"Estoy orgullosa": Marianna, la violinista rusa en Tucumán que celebra la vacuna
HISTORIAS DE ACÁ
Al inicio de la pandemia sus melodías emocionaron las noches tucumanas desde su balcón. Hoy, tras el anuncio del presidente Alberto Fernández, comparte un conmovedor mensaje para todos más allá de las banderas políticas y da su anuncio más esperado.

Marianna, música para el alma.
Todavía queda el acento de aquella niña nacida en 1972 en Piatigorsk, Unión Soviética, rodeada de estepa, cerca del Mar Negro, al sur de Rusia, al lado de Armenia y Georgia. Pero los sentimientos son universales y la emoción abraza este lunes a Marianna Kazakova, la violinista que vive hace más de dos años en Tucumán.
Marianna es la violinista que desde su balcón en la calle Salta al 600 ha musicalizado las noches más difíciles de la fase 1 en Tucumán, cuando todo era incertidumbre y silencio: valses, tangos, el himno nacional argentino y bellas piezas de la música clásica han brindado minutos de paz y calma ante todo lo que comenzábamos a vivir. “Pero después dejé de tocar. Por esta pandemia, estos últimos meses, no he salido más al balcón”.
Tenía 19 años Marianna cuando salió de su país: “Yo soy una persona que me considero soviética, he vivido en Ucrania, un lugar importante. Desde entonces siempre fuimos uno de los países más desarrollados en medicina, al igual que en el arte. Siempre fue gratuita la medicina para todos. Los descubrimientos eran celebrados porque no se hacían negocios con ello sino lo hacían por el bien de la humanidad”.
Ante el avance del capitalismo en la Rusia actual, Marianna revela: “Hace cinco años he visitado mi país. Contrario a lo que pensaba, he visto a los ciudadanos más humanos y comunitarios, no lobos feroces y egoístas como temía, sino de un corazón muy solidario. Es en este contexto que tengo confianza en la vacuna, creo que el primer propósito es por el avance. Me alegra mucho esta noticia. Me da mucho orgullo como rusa. Siento ganas de volver a tocar mi música”.
“Yo salí de mi país en la época de Perestroika en Rusia. Este tiempo, desde afuera, he visto que Putin tiene mano dura de hierro, que es un requisito necesario para gobernar en un país tan grande, cultural. La gente lo adora a Putin”, expresa Marianna, quien ya está al tanto de las polémicas que surgen y surgirán de la vacuna mezclando lo humano con lo político.
“Es de secundario interés y malas intenciones mirar esta gran noticia bajo la prisma de un partido político. Si uno se considera ser argentino, debe buscar una solución mucho más grande que un partido político. Es el momento donde deben olvidarse de las cosas políticas. Aquí no hay banderas ante la posible cura de este mal que tantas muertes ha causado. Realmente siento mucho amor por Argentina. Estés o no con Alberto o Cristina, todo es más importante en estos momentos para salir juntos y buscar vivir mejor”.
Está feliz Marianna con la noticia de la vacuna rusa llamada Sputnik V que se enviará a la Argentina en dos tandas de 10 millones de dosis el mes que viene en diciembre y 15 millones más los primeros días de enero. Tan feliz que anuncia: “Me dan muchísimas ganas de volver a la música, pero se escucha mucho la música rítmica de los bares abiertos. Más allá de eso, sí, sin dudas voy a volver a tocar mi música. Cuando se pueda, será al aire libre para todos y todas. Desde el balcón o desde la calle, es un momento para festejar. Y como rusa que vive en Tucumán, no puedo estar más orgullosa”.
Marianna es la violinista que desde su balcón en la calle Salta al 600 ha musicalizado las noches más difíciles de la fase 1 en Tucumán, cuando todo era incertidumbre y silencio: valses, tangos, el himno nacional argentino y bellas piezas de la música clásica han brindado minutos de paz y calma ante todo lo que comenzábamos a vivir. “Pero después dejé de tocar. Por esta pandemia, estos últimos meses, no he salido más al balcón”.
Tenía 19 años Marianna cuando salió de su país: “Yo soy una persona que me considero soviética, he vivido en Ucrania, un lugar importante. Desde entonces siempre fuimos uno de los países más desarrollados en medicina, al igual que en el arte. Siempre fue gratuita la medicina para todos. Los descubrimientos eran celebrados porque no se hacían negocios con ello sino lo hacían por el bien de la humanidad”.
Ante el avance del capitalismo en la Rusia actual, Marianna revela: “Hace cinco años he visitado mi país. Contrario a lo que pensaba, he visto a los ciudadanos más humanos y comunitarios, no lobos feroces y egoístas como temía, sino de un corazón muy solidario. Es en este contexto que tengo confianza en la vacuna, creo que el primer propósito es por el avance. Me alegra mucho esta noticia. Me da mucho orgullo como rusa. Siento ganas de volver a tocar mi música”.
“Yo salí de mi país en la época de Perestroika en Rusia. Este tiempo, desde afuera, he visto que Putin tiene mano dura de hierro, que es un requisito necesario para gobernar en un país tan grande, cultural. La gente lo adora a Putin”, expresa Marianna, quien ya está al tanto de las polémicas que surgen y surgirán de la vacuna mezclando lo humano con lo político.
“Es de secundario interés y malas intenciones mirar esta gran noticia bajo la prisma de un partido político. Si uno se considera ser argentino, debe buscar una solución mucho más grande que un partido político. Es el momento donde deben olvidarse de las cosas políticas. Aquí no hay banderas ante la posible cura de este mal que tantas muertes ha causado. Realmente siento mucho amor por Argentina. Estés o no con Alberto o Cristina, todo es más importante en estos momentos para salir juntos y buscar vivir mejor”.
Está feliz Marianna con la noticia de la vacuna rusa llamada Sputnik V que se enviará a la Argentina en dos tandas de 10 millones de dosis el mes que viene en diciembre y 15 millones más los primeros días de enero. Tan feliz que anuncia: “Me dan muchísimas ganas de volver a la música, pero se escucha mucho la música rítmica de los bares abiertos. Más allá de eso, sí, sin dudas voy a volver a tocar mi música. Cuando se pueda, será al aire libre para todos y todas. Desde el balcón o desde la calle, es un momento para festejar. Y como rusa que vive en Tucumán, no puedo estar más orgullosa”.