Satanás Páez: "Ese día nos jugábamos parte de la historia de Atlético"
A 10 AÑOS DEL ASCENSO
El central, que junto Juan Manuel Azconzabal formó una dupla impenetrable durante la segunda parte del Nacional B 2008/2009, hace un repaso de ese equipo que comenzó de menor a mayor y que se coronó con una goleada ante Talleres.

SONRIENTE. Javier Páez, el día del ascenso de 2009. Foto: Gentileza Prensa Atlético
Su peinado y su apodo lo convirtieron en uno de los futbolistas más reconocido de la primera década de los años 2000. Rústico, áspero en la marca y letal en el juego aéreo, Javier Satanás Páez quedó en la memoria de los hinchas de Atlético Tucumán al ser uno de las figuras del equipo que en 2009 consiguió el ascenso a Primera División.
Retirado ya de la práctica profesional e instalado con sus hijos en Buenos Aires, pero disfrutando de fútbol con los Seniors del club Ferrocarril Liniers, el marcador central que vistió por más de tres años los colores del Decano habló con eltucumano.com sobre esa tarde en la que golearon a Talleres en la Docta.
“Era un día especial para nosotros. Sabíamos que nos jugábamos muchas cosas ahí y que estaba en juego parte de la historia de Atlético”, describió el ex Independiente, que explicó que nunca subestimaron a su rival, apremiado por el descenso y que en sus filas tenían nombres de peso, como Federico Lussenhoff, Fernandes Francou y un joven Julio Buffarini.
Sin embargo, a pesar de la 1-4 que determinó el ascenso, Páez destaca los duros momentos que a ese equipo le toco atravesar. “Ese torneo no se arrancó de la mejor manera posible. El partido detonante fue con la CAI de Comodoro Rivadavia cuando perdimos 3 a 1 en nuestra cancha. Después de ese partido hubo muchas charlas y críticas entre nosotros, fue el puntapié inicial para la remontada de ese Atlético”, afirma el hombre de la cresta, que luego apunta a la armonía conseguida por el plantel y al duro choque contra Chacarita. “De a poco nos fuimos ensamblando y cada jugador respondió de la mejor manera hasta llegar al encuentro con Chacarita, que por un descuido de ellos, ganamos el partido y no dejamos de ganar hasta llegar a adonde se llegó”, saca pecho Satanás que en ese partido se disfrazó por un instante del elegante Cape Sarría para asistir a la Oveja García.
“No sé si ese pase fue perfecto, pero si justo para la Oveja que la controló y habilitó al Pulga para así igualar al Funebrero en la cima”, recuerda de ese momento Javier que confiesa que le muestra las imágenes de ese momento a su hijo Aron, hoy de 12 años, pero que en esa época alentaba a su papá desde la platea de 25 de Mayo y con su mismo peinado. “Después le ganamos a Quilmes y quedamos punteros”, remata el compañero zaga de Juan Manuel Azconzabal.
Un hincha más
A siete años de su partida de Tucuman, Javier Páez asegura que sigue en todo momento a su ex equipo, y que uno de sus anhelos es regresar al club para dar una mano. “Siempre sigo a Atlético. He hablado con Mario para ver la posibilidad de volver, no como jugador, para estar en la institución, pero no hay mucho lugar. Uno nunca pierde las esperanzas de volver a la provincia que tan bien me trató”, destacó.
“Creo que Tucumán fue donde me sentí más cómodo y con másafecto. Mi familia se sintió muy a gusto, por el cariño que me brindó esa provincia”, finalizó Satanás.
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