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¿Evo Morales vendió picolé en Tucumán?

Changuito cañero

Una publicación que se volvió viral ubica a los padres del presidente boliviano en la provincia para la zafra. En distintas biografías se refieren a parte de su infancia y a su primera escuela en el norte argentino. ¿Estuvo por acá? ¿Qué hizo?

El primer mandatario boliviano con pasado norteño. (Crédito: https://www.ultimahora.com)





En la imagen que se viralizó en las redes sociales se ve a María Ayma Mamani junto a Dionisio Morales Choque con la vegetación de fondo. Ambos están de negro. Ella con un sombrero típico del altiplano, falda a la altura de las rodillas y un poncho. Él, de innegable parecido físico con su hijo, el actual presidente de Bolivia, viste una camisa arremangada y abierta en el cuello, pantalón de vestir, cinto ancho de cuero. La foto, especulan, podría haber sido sacada en Tucumán cuando, a mediados de la década del sesenta, la familia migró desde el departamento boliviano de Oruro al norte argentino para trabajar en la cosecha de caña de azúcar. Juan Evo Morales Ayma, el primer mandatario de Bolivia, llegó al país con sólo seis años. La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿Evo vivió en la provincia?

La polémica se avivó en las redes luego de la publicación que hizo Vanesa Vicente en Facebook donde, si bien no certifica que la foto haya sido tomada en nuestra provincia, da por sentado que la familia Morales y el niño Evo vivieron un tiempo en Tucumán. La misma publicación, que ya fue compartida por más de 3000 usuarios, asegura que el mandatario debe su nombre a la figura política de Eva Perón. A la hora de rastrear el paso del presidente boliviano por nuestras tierras se presentan más dudas que certezas. Intentaremos develar el misterio en torno al pasado de uno de los líderes latinoamericanos más carismáticos de nuestra era.

Las distintas biografías que se pueden encontrar en la web datan la llegada de Evo Morales a la Argentina a mediados de la década del sesenta. En Wikipedia, la enciclopedia on line más consultada,  se describe: “A los seis años emigró con su familia durante el periodo de la zafra de la caña de azúcar a la comunidad de Galilea Tucumán y Campo Santo en Salta, al norte de la Argentina”. A simple vista, llama la atención el nombre de la comunidad tucumana donde se habría afincado la familia Morales, ya que no se conoce una localidad con ese nombre en la provincia. Se trataría de un error, ya que la comunidad a la que refiere sería Calilegua, en Jujuy y no en Tucumán. La equivocación puede atribuírsele al propio Evo Morales que, al recordar su pasado en Argentina, se refierió a la llegada de su familia a Jujuy y a su primer oficio como vendedor de helados en esa “Galilea” inexistente: “En los años 60 yo migré con mi papá, que era zafrero, a la zona de Jujuy, a los cañaverales de azúcar, y ahí conocí la escuela. Era una migración dura pero temporal, en la época de la zafra. Ahí conseguí mi primer trabajo vendiendo picolé (helados de palito) y con eso ganaba algo de plata para ayudar a mi familia, sólo comíamos tostado de fideo y té. Conocí la escuela en el cañaveral Galilea, en Jujuy, pero era un aymara cerrado, casi no entendía el castellano y tuve que abandonar los estudios”, contó el mantadario en una entrevista al diario Página 12. 

Si bien hay quienes imaginan a un Evo precoz vendiendo picolé entre los cañaverales tucumanos, lo concreto es que, lo más probable, es que esa imagen sea de la zafra jujeña. En esa época era común la migración de bolivianos al noroeste argentino como obreros golondrina para trabajar en los surcos. A diferencia de su supuesto paso por Tucumán, la estadía del mandatario junto a su familia por Jujuy y Salta sí se encuentra documentada, ya que Evo inició sus estudios en la  escuela que actualmente lleva el nombre de  Doctor Julio Cornejo ubicada en una zona rural de Salta denominada Campo Santo. Ahí fue que Evo, que hasta entonces sólo conocía el aymara, su lengua materna, aprendió a leer y escribir en castellano. 

“Fue hace tanto tiempo, que tal vez la carita no la recuerdo bien, pero sí su nombre y que siempre llegaba con su delantal blanco, impecable. Era muy pulcro para vestir. Tenía una letra hermosa y era estudioso. Llegaba a la escuela con una hermanita”, recordó hace unos años Elba Kutny, una de las docentes de aquella pequeña escuela rural que fue la primera escuela del ahora mandatario. La maestra rememoró también las grandes carencias de aquel entonces tanto para los docentes como para los alumnos: “Por aquellos años en los que el niño Evo Morales era alumno de la escuela, no teníamos luz ni agua. Los docentes íbamos en un colectivo, que nos dejaba sobre la ruta provincial 11. Desde allí, teníamos que caminar más de un kilómetro para llegar a la escuela. Muchas veces llegábamos embarradas, ya que el camino se inundaba en época de lluvia. Pero nunca faltábamos, porque los alumnos también debían recorrer grandes distancias para asistir a clases y lo hacían con mucho entusiasmo. Los chicos se esforzaban mucho, ya que al salir de la escuela ayudaban a sus padres en los cañaverales, todos tenían las manos ásperas, cortadas y con pequeños callos”.

El propio presidente de Bolivia recuerda aquellos años con nostalgia. Entre los recuerdos que guarda de su paso por el noroeste argentino, destaca que, gracias al trabajo de su padre en los surcos, su familia pudo comprarse un catre para dejar de dormir en el piso: “Era obligación del Estado argentino que los hijos de los zafreros vayan a clases. Yo no entendía castellano, era aymara cerrado, y sentadito atrás de todos los compañeros de curso, no me acuerdo qué hablarían, porque no entendía... Mi padre era muy trabajador y solidario. Trabajaba sábados, domingos y feriados, no descansaba. Solo esperaba el pago. Se ganaba buenos recursos económicos en la zafra, y cuando volvimos a la casa donde nací, llevamos un catre para dormir que compramos aquí. Era un lujo, conocimos el primer catre gracias a la zafra en la Argentina. Allí dormían mi madre y mi padre y nosotros seguíamos durmiendo en el suelo. Mi hermana siempre decía: yo quiero ese catre para mí, así que cuando se casó mi padre se lo regaló como herencia. Muchas familias de Bolivia mejoramos nuestra economía por la zafra argentina. Mi primera escuela fue argentina, la escuela Julio Argentino Cornejo, y quienes estudiamos en esta escuela sabemos ser presidente”

El paso de Evo Morales por estas tierras continuará siendo más un mito que una verdad fielmente documentada, ya que las palabras del propio presidente no arrojan mucha claridad al respecto. Aunque posiblemente no sea una ficción o un exceso afirmar que Evo, en algún momento de su vida y en algún punto del norte argentino, también fue un changuito cañero.