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La Continental, historia del primer "rascacielos" de Tucumán

VIAJE EN EL TIEMPO

¿Lo conoces? Un edificio que ha sido admirado por generaciones.





Hasta mediados de la década de 1930, San Miguel de Tucumán era una ciudad de baja altura, a excepción de sus templos, ya que la mayoría de los edificios consistían en una planta baja y un primer piso, representando la máxima altura alcanzada en ese momento.

No obstante, en 1928, el imponente edificio del Banco de la Provincia, ubicado frente a la Plaza Independencia, marcó el inicio de proyectos de construcción más ambiciosos. Diseñado por el arquitecto Alejandro Virasoro, este edificio no solo albergaba las instalaciones bancarias, sino que también incluía un ala en la calle San Martín, con 4 locales comerciales y 14 apartamentos en alquiler. Fue el primer edificio de la ciudad que combinó diferentes usos en un solo lugar, destacándose por su innovación.

Ocho años después, en 1936, Don Adelmo Rosello erigió el edificio "Rosello" en la ubicación actual de Las Heras (anteriormente San Martín) 573. Este edificio constaba de una planta baja y tres pisos destinados a oficinas. Su fachada amplia estaba decorada con elegantes y sobrias pilastras como único adorno. Aunque aún se mantiene en pie hasta el día de hoy, su revestimiento oscurecido y el bullicio de la calle hacen que pase desapercibido para aquellos que no levantan la vista.

Un año más tarde, en 1938, en la siguiente cuadra de la actual San Martín, en el número 650, se inauguró la Galería "Juan B. Pezza", con notas de estilo "art déco". Este edificio contaba con una planta baja y seis pisos de departamentos, donde se alternaban viviendas y oficinas, ofreciendo un espacio comercial y residencial en un mismo lugar.

Al año siguiente, surgiría la imponente estructura de "La Continental", en la esquina noroeste de las actuales calles San Martín y Laprida. Este edificio contaba con una planta baja y siete pisos, convirtiéndose en un "rascacielos" que llenaba de orgullo a Tucumán durante varios años.

Estos edificios representaron un punto de inflexión en el desarrollo arquitectónico de San Miguel de Tucumán, introduciendo nuevas alturas y estilos que enriquecieron el paisaje urbano de la ciudad y sentaron las bases para futuras construcciones de mayor envergadura.

La esquina tenía su historia, como describe Carlos Páez de la Torre en su reseña. En las primeras décadas del siglo XIX, el coronel Emidio Salvigni, un militar de origen italiano que había servido en el ejército de Napoleón, residía allí. Por sus logros, Napoleón le otorgó varias condecoraciones, y luego llegó a Argentina donde se unió al Ejército del Norte y entabló una gran amistad con el general Manuel Belgrano, quien fue el padrino de su matrimonio con una tucumana llamada doña Cruz Garmendia Alurralde.

A finales del siglo XIX, el caserón ya contaba con un segundo piso. A medida que avanzaba el siglo XX, la planta baja albergó la confitería "Londres", uno de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad, que incluso tenía una sala de cine conocida como "biógrafo", donde se proyectaban las primeras películas mudas.


"Londres" se convirtió en un refugio para jóvenes y adultos que buscaban la amena experiencia del cine en sus primeros años, cuando todavía no se habían incorporado el sonido y la palabra. Allí se llevaban a cabo encuentros sociales agradables y se disfrutaban horas de descanso, creando una vida serena y alegre en contraste con la rutina laboral.

Inicialmente, también funcionó la confitería "El Buen Gusto" en ese mismo lugar. En cuanto al segundo piso, se alquilaba como vivienda, y uno de sus inquilinos fue el gobernador Lucas Córdoba. Posteriormente, en 1908, se estableció allí el exclusivo club social "El Círculo", que había sido fundado ese mismo año.

Sin embargo, en la siguiente década, "El Círculo" construyó su propia sede magnífica unos metros más allá al fusionarse con "El Club Social" para formar el "Jockey Club", dejando el edificio en propiedad de este último hasta la actualidad.

En 1938, una importante compañía de seguros llamada "La Continental", sociedad anónima de capitalización, anunció la construcción de un edificio en esa esquina para albergar sus oficinas en la planta baja y departamentos en los pisos superiores. Sería similar a los edificios que ya habían sido construidos en Mendoza, La Plata y Córdoba.

En ese momento, la ciudad estaba saliendo de su monotonía de manera impresionante. Además de los mencionados edificios Rosello y Pezza, ese año se sumaron los Tribunales, la Caja Popular de Ahorros, el Correo y el Mercado del Norte.

Pero esta vez era diferente, ya que se estaban construyendo nada menos que una planta baja y siete pisos de departamentos. La prensa seguía de cerca la construcción y publicaba regularmente fotografías que documentaban su progreso, generando todo tipo de comentarios admirativos.

El acontecimiento de la inauguración de "La Continental" fue de gran importancia y recibió una generosa cobertura por parte de los medios de la época. La ceremonia tuvo lugar el martes 29 de agosto de 1939 a las seis de la tarde.

Los siete pisos de "La Continental" tenían todas las características necesarias para captar la atención de los habitantes de Tucumán.

Cada piso constaba de tres departamentos que se alquilaban, ya que no se vendieron hasta años después. Cada uno de ellos ofrecía todas las comodidades, incluyendo agua filtrada fría y caliente, una cocina eléctrica completamente equipada y una nevera eléctrica de la prestigiosa marca "Siam" de aquel entonces. Además, contaban con armarios y alacenas empotrados, un incinerador automático de residuos, espejos móviles en el baño, aparatos eléctricos estratégicamente ubicados con un diseño sobrio, amplios lavabos y pileta, una línea telefónica interna y una línea adicional con acceso directo a la portería, y un timbre de llamada para el servicio, entre otras comodidades.

En los sótanos del edificio se habían instalado grandes secaderos eléctricos para uso de los inquilinos, así como un depósito para guardar objetos en desuso.

En la planta baja, se encontraban una serie de amplios locales con abundante luz y aire, destinados a comercios. Uno de estos locales se reservó para las oficinas de "La Continental" en Tucumán.

Durante muchas décadas, el gran salón de la esquina albergó la reconocida joyería "Yanicelli", mientras que en la calle Laprida funcionó durante muchos años la famosa peluquería para hombres "Los Oficiales".

El edificio, diseñado en el estilo "internacional" por los arquitectos Raúl Togneri y Jaime Roca, ha cumplido actualmente 84 años. Aquellos que lo visiten podrán apreciar la solidez que caracterizaba a las construcciones de aquellos tiempos, con pisos de parquet en los departamentos y mosaicos en los pasillos, así como puertas de excelente calidad hechas de madera que se mantienen en perfecto estado.

Ficha técnica:

Dirección: Laprida y San Martín.
Inauguración: 29 de agosto de 1939.
Arquitectos: Raúl Togneri y Jaime Roca.
Estilo: “Internacional” (racionalismo, movimiento moderno).
Para destacar: la habilitación de los siete pisos de “La Continental”, una compañía de seguros, constituyó un acontecimiento memorable para la ciudad. Fue el primer edificio en altura de departamentos y durante muchos años “el rascacielos” tucumano.