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"A Jessica Dumont le robaron la dignidad, se tragaba las lágrimas": tras doce años, absolvieron al padre

JESSICA DUMONT

"Ella le tenía terror a su papá, yo vi cómo le pegó con el puño cerrado en la cabeza cuando teníamos 10 años": el 12 de julio de 2009, la adolescente tucumana y campeona de taekwondo Jessica Dumont, se quitó la vida. Su madre y su abuela denunciaron al padre por “incitación al suicidio”, “incitación al abuso de autoridad”, y “abuso sexual agravado por el vínculo”.

Jessica y Mika, cuando tenían 10 años.





El 12 de julio del 2009 Jessica Dumont, una adolescente tucumana de 17 años, se quitó la vida en casa de su abuela después de haber recibido –según el relato de varios testigos-, una brutal paliza de manos de su padre, Roberto Marcelo Dumont.

La noche anterior, la adolescente que era campeona sudamericana de taekwondo, había ido a una fiesta, y luego fue a dormir a casa de una amiga, enviando a otra a dormir en su propia casa. Cerca del mediodía del día siguiente, el padre de la adolescente ingresó por la fuerza a este domicilio, y según declaró Ivana, la amiga que dormía al lado de la joven, al momento de ingresar Marcelo “La agarró de los pelos, la arrastra, le decía ‘Hija de puta, levántate’. Cuando la arrastra ella se cae, y al levantarse él le pega piñas en la cabeza, al costado, dos en el hombro, una en la mano, ella sólo ponía las manos para defenderse. Yo me levanto y me pongo en medio de los dos como para que no le pegue más”. Según declaró Ivana en varias ocasiones estos años, después de esto, Jessica se encerró en un baño y luego en un armario hasta que llegó la policía y sacó a la menor de edad de este domicilio, esposada. Una vez en la comisaría, según detalló y declaró un hermano de Jessica, a los gritos Dumont le pedía a la policía que le revisen la vagina, el ano, y le realicen una rinoscopia a su hija en su presencia.

Esa tarde, Jessica fue directo al domicilio de su abuela, y desde allí le dijo a algunas amigas por Messenger que quería matarse. En casa de su abuela, se encontraba también Mariela Romina Saluzzo, a quien Jessica le comentó poco antes de su trágica decisión: “Mirá la vergüenza que me hace pasar. Él es mi padre y cómo me va a pedir que me revisen la vagina”. Con un arma que había en ese domicilio, la joven se quitó la vida esa misma tarde.

Dos meses después del fallecimiento de Jessica, su abuela, Andrea Foissac, y su madre, Celine Foissac iniciaron tres demandas contra quien ya era su exmarido, acusándolo formalmente de “incitación al suicidio”, “incitación al abuso de autoridad”, y “abuso sexual agravado por el vínculo. El abuso habría sido confesado por Jessica meses antes -por lo menos- a la empleada doméstica de cu casa y a su nmadrina.

Esta mañana, la justicia resolvió absolver con el beneficio de la duda a Roberto Marcelo Dumont, como autor del delito de abuso sexual simple agravado por el vínculo. Las otras causas, a raíz de la demora, prescribieron. 

“Se hizo justicia, por fin hermano, por fin”, declaró la hermana de Roberto apenas se levantó la sesión.

Por fin ha terminado esta tortura, andá negro de mierda, basura”, dijo el acusado, tras su absolución, aunque sin dar nombres.

Jasmine Dumont, hermana de Jessica, dijo para Telefé Noticias tras la sentencia: “Mi mamá inventó un juicio muchos años, mi mamá y mi abuela. Nosotros toda la vida hemos seguido para adelante, no hemos hecho nada a nadie”.

Guillermo Villalba, abogado de la querella, dijo tras la decisión de la justicia, que este caso será llevado a tribunales internacionales: “Me da lugar a la casación de que esta querella va a llegar hasta las últimas instancias y hasta las cortes internacionales porque él ha sido absuelto por el beneficio de la duda, esto significa que el tribunal está convencido del abuso, pero no ha podido reunir pruebas suficientes para condenar. Para esta querella, las pruebas fueron más que contundentes para llevar a cabo las tres acusaciones”.

Mikaela Añasco Dominguez, era la mejor amiga de Jessica en ese momento, y momentos antes de la sentencia que absolvió a Dumont, le contó a eltucumano todo sobre la personalidad de una prometedora vida que se fue antes de tiempo: “Jessica era muy entusiasta, deportista, estaba siempre atenta a las necesidades de sus amigos y familias. Era una persona que tenía dentro suyo mucho amor. Ella era campeona sudamericana de taekwondo, inclusive viajó para representar a Argentina en Bulgaria, en el mundial. A ella le encantaba hacer esos deportes. Uno a veces piensa que las personas que hacen deportes de competencia, adquieren una personalidad tosca, y ella en cambio era sumamente dulce, desde muy chica capacitaba gente, fue profesora, tenía las capacidades necesarias para empatizar con la gente alrededor. Le encantaba bailar, cantar, tenía una voz muy hermosa, su abuela también era cantante entonces muchas veces nos juntábamos a cantar y bailar”.

