Nuevo arranque, los mismos viejos problemas
Atlético Tucumán cayó en Junín con un gol que vino de un saque de arco. Ante un rival flojo, pesó la jerarquía de Lisandro López que enlutó el regreso del Vasco Azconzábal y estiró el padecimiento del Pueblo Decano.

Foto: Prensa Sarmiento
La escena se repite una y otra vez a lo largo de los más de 90' del partido: Juan Manuel Azconzábal, que viste enteramente de negro, se lleva ambas manos a la cara en un gesto cargado de bronca e impotencia. El Vasco se peléa con el árbitro, le da una indicación a sus dirigidos, repasa sus anotaciones en su infaltable libreta y vuelve a llevarse las manos a la cara. Cuando quiso meter mano con tres cambios, llegó el gol de un 'Clase A' como Lisandro López que puso a festejar al Eva Perón y enlutó el regreso de Azconzábal al Decano tucumano.
Mucho habrá soñado el Vasco con su regreso a Atlético, tras irse en medio de una peléa con la dirigencia años atrás y con el equipo clasificado a la Copa Libertadores. Poco de esos sueños tuvo este regreso, y su equipo mostró en cancha poco y nada de lo que el técnico imaginó en las calurosas jornadas de entrenamiento en Ojo de Agua, en los amistosos en Buenos Aires o en las largas tardes en un hotel del parque 9 de Julio armando el plantel y gestionando refuerzos con los dirigentes.
Atlético salió a la cancha con nueve hombres que ya eran parte del plantel y partícipes de la pésima campaña de De Felippe - Guiñazú - Anastacio (libre de culpas). Nicolás Thaller, uno de los debutantes, padeció toda la tardenoche de Junín con Torres - López. En el gol del local, el 9 le ganó de cabeza en un saque de arco y peinó para el exRacing, que definió con clase por arriba de Marchiori tras imponerse en el pique ante Marcelo Ortíz y derrochar toda su magia y oficio en su nueva casa.
Garay, el otro debutante, le puso ganas al sector derecho. El resto fue más de lo mismo que en 2021 y años atrás quizás también. Carrera llevó peligro con sus arranques individuales y casi empata con una bomba de afuera, pero estuvo por momentos aislado e inconexo; Heredia entró poco en juego; Pereyra no pudo ser conductor; los pibes Coman, Laméndola y Ruiz Rodríguez (erró un mano a mano) estuvieron poco claros y entraron poco en juego; Risso Patrón no hizo pie y los centrales perdieron de arriba y abajo y abusaron del pelotazo en la salida.
Algo hizo muy mal Atlético si Sarmiento le gana con un gol de saque de arco con una gran definición del Licha López, cuando el 9 Decano es el pibe Coman (23 años y pocos minutos en Primera) porque Lotti, Menéndez y Andrada fueron baja por Covid. Se rescata la entrega de Maestro Puch, que finalmente tuvo sus primeros minutos.
La ilusión por la llegada del Vasco duró poco y la derrota es un duro golpe que alarga la bronca y el sabor amargo que define la era post-Zielinski en 25 de Mayo y Chile. Las puteadas de los hinchas son la banda sonora del 2021 y el 2022 no comenzó mejor.
Atlético deberá confiar en su técnico. Azconzábal deberá encontrar una base y un rendimiento colectivo que permita dar un salto de calidad e imprimirle a sus jugadores aquella mística Decana que permitió en tiempos no tan lejanos sacar pecho ante los poderosos y pisar fuerte en todas las canchas.
El Vasco lo sabe, y sabe cómo hacerlo; para eso volvió Bruno Bianchi y se lo espera con ansias. El Pueblo Decano necesita volver a rugir en el José Fierro y gritar de amor por su Viejo y Glorioso Decano de Corazón sin igual, aunque el equipo pierda la memoria.
La dirigencia no puede permitir un aforo ridículo de 300 personas. Atlético necesita de todos para salir adelante.