Parque Nacional Aconquija
La arquitecta Gabriela Neme describe con detalle histórico uno de los lugares más emblemáticos de la provincia. "Estos paisajes de ensueño que nos regaló el Creador a los tucumanos tienen incomparable encanto durante el día y la noche", escribe.

Tucumán no solo cuenta con exquisitos ejemplos de patrimonio arquitectónico sino con un enorme caudal de un patrimonio natural único, nuestro mayor tesoro que atrae a visitantes y habitantes de nuestro suelo. El Parque Nacional Aconquija forma parte de estos bienes naturales que conservamos celosamente.
Desde 1914 el naturalista y profesor tucumano Miguel Lillo (1862-1931) venía gestando la idea de establecer un área protegida en la sierra del Aconquija, hasta que en 2018 se integró al Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Argentina como Parque Nacional y está bajo la gestión de la Administración de Parques Nacionales. Abarca una superficie de más de 70.000 hectáreas dividida en dos sectores que se integran con el ex Parque Nacional Campo de los Alisos, creado en 1995, y territorios aledaños al mismo. Protege las nacientes de los ríos Jaya y las Pavas, que recorren el este de las sierras del Aconquija y desembocan en los valles y campos de cultivo tucumanos. Con respecto a la jurisdicción administrativa, abarca parte de los departamentos de Tafí del Valle, Chicligasta, Juan Bautista Alberdi, Río Chico y Monteros.
De una biodiversidad de flora y fauna únicas y una multiplicidad de ambientes naturales que van desde la vegetación de la Selva de las Yungas a la aridez de los Altos Andes; resguarda también testimonios arqueológicos claves de nuestros orígenes como La Ciudacita o Pueblo Viejo. Se trata de uno de los recintos ceremoniales incaicos más importantes de la Argentina que forma parte del Qhapaq Ñan o Camino Principal incaico, protegido por la máxima categoría: la de Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. Solo es posible acceder a este sitio emplazado a 4.400 msnm, a través de una caminata y ascenso de 4 días, siempre con el acompañamiento de un guía autorizado.
La llegada de las vacaciones de verano resulta una excelente oportunidad para visitar este paraíso terrenal, ya sea en familia o con amigos. Se recomienda previamente contactarse a través de la página web para dar aviso de la visita e informarse de los recorridos accesibles ya que estamos transitando la temporada estival (de enero a marzo) y algunos senderos podrían encontrarse inhabilitados por las intensas lluvias de la selva subtropical. Mientras que la época seca es de abril a noviembre, temporada ideal para recorrerlo. Existe la opción de acampar allí en dos campings disponibles: el Agreste Santa Rosa, ubicado a 3 km del acceso por el río Jaya, y el Agreste La Mesada.
Los recorridos ideales son a pie y adquieren diferentes dificultades, desde la baja (ideal para familias), pasando por la intermedia hasta la alta. A pesar de destacarse por sus actividades de senderismo, el Parque cuenta con algunas caminerías aptas para vehículos como automóviles y bicicletas, por las calles habilitadas para el tránsito vehicular y en el Sendero Puesto Los Chorizos del Portal Campo de Los Alisos.
Estos paisajes de ensueño que nos regaló el Creador a los tucumanos tienen incomparable encanto durante el día y la noche, en donde dicen se pueden ver las estrellas como en ningún otro lugar y son inolvidables para todo aquel que los recorra al son de los versos de esta zamba: “viditay... ya me voy / de los pagos del Tucumán / en el Aconquija viene clareando / vidita, nunca t’ hei de olvidar”.