Ni ver ni respirar: la montaña de basura en barrio Sur y la razón que huele peor
La imagen es alarmante y vergonzosa: no se puede transitar cerca porque el olor es nauseabundo y la justificación que dieron es tan inverosímil como inexplicable. FOTOS Y VIDEO

El cartel.
“Deposite aquí su basura de 20 a 21hs. Este contenedor es propiedad de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán a servicio del vecino. Denuncie cualquier irregularidad al 3815345402. Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Higiene Urbana”.
El cartel pegado en el contenedor de Moreno al 200, en barrio Sur, es lo único que puede leerse sin repetir, sin soplar y sin respirar. Hay que tomar aire, taparse la nariz con los dedos, inflar la boca y salir de ahí. El contenedor en sí está tan explotado, tan desbordado, tan rebalsado de bolsas y bolsas de basura que la tapa no cierra (ojo, tampoco se tapa al contenedor cuando está vacío).
No solo no está tapado sino que más de 50 bolsas (las contamos) están desperdigadas a sus pies: hay bolsas negras de consorcio, hay bolsas verdes de Carrefour, hay bolsas transparentes, envases vacíos, bandejas violetas de cartón para huevos, hay bolsas de alimento para perros, y quizás hasta un perro y nadie se enteraría.
Hay papeles del diario La Gaceta, hay caca, hay una almohada orinada, y hasta un lienzo con una pintura dada vuelta y quemada, una pintura que nunca imaginó tal terrible muerte, rodeada de las moscas que flotan y de las uñas marcadas de las personas que rompen esas bolsas buscando comida.
Mariano Moreno tampoco debe haber imaginado que, si alguna vez una calle llevara su nombre, así olería esa calle, así sería el escenario inentendible en la puerta de la Casa del Ciego, quienes ya bastante han sufrido en su vida con la pérdida de la vista y ahora salen con sus bastones a tientas en busca del respiro que en esta calle al igual que en tantas otras de Tucumán no se encuentra.
¿La explicación? "Desde hace dos semanas han comenzado las tareas de la SAT y ha quedado muy angosto el paso para que ingrese el camión recolector de la basura", reveló Diego, un vecino que vive a metros del lugar.
Con este criterio, hasta que no se terminen las obras, nadie levantará las bolsas de basura, la montaña horrible, asquerosa, pestilente y nauseabunda crecerá. Si el camión no puede entrar, nadie puede caminar a pie a buscar las bolsas y llevarlas al camión. O nadie puede acercar el contenedor a la esquina de Moreno y San Lorenzo. Así huele. Así estamos.