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"Por el sandwich y la Coca": el día que Walter Salinas eligió entre el fútbol y la música

CUARTETO DE ACÁ

El Cuarteto de Barrio llega a Córdoba. Su gran revancha y sus orígenes humildes, en nuestra provincia: "Acá sonaba mucho Cachumba", rememoró. Las "historias de la gente" y un asado con Carlitos Tévez.

Foto: Facebook Walter Salinas Oficial





Walter Salinas se define como "un chango sencillo" pero se prepara para conquistar Córdoba, con funciones en Carlos Paz y Alta Gracia el próximo fin de semana. De comer un asado con Carlos Tévez, al día que tuvo que elegir entre el fútbol y la música y su gran revancha: un viaje al corazón del mundo del Cuarteto de Barrio. De Tucumán a Córdoba, para hacer bailar a todo el país.

"En Tucumán la gente es más eufórica, grita más, es una locura. Yo soy uno más y eso es lo que me hace sentir bien, cómodo, por lo menos a mí que soy un chico de barrio", confesó en diálogo con el medio especializado Cuarteteando, en la antesala de su aventura por tierras cordobesas.

"Ni mi mamá me conocé", brome el cuartetero tucumano, de ascenso meteórico en la movida nacional. Antes de llegar a Córdoba, define a Tucumán y Catamarca como "los anexos cuarteteros" de las tierras de El Potro Rodrigo y otros próceres del cuarteto.

Para explicar qué es el Cuarteto de Barrio, Salinas recordó: "Yo vengo de un barrio, sencillo siempre, nunca tuvimos casa, alquilábamos", admitió, para dar cuenta de sus orígenes humildes en nuestra provincia.

"Acá en Tucumán sonaba mucho Cachumba: yo saqué un disco que se llamaba Cuarteto de Barrio. Todos los chicos que tocan en mi banda son chicos de barrio, estaban con algún problema y han tenido una revancha junto conmigo, que de hecho la tuve", se sinceró el cuartetero.

Explica Salinas que el Cuarteto de Barrio refleja "esas historias cotidianas historias reales de la gente" y que desde las letras "apuntamos a la gente sencilla, humilde".

Como tantos jóvenes de Tucumán y de todo el país, Salinas apostó por el fútbol de joven y pasó por las inferiores de su querido San Martín de Tucumán, pero su carrera futbolística tuvo un final abrupto.

"A los 17 años entrenaba en Primera y cuando los técnicos se enteraron que cantaba me dijeron 'hermano podés hacer muchas cosas, pero cantar y jugar al fútbol no, porque es el agua y el aceite'. El fútbolista tiene que dormir, descansar, no puede tomar alcohol ni se puede desvelar, no tiene que andar con mujeres, y ahí dije no, olvidate, canto por el sandwich y la Coca, pero dejame todo lo demás", subrayó.

Sobre cómo convive con la fama, admite que "no me la creo, me da vergüenza", y celebró que su gira por Córdoba será "una gran vidriera" para su carrera. Walter se define siempre como "un chango sencillo, ni más ni menos" y que se "divierte mucho".

Por último, revivió su gran asado con Carlos Tévez: "Estaba bajonazo porque se me había suspendido Tornado en Buenos Aires y Bell Ville por la pandemia. Me estaba por volver a Tucumán y me llama mi representante para decirme que me quede que Carlitos me había invitado. Pensé que era una joda que me estaba haciendo porque sabe que me gusta el fútbol", apuntó.

Al 10 de Boca lo definió como "una persona muy sencilla y está muy bien que todos los chicos humildes conozcamos su historia de vida porque es un golpe muy grande para que tomen el buen camino y buenas decisiones y salvarse de lo que están expuestos en la calle".

"Él ganó todo, es un ganador. Yo estoy empezando", remató con toda la humildad el gran cuartetero tucumano que pudo jugar en el Santo, que hizo bailar al club de sus amores y que ahora va a la conquista de la capital mundial del cuarteto.



Reviví el vivo de Walter Salinas en eltucumano en cuarentena: