero que este bien, aunque hace años que no sé nada de ella”.

¿Qué significa Juana para Rocío en un nuevo día de la madre?

Si bien la joven fotógrafa nos asegura que esta fecha la sensibiliza muchísimo, el amor de familia la ayuda en todo sentido: “Mi mamá para mi es mi mejor amiga, mi mejor cómplice, la persona que me hizo sentir amor en todos los sentidos, para mi ella lo es todo. Ella literalmente me dio lo que nunca tuve. No solo hablo de lo material, sino de algo que no se lo compra con absolutamente nada, y es por eso que yo siento que soy una persona nueva. Desde que estoy con ella he vuelto a nacer, Dios me dio una oportunidad para vivir, pero esta vez bien. Todo lo que me ha tenido que pasar antes es por algo. Todo lo que pasó para llegar hasta ella valió la pena, hasta lo feo. Podría estar en la calle, en cualquier lugar, en un vicio, sin embargo, estoy con ella. Todos son tan respetuosos conmigo, me recibieron de la mejor manera y siguen siendo tal cual, todo tan natural en la casa, como si siempre hubiera sido parte de ellos. Para siempre y eternamente voy a estar muy agradecida y primordialmente con Dios por haberme encontrado con ellos. Gracias a ellos soy quien soy, pude vencer muchas dificultades y obstáculos” dijo.

“Cuando me fui de mi casa primera, sentí que tiraba una mochila enorme, pero todo seguía siendo difícil de afrontar. Hasta en mi formación me apoyan, cuando empecé a estudiar comunicación, cuando hice fotografía. Me llevan a todos lados, no les importa ni el trajín de que soy como una hormiga inquieta, ni el tener que enfrentarse a la otra familia que son personas problemáticas. Todo lo hicieron para que yo tenga una vida de calidad y esté bien. Mi única mamá va a ser ella toda mi vida” finalizó.

Hoy desde eltucumano, deseamos que Juana y todas las Juanas de nuestra provincia, las que aman a hijos que no parieron, hayan tenido un hermoso Día de las Madres.