Según destacó Mika, su amiga “Soñaba con dedicarse al deporte al terminar la secundaria, viajar a Bariloche, poder compartir la cena de egresados con nuestro grupo de amigos, aunque ya estaba en otra escuela. Quería conocer el mundo por el deporte. Le encantaba bailar y el arte”. A pesar de que Domínguez fue amiga de Dumont desde sus 4 años, no era una de las personas en quien confío el relato del presunto abuso sexual que habría sufrido en manos de su padre un año antes de su muerte, pero a pesar de todo, conocía de cerca la situación que se vivía en esa casa: “Había situaciones de las que le costaba hablar, nunca nos dio buenas referencias de su papá, nunca nos habló bien de él, y siempre fue motivo de miedos y amenazas. Una vez le pregunté por qué no se iba a vivir con su abuela y me dijo que temía por su mamá y su hermanito”.

Haber convivido cerca de la familia Dumont desde niña, le da a Mikaela una visión más amplia de lo que fue la infancia de su mejor amiga: “Ir a la casa de la Jessica era saber que en algún momento del día Roberto llegaba y todo se ponía tenso, el ambiente cambiaba, desde ella hasta la mamá se ponían tensas. Una vez cuando éramos chicas estábamos jugando a la pelota con otros vecinos, en el pasaje donde ella vivía por el barrio Las Américas de lo más bien, y su papá le pidió que entre, nos demoramos como 5 minutos en entrar, él nos estaba esperando en la puerta y le pegó con el puño cerrado en la cabeza. Yo me críe con una abuela que siempre me dio todas las posibilidades y el amor, me crío desde ese amor, y esa situación me shockeó fuertemente, nunca me olvidé, éramos muy chiquitas, no teníamos más de diez años. Ella frunció el puño, se le llenaron los ojos de lágrimas y entró. Yo en su lugar habría llorado por la violencia de su papá, pero ella se tragó las lágrimas. No quería saber nada de su papá, no veía la hora de poder ser adulta y desligarse de él”.

La vida después de la muerte de “la Jessi”

Dentro del círculo cercano a la joven, la noticia de su partida encendió un dolor inmenso, sobre todo para aquellas personas que conocían de cerca lo que vivía en su casa: “Desde la muerte de Jessica cambiaron muchas cosas, para nosotros como su grupo de amigos que estábamos en el último año del secundario, cuando se venía el viaje, la facultad, fue muy shockeante, vivenciar la muerte desde tan temprana edad y una muerte que no fue un accidente o no fue una enfermedad, sino que fue la decisión que tomó una adolescente”. 

Ahora que Mika es una mujer adulta y analiza el caso desde la madurez de la edad, las conclusiones son otras: “Siempre me pongo a pensar en esto, ella era una menor de edad, y esa decisión no fue tomada desde ningún lugar racional, sino que fue desde un lugar de sufrimiento, un lugar donde debían estar los adultos atentos a lo que ella estaba pasando, sobre todo ese día en que ella había recibido maltratos de su papá, la había golpeado, no se defendió y tuvo que intervenir gente para que no la siga golpeando y la terminó golpeando entera igual, haciéndola salir esposada como si fuera una criminal por quedarse a dormir en una amiga. Esa situación ha sido darnos cuenta de que cuando un adolescente toma esa decisión es porque se está vulnerando algo en su vida, en el caso de la Jessica, lo que se vulneraba era su dignidad. Esto fue la gota que derramó el vaso, no creemos que haya sido una decisión repentina”.

La mejor amiga de esta mujer que le falta a sus seres queridos hace 12 años, no dejó de nombrar la revictimización que habría sufrido Jessica después de su muerte: “A nosotros nos falta una amiga, esa persona que nos apoyaba, que siempre estaba, la que siempre nos daba abrazos y estaba al pie del cañón. Nos dimos cuenta de que hubo una vulneración de derechos también tras su muerte, cuando empezó el juicio se la trató a ella como artífice de la violencia que se ejercía hacia ella, como si ella tuviese la culpa de divertirse y salir de fiesta, culpable de la violencia de los adultos hacia ella, la justicia tan alejada de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, una justicia tan adulto centrista. Para nosotros fue un shock muy fuerte vivir la vulneración de derechos desde el Estado por primera vez”.

A pesar de que la denuncia por Abuso Sexual Agravada por el Vínculo fue desestimada por la justicia y de que las otras dos causas hayan proscripto, desde el entorno de la joven y también de la querella, aseguran que irán más allá con este caso, el cual, según Micaela, debería servir para repensar la justicia que es tan “patriarcal y adultocéntrica”, ya que “Esto habla de una pésima justicia, no enfocada en los derechos de los niños, niñas y adolescentes, queremos que se pueda reparar la memoria de nuestra amiga que fue una campeona”.

"Finalmente no se hizo la justicia que esperábamos y la sentencia deja entrever que no tenemos la justicia preparada para casos de niños en donde se suicidan por hostigamiento o abuso sexual. Eso no significa que Dumont no es culpable, sino que no hubo pruebas suficientes para la condena", cerró la mejor amiga de Jessica.