La tucumana que triunfa en Miami con un negocio millonario
Sofía Cano es la fundadora de dos compañías tecnológicas que tienen como clientes a las grandes compañías del mundo.

Foto publicada en Forbes.
Sofía Cano tiene 37 años y vive en Miami desde fines de 2015, a donde se mudó por su trabajo en la empresa multinacional Publicis. Egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), ya no vivía en Tucumán, sino en Buenos Aires, y cuenta que el tránsito hacia Estados Unidos fue menos complicado que de su ciudad natal al centro del país. Allí estudió también Redacción Publicitaria.
Con la idea de emprender siempre presente, Sofía tenía en claro que no iba a durar mucho tiempo en un trabajo en relación de dependencia. No quería verse limitada por los parámetros impuestos por las empresas de marketing. Pero emprender y largarse por la suya tenía su costo: poner en juego la estabilidad económica, entre otras cosas.
Sin embargo, junto a su socia, Carolina Mano, se lanzaron y en febrero de 2016 fundaron Utag, una agencia de comunicación cuyo fuerte era el business intelligence.
Ese año facturaron cerca de 350 mil dólares. Esa producción creció y en 2022 alcanzaron una facturación cercana a los 6 millones de dólares, con 40 personas dentro de su estructura y con clientes como la Concacaf, Pepsi, Nike, HSBC, Nokia, entre otros.
Ya en aquel momento comenzaron a desarrollar iMetriq, un software "capaz de integrar, estructurar y clasificar toda la información que tienen las compañías para poder detectar errores en las estrategias de comunicación, aplicar modelos predictivos y anticipar tendencias futuras", según el diario La Nación, que recién pudo comenzar a operar en 2022.
Las compañías se complementan y la propia Utag utiliza a iMetriq, que "reduce el 56% del trabajo operativo manual y permite entender por qué un cliente no compró, por qué no abrió un e-mail. Convertir los datos en información”.
El emprendimiento no quedó ahí. Se expandió con los años y tiene proyectos en Argentina, México, Estados Unidos y España.
En cuanto a las dificultades que tuvo, Sofía señala que "como mujer, emprendedora, latinoamericana y en los Estados Unidos, me tocó abrir caminos, no fue tarea fácil, porque existen los prejuicios y automáticamente algunas puertas se ven bastardeadas". Sim embargo, destaca que junto a Carolina "fuimos dos mujeres que tuvimos una idea y pudimos desarrollarla en un mundo que siempre fue liderado por hombres" y que "aprendimos a amplificar nuestra voz y nuestras ideas, a acompañarnos entre nosotras y a motivar a otras mujeres a abrir sus propios negocios”